Público
Público

Rubalcaba: "La seguridad de los afganos es la nuestra"

El vicepresidente asegura en Afganistán que España no puede permitirse que el país quede expuesto al 'terror' cuando acabe la misión

PEDRO ÁGUEDA

El vicepresidente del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, realizó ayer una visita relámpago a Afganistán para conocer de primera mano la labor de las tropas españolas desplegadas en el territorio. El viaje se produce, además, cuatro meses después del último atentado que costó la vida a dos guardias civiles y un intérprete en la base de Qala-i-Naw. Precisamente, ante los mil efectivos que la forman, el titular de Interior hizo hincapié en la importancia que su misión a 6.000 kilómetros tiene para España.

'En un mundo donde todos dependemos de todos, la seguridad de los afganos es la nuestra', dijo el vicepresidente. Y para apuntalar el mensaje de que el mundo entero se beneficiará de un Afganistán seguro, advirtió: 'No podemos permitirnos que una vez que nos vayamos, Afganistán esté expuesto al odio y a terror'.

'Para salir de aquí, es necesario tener una buena Policía', señaló el ministro

Además, el máximo responsable del Ministerio del Interior solicitó al gobernador de la provincia de Baghdis, Dilbar Jan Arman, que impulse la investigación del último atentado sufrido por tropas españolas en el extranjero, el que costó la vida a dos guardias civiles y un intérprete el pasado 25 de agosto en Qala-i-Naw. Lo hizo a pie de pista, en la segunda escala de este viaje, que se había mantenido en secreto por motivos de seguridad.

Rubalcaba dedicó un aparte a los compañeros del capitán José María Galera y el alférez Abraham Leoncio Bravo. Les trasladó que había pedido al gobernador que 'apriete' la investigación. Aquel día, un chófer local que trabajaba en la base abrió fuego contra los dos agentes y un traductor iraní de origen español. Fue abatido rápidamente por otros militares españoles, pero el suceso desembocó en un ataque de la población local contra la base española. Según comunicaron en su día las autoridades locales al Ejecutivo español, se trató de una acción organizada por la insurgencia talibán para enfrentar a la población con el destacamento español.

Con el viaje, cumple su promesa de visitar a los agentes allí destinados

La petición de Rubalcaba no es el brindis al sol que pareciera si se analizan los medios con los que cuenta el Gobierno local. Precisamente, los guardias civiles destinados en Qala-i-Naw se dedican a formar a la futura policía local y se sitúan en un segundo plano cuando se trata de actuar. Es parte de la estrategia de 'afganización' que sigue la fuerza internacional en el país y que tiene como objetivo ganarse la confianza de la población mientras se avanza en el objetivo, aún sin fecha concreta, de ceder todo el poder a las autoridades locales. 'Para salir de aquí con el objetivo cumplido, es necesario tener unas buenas Fuerzas Armadas y una buena Policía', trasladó el vicepresidente a los 45 guardias civiles que trabajan en Qala-i-Naw.

Con el viaje, Rubalcaba cumplió su promesa de visitar a los guardias civiles destinados en Afganistán. Ese compromiso, expresado cuando sólo era ministro del Interior, se hizo más firme tras el atentado. Además, cumple con la tradición navideña de visita a las tropas. Desde 2005, cuando José Luis Rodríguez Zapatero visitó Afganistán, no había cumplido con ella un miembro del Gobierno con tan alta graduación, aunque el propio presidente visitó a las tropas el mes pasado.

El viaje de ayer no duró más de siete horas. A las siete de la mañana, hora local, aterrizaba por primera vez en el aeropuerto de Herat un avión español, el Airbus del Ejército del Aire donde viajaba el vicepresidente, la cúpula de Interior, con el secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, al frente y el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), José Julio Rodríguez. La Base Avanzada de Herat presta apoyo a las operaciones de los cuatro equipos de reconstrucción provincial de la región oeste del país y opera, al tiempo, como aeropuerto.

En Qala-i-Naw se celebró ayer un homenaje a los 92 militares españoles caídos en Afganistán. La base participa en el Equipo de Reconstrucción de la provincia de Baghdis, donde la Agencia Española de Cooperación Internacional al Desarrollo (AECID) desarrolla varios proyectos laborales, sanitarios y educativos, con la ayuda de las Fuerzas Armadas.

Baghdis es una de las provincias más pobres de Afganistán, tanto que los agricultores que plantan árboles de pistacho se enfrentan todos los años al dilema de talarlos y usarlos como leña o esperar al verano y recoger el fruto.

'Tienen que elegir entre morir de frío o morir de hambre', explicaba ayer el director del proyecto de la AECID, David Gervilla.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias