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Salamanca, revuelo en el vecindario

La Federación de Asociaciones de Vecinos suma apoyos en toda España contra la subida de tasas del alcalde

PANCHO TRISTÁN

Lo dice Chema: “Yo creo que esto está siendo mucho más que las tasas municipales, esto ha sido el hartazgo de la gente, porque es que si a ti te dicen que hay 20 millones de euros que les perdonaron a los constructores, que está el Ayuntamiento endeudado, que están recibiendo sentencias condenatorias de manera constante y, de repente, tú ves que te llegan y te quiere subir los impuestos, tú llegas y dices, ¿tú de que vas? Y además insulta a los vecinos y ahí ya dices, ¿tú quién te crees que eres?”. Respuesta rápida para Chema: es el alcalde de Salamanca y su nombre es Julián Lanzarote. Y Chema, el que habla, se llama Chema Collados, es arqueólogo, tiene 27 años, vive con sus padres en su casa de toda la vida, hace años fue militante de Juventudes Socialistas y hoy, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Salamanca (Fevesa), ha conseguido poner la ciudad patas arriba. Por tres veces tomaron la Plaza Mayor. Ni caso les hicieron. “Y por eso nos vamos a Madrid este sábado, a manifestarnos en la calle Génova”.

Lo sucedido en Salamanca demuestra el poder del movimiento vecinal, tan olvidado por casi todos –los vecinos–, y supone al fin una manera de entender la democracia. Palabra de Chema: “Hemos delegado de tal manera en las administraciones, que al final no nos creemos que son nuestras y, por ejemplo, el ayuntamiento está despilfarrando y da igual, pero no, mire, es que se está despilfarrando su dinero”. Palabra del alcalde Lanzarote a Fevesa, según Chema. “Manifiéstense, me da lo mismo que sean 25.000 o que sean cinco veces 25.000”. Palabra de Chema: “Un alcalde que se precie, durante los cuatro años debe de escuchar a los vecinos”.

La historia

Así que todo comenzó en el Barrio Blanco, donde Chema Collados y unos amigos crearon la Asociación de Jóvenes Vecinos. Nadie podría sospechar entonces lo que se iba a venir encima. La tranquila y hermosa ciudad de Salamanca seguía viviendo con ese ritmo tan suyo, tan placentero, tan como si sus vecinos conociesen el secreto de la buena vida. Pero el movimiento vecinal comenzaba a moverse. “El mérito es todo de las asociaciones –explica Chema Collados–. Hay algunas –asociaciones– que han ido puerta por puerta, por las casas, diciendo, oiga mire, ¿sabe que van a subir esto?, ¿sabe que tal cosa? Y la gente se ha movido”. Y al final, quizás lo que suceda es que Chema se dio cuenta de que todo comienza en la casa de uno, en su barrio. “El Barrio Blanco es un barrio muy barrio. Por ejemplo, la tienda de Chelo. Llevaba 42 años abierta, y antes era la tienda de Tensi, su madre, y ahora la tienda de Chelo, y la cerraron en diciembre y la verdad es que ha sido un chasco para todos, aunque la Regina, otra vecina, ya ha abierto otra tienda”.

Y sigue hablando, porque Chema Collados es lo que menos se parece a un tipo que habla poco: “La gente está cansada de que no se le tome en cuenta. Hoy los vecinos quieren que se les escuche. La democracia, además  de representativa, tiene que serparticipativa”.

Salamanca. 190.000 habitantes.  Una economía basada en la universidad y en el turismo. El periodista Nacho Francia, ya jubilado, toda una vida haciendo información en la ciudad, cree que es una ciudad conservadora. Chema Collados no lo cree, y asegura que la prueba fueron las tres manifestaciones contra la subida de tasas. En Salamanca quizás comienza la España de los vecinos. Quizás lo deba saber quien vaya a gobernar después de marzo. Dice Chema: “Murcia, Cádiz, Badajoz, Zaragoza, Madrid, Valladolid, Burgos, Palencia, Zamora, Segovia... nos están llamando de todas partes para la manifestación del sábado. ¿Puedes poner que es a las 12?”.

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