Salt sale a la calle y pide penas más duras para los reincidentes

Todos a una. Esta fue la imagen que dieron las más de 3.000 personas que se manifestaron ayer al mediodía a favor de la convivencia por el centro de Salt, la ciudad gerundense de 30.000 habitantes que, en los últimos días, ha visto cómo todos los focos se posaban en ella a causa de los disturbios provocados la semana pasada por menores inmigrantes.

La marcha, encabezada por una gran pancarta con el lema Queremos vivir en Salt en paz y bien y apoyada por 200 entidades, incluidas la inmensa mayoría de las asociaciones de inmigrantes, terminó frente al consistorio. Fue allí donde la jueza de paz, María Carbó, leyó el manifiesto en el que se reclamaba un pacto de ciudad .

La presencia de un delincuente muy conocido en la ciudad crea tensión

La lectura de Carbó fue interrumpida por algunos silbidos cuando hizo referencia a la convivencia ciudadana y, en cambio, provocó aplausos casi unánimes cuando reclamó que las administraciones modifiquen la ley para castigar más duramente a los menores reincidentes, como los protagonistas de los disturbios que rompieron la convivencia de Salt la semana pasada.

Tal y como pidió la organización, el silencio fue la nota predominante de la marcha, aunque hubo algunos momentos de tensión. En ese sentido, la presencia de Mourad El Hassani, uno de los delincuentes más reincidentes del municipio acumula 15 detenciones, no fue bien recibida. Las asociaciones de vecinos culpan a El Hassani de controlar a los menores que roban, queman coches y contenedores y destrozan el mobiliario urbano.

Por su parte, una decena de jóvenes también intentó provocar a los manifestantes gritando frases como "aquí estamos nosotros y no quemamos". Los voluntarios de las entidades organizadoras de la manifestación, que se encargaban de minimizar posibles disturbios, lograron calmarlos.

El portavoz de los inmigrantes niega que la localidad esté dividida

Los organizadores calificaron de "éxito" la manifestación y quitaron hierro a los pequeños brotes de tensión. "Siempre hay alguien que grita", aseguró la portavoz de la organización, Cesca Terrón. Para el portavoz de la veintena de entidades de inmigrantes, Mohamed Houri, el acto fue "una lección para las personas que han pensado que Salt es un pueblo dividido".

La madrugada antes de la manifestación unitaria, la policía detuvo a tres menores, vecinos de Salt de origen marroquí, chino y latinoamericano, por quemar tres coches. La policía investiga si tienen relación con los contenedores y coches calcinados el pasado fin de semana.

La alcaldesa de Salt, Iolanda Pineda, aseguró que, de momento, el fuerte dispositivo policial continuará.