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La sencilla máquina de hacer dinero de los García

La Policía detiene a seis miembros de una familia que falsificaba euros desde 2002

Ó. L. F.

Ni sofisticados sistemas informáticos, ni complejas técnicas de impresión. José García y su familia habían montado una fábrica de billetes de 50 euros en una habitación de su piso de Valencia con asequibles instrumentos: una impresora a color, un pen drive, un DVD, dos discos duros, un bote de laca en spray, una caja de lapiceros blancos, un rotulador de color naranja, tres botes de pegamento, un cúter, seis paquetes de 500 folios...

Sencillos ingredientes, pero tan eficaces que desde el año 2002 sus falsificaciones de 'gran calidad' se habían convertido en un quebradero de cabeza para la Policía.

Los seis presuntos integrantes de la banda José García; su mujer, Juliana Barón; los hijos de ambos, José Carlos, José Luis y Anabel; y la novia de uno de éstos, Raquel se encargaban de todas las fases del negocio: los elaboraban, los envejecían en sus bolsillos para que pasaran inadvertidos en las tiendas y, por supuesto, los colocaban.

Para ello, hacían compras de escaso valor en pequeñas tiendas donde no tenían dispositivos para verificar la autenticidad de los billetes. Y lo hacían por toda España: Valencia, Alicante, Barcelona, Madrid, Segovia... 'El hecho de que fueran un núcleo familiar cerrado ha complicado mucho las investigaciones para llegar hasta ellos', reconoce uno de los agentes que ha participado en las pesquisas.

Según esta misma fuente, ninguno de los seis detenidos tenía trabajo conocido. Tampoco lo necesitaban, a la vista de la cantidad de billetes que elaboraban. En el momento de su detención, la Policía se incautó de 1.400 billetes falsos de 50 euros y material para fabricar otros 3.000. Además, los agentes de la Brigada de Investigación del Banco de España habían detectado en los últimos años otros 9.852 billetes supuestamente salidos del piso de Valencia. Se calcula que desde 2002 los beneficios familiares superan los 500.000 euros.

En este tiempo, la Policía llegó a conocer las peculiaridades características de los billetes made in García: papel de mala calidad, hologramas que no mostraban el símbolo del euro y tinta morada en el valor facial que no cambiaba al girar el billete. Mínimos errores fruto de la sencillez de la máquina.

 

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