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La sentencia dice que Miwa fue agredido por ser negro y emigrante

El agresor deberá pagar 1,5 millones de euros para indemnizar a la víctima

AGENCIAS

El agresor de Miwa Buene deberá indemnizarle con 1,5 millones de euros como parte de la condena a 10 años de cárcel impuesta por la Audiencia Provincial de Madrid al considerarle autor de un delito de lesiones, con la agravante de discriminación racista y alevosía.

En una sentencia hecha pública este jueves, la Sección Decimoséptima de la Audiencia Provincial de Madrid considera acreditado que 'la única razón' de la agresión fue que éste 'era una persona de raza negra africana y emigrante en España'.

Tras hacerse pública la sentencia íntegra, Miwa Buene ha explicado con dolor que 'la tragedia debería ser una lección para otras personas'. 'No siento rencor hacia el agresor,  aunque si me hubiera pedido perdón en el juicio, no se lo hubiera dado', reconoce Miwa.

Miwa: 'La tragedia debe ser una lección para otras personas'

En este sentido, algunas frases pronunciadas por el acusado, como: 'Puto negro, puto mono, tu sitio no está en este país', 'tu sitio es el jardín zoológico con tus compañeros', han sido claves para que el tribunal considere probada la causa racista de la agresión.  

Además, el tribunal ha explicado que la pena impuesta a Roberto Alonso, de 32 años, se trata de 'un castigo individualizado' que debe ser 'una oportunidad para que modifique la agresividad y la falta de humanidad que le ha llevado a cometer un daño tan grave a una persona inocente'.

Sin embargo, la sentencia cuenta con el voto particular del magistrado Ramiro Ventura, que considera que se debería haber impuesto al acusado penas de cinco y tres años de prisión ante las 'serias dudas' que se le plantean respecto a que éste hubiera previsto las graves consecuencias del golpe asestado a Miwa Buene.

Agravantes de alevosía y abuso de superioridad

Sobre los agravantes de alevosía y abuso de superioridad, el texto manifiesta que queda probado que Miwa intentó evitar la discusión  con Roberto y fue cuando éste le golpeó.

Aunque un testigo presencial dijo que los dos hombres estaban enfrentados, cara a cara, los magistrados aseguran que esto 'no es exacto' y consideran probado que en el momento del golpe brutal Miwa 'estaba marchándose o queriendo marcharse'.

La sentencia concluye: 'La tetraplejia es una terrible condena del ser humano', reflexiona finalmente el fallo, que destaca que Miwa ha querido quitarse la vida por ello, y también hace referencia a que el condenado no pidió perdón a la víctima durante la vista oral celebrada el pasado mes de junio.

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