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Los tentáculos del clan de los 'Charlines' llegan a China

Localizada en el país asiático una empresa adquirida por la familia para blanquear

Ó. LÓPEZ-FONSECA

La investigación sobre la trama de blanqueo del clan de los Charlines, la histórica familia del narcocontrabando gallego, sigue deparando sorpresas. La última: la localización en la ciudad china de Qingdao, una localidad costera del este del país asiático, de una fábrica de tratamiento de marisco congelado adquirida por la familia presuntamente para lavar tres millones de euros procedentes de sus actividades ilícitas.

Según las pesquisas de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía y del Servicio de Vigilancia Aduanera, la empresa china fue adquirida por los Charlines en los primeros años del siglo XXI a través del buque insignia de su entramado financiero, la empresa Orco Galaica, también dedicada a la compra venta de marisco y dirigida por el abogado Santiago Docampo, un presunto testaferro del clan detenido el lunes en la operación Repesca.

La información en poder de los investigadores apunta a que la marisquera china fue subarrendara a empresarios de este país asiático, aunque la familia Charlín mantenía el control sobre su actividad, como lo demuestra el viaje a China que realizaron en 2007 los hermanos María Teresa y Melchor Charlín, hijos del patriarca de la familia.

China no es el único país donde los Charlines habían puesto presuntamente su patrimonio a resguardo

En los meses anteriores a las recientes detenciones, el clan intentaba vender la fábrica a inversores chinos por una cantidad de dinero similar a la que habían pagado por ella. Para ello, y a través de una ciudadana de nacionalidad china residente en Vigo actualmente en busca y captura, habían iniciado los contactos con empresarios de aquel país.

En dichas conversaciones, según se desprende de las intervenciones telefónicas, los Charlines habían encontrado dificultades para que los compradores pagaran los tres millones de euros que pedían y se habían visto obligados a rebajar el precio. No obstante, uno de los hermanos Charlín había advertido que, antes de tomar cualquier decisión, tenían que visitar en la cárcel al patriarca, Manuel Charlín Gama, de 78 años, para que 'él decida'. Esta conversación es, de hecho, una de las pruebas para imputar en la operación Repesca al jefe del clan, encarcelado desde 1997 también por blanqueo y que el próximo 17 de julio tiene prevista su salida de prisión.

China no es, sin embargo, el único país donde los Charlines habían puesto presuntamente su patrimonio a resguardo de la Justicia española. La policía también ha encontrado cuentas en bancos suizos con tres millones de euros depositados en ellas. Además, los investigadores han analizado 40 empresas que en el pasado tuvieron alguna relación con el clan para desentrañar la trama de blanqueo orquestada.

Los investigadores han analizado 40 empresas que en el pasado tuvieron alguna relación con el clan

Así, según los datos aportados al Juzgado de Instrucción número 3 de Vilagarcía de Arousa (Pontevedra), que instruye la causa, la familia hacía gravitar toda su red empresarial en torno a cuatro empresas. La principal era Orco Galaica, y junto a ella estaban Mariscos Natalia, Mariscos Nine, Mariscos Malliño y Promociones Ouro do Salnes.

En casi todas jugaba un papel clave María Teresa Charlín, la única hija del patriarca que salió libre del último juicio contra la familia. Ella y su hija, Natalia Somoza Charlín, eran las encargadas de recuperar el patrimonio embargado por la Justicia. De hecho, Natalia fue la que pujó en la subasta que permitió al clan recuperar en 2008 una depuradora. Aquella sospechosa compra fue el inicio de la operación Respesca que ha destapado la existencia de la empresa china.

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