Este artículo se publicó hace 16 años.
El traspaso de Cercanías, pendiente del dinero
Generalitat y Estado son incapaces de desplegar al ritmo previsto el Estatut, aprobado hace año y medio. El jueves se reúne por segunda vez la comisión bilateral Estado-Generalitat. Esta debía aprobar las bases (sobre todo económicas) para traspasar las Cercanías de Renfe en Barcelona a Catalunya.
La transferencia fue comprometida para este mes de enero por Zapatero en el debate sobre el estado de la nación de julio. Días después quedó claro que en enero habría sólo un acuerdo marco y no el traspaso efectivo. Pero ahora ni eso. El gobierno catalán asumió ayer que lo que se acordará el jueves serán "las bases de trabajo" para avanzar en el pacto. El dinero para mejorar un servicio deficiente sigue separando a unos y otros.
El conseller Joan Saura, de ICV, que preside la parte catalana de la comisión bilateral, no quería celebrar la reunión sin contenidos. Pero Montilla ha forzado la máquina para celebrarla y escenificar algún tipo de acuerdo.
Parece que lo único que se cerrará serán asuntos referidos a la ordenación del litoral, la gestión de la seguridad privada o la de los permisos de trabajo para inmigrantes.
Cumbre del tripartito
El malestar de los socios del PSC es creciente pese a ser más atribuible a Zapatero que a Montilla. Esquerra pidió una cumbre para revisar el pacto e ICV la apoyó. El PSC aceptó ayer (la reunión será mañana) entendiendo que, simplemente, servirá para "actualizar" objetivos. Según su portavoz Miquel Iceta "la orientación estratégica del gobierno sigue vigente".
Pero tanto Esquerra como ICV expresarán su malestar por la forma en que algunos consejeros del PSC "cierran solos acuerdos estratégicos" (como el de las infraestructuras) con el gobierno del PSOE. No quieren que con Cercanías, la financiación o el aeropuerto pase lo mismo.
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