Los repartidores de prensa de la empresa Boyacá en la Comunidad Madrid, colectivo en huelga desde el pasado jueves, denuncian que después de un año de negociación por sus condiciones laborales la empresa les quiere imponer unas "condiciones precarias" y la salida de 130 de los 240 trabajadores actuales.

En un comunicado publicado en Twitter, los repartidores -adscritos a la firma DIMA, de Boyacá- contestan a un comunicado publicado a su vez por la empresa en el que esta asegura que "no puede permitirse" que los trabajadores en huelga "pretendan negociar con amenazas, coacciones y métodos violentos para mantener sus privilegios y prebendas".

Según Boyacá, los contratos vigentes, que vencen el 30 de agosto próximo y cuyo término ha sido avisado con seis meses de anticipación, tienen unas condiciones "privilegiadas y fuera de mercado", con "acumulación de prebendas y derechos que, a la fecha, no son acordes al manifiesto declive del sector de la prensa y revistas en papel que lleva más de diez años con caídas de ventas continuadas".

A través de un vídeo difundido en Youtube, los trabajadores en huelga denuncian la situación a la que se enfrentan: "El patrón quiere sustituirnos por Cabify o 'nuevos piratas del mundo del taxi'. No vamos a permitir que la distribución de la prensa en Madrid la hagan trabajadores no dados de alta como autónomos". Al grito de sí se puede, los trabajadores manifiestan su lucha por el trabajado regulado. "Hay que luchar por el trabajador regulado. Luchamos en el 91 y volveremos a luchar en 2018".

La empresa denuncia que este sábado los transportistas dejaron de prestar el servicio, retuvieron la mercancía e "impidieron de forma violenta, y con amenazas y coacciones" que se realizase el reparto con otros medios. Mientras tanto, tres personas han sido detenidas en la calle O'Donnell de Madrid acusados de ejercer acciones de "intimidación" al menos sobre un repartidor de prensa y pasarán a disposición judicial.

Los trabajadores contestan al comunicado de Boyacá con un mensaje en Twitter en el que aluden a las "mentiras, chantajes y amenazas" de la empresa. Según los repartidores, la empresa les quiere imponer condiciones precarias "abusando de su posición en el sector", y destacan que "el punto que hace imposible la negociación es la línea roja que han impuesto de despedir a 130 personas". Los trabajadores aseguran que este viernes fueron desalojados de las instalaciones de la empresa por la policía, con nueve vehículos antidisturbios que entraron al recinto.