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Valencia y Murcia: territorio comanche para Cospedal

No ha visitado estas dos autonomías desde que fue nombrada número dos del PP

MARÍA JESÚS GÜEMES

María Dolores de Cospedal tomó la palabra en la clausura del XVI Congreso Nacional del PP en Valencia en junio de 2008. El partido llevaba meses revuelto por los líos internos y el objetivo era que esa cita fuese el arranque de una nueva etapa. Cospedal acababa de ser elegida secretaria general e iba a compaginar el cargo con la presidencia del PP de Castilla-La Mancha. 'Nosotros somos el partido que necesita España', proclamó desde el escenario. De eso se va a cumplir ya un año y nueve meses. Mucho tiempo. Bastante si se tiene en cuenta que desde entonces no ha vuelto a pisar la Comunitat Valenciana.

Mientras que Mariano Rajoy ha acudido en varias ocasiones a respaldar al presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ella siempre ha rehuido esa foto. No le acompañó ni en plena campaña de las elecciones europeas de 2009, cuando el líder del PP viajó hasta allí en repetidas ocasiones para denunciar a 'los inquisidores' que perseguían a su partido por el caso Gürtel. Ni después, ya en septiembre, cuando estuvo en la plaza de toros de Valencia celebrando el inicio del curso político y el archivo de la causa por los trajes de Camps.

El agua y el caso Gürtel son los dos temas por los que ni va ni es bien recibida

Hoy tampoco se la espera en la mascletà de las fiestas falleras ni en la convención sobre el empleo organizada por el PP valenciano (PPCV), aunque ha sido invitada. El discurso correrá a cargo de Rajoy. Los colaboradores de Cospedal explican que es lo que suelen hacer: 'Se reparten los actos para cubrir más lugares'. También destacan que los fines de semana los suele aprovechar para compromisos en su tierra, Castilla-La Mancha. Ayer, estaba en Albacete, a tan sólo 191 kilómetros de Valencia.

Hay dos motivos por los que Cospedal no va nunca. Primero, porque mantiene una tirante y difícil relación con la cúpula del PP valenciano. Y, segundo, por el tema del agua.

En la formación regional, algunos se sienten indignados por el trato que les ha dispensado la secretaria general. Creen que, desde que estalló la trama de corrupción dirigida por Francisco Correa y su socio Álvaro Pérez, El Bigotes, se les ha estado tratando como delincuentes y recuerdan que, ahora mismo, nadie está imputado. Además, no olvidan cómo Cospedal ha desautorizado en más de una ocasión a Camps y cómo cesó, de forma fulminante, a su mano derecha, Ricardo Costa.

'Ni viene, ni se la quiere; levanta ampollas', dice un dirigente del PP

Durante aquellos días, la tensión entre la formación regional y la nacional era insostenible. Además, estaba en cuestión la capacidad de gestión de Camps para salir de la crisis económica y era visible la parálisis en la que se encontraba la Comunitat Valenciana. Por aquel entonces, Cospedal, para mantenerse informada, hablaba con los tres barones provinciales: Carlos Fabra (Castellón), Alfonso Rus (Valencia) y José Joaquín Ripoll (Alicante).

De aquellas charlas se produjo un acercamiento entre Cospedal y Ripoll, máximo representante del sector crítico con el líder de la Generalitat valenciana. Tanto que el pasado 27 de febrero el presidente de la Diputación alicantina la invitó a participar en un acto de apoyo a la alcaldesa de Villena, Celia Lledó, a la que cinco concejales afines a Camps habían abandonado para pasarse a la condición de no adscritos haciéndole perder la mayoría.

La visita de Cospedal habría sido vista como una bofetada en plena cara a Camps. Por eso finalmente optó por intervenir a través de un vídeo en el que dio su aval a la regidora. Ripollha sabido agradecer a Cospedal su respaldo apoyándola en la batalla hídrica que se dirime en el seno del PP. El dirigente alicantino se muestra ahora favorable a que haya un pacto entre autonomías de una vez por todas.

La visita de Cospedal habría sido vista como una bofetada en plena cara a Camps

El agua es la otra gran razón por la que a Cospedal no la pueden ver los conservadores valencianos. A sus compañeros de partido no les hizo ninguna gracia que como presidenta de Castilla-La Mancha apoyara una reforma del Estatuto en la que se ponía 2015 como fecha de caducidad para el trasvase Tajo-Segura.

Una vez solventado ese escollo, llevándolo al Preámbulo, surgió otro: establecer una reserva de agua de 6.000 hectómetros cúbicos. Camps y el presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, se oponen rotundamente. Cospedal mantiene el pulso y ellos han amenazado con acudir al Tribunal Constitucional si lo ven necesario.

Hasta que no se resuelva la partida, Cospedal no se puede presentar en Murcia. Tampoco ha estado nunca desde que se hizo con las riendas del partido. Ni sola, ni acompañando a Rajoy. Los conservadores murcianos dicen que no hace falta. 'No viene, ni se la quiere', comenta uno de ellos reconociendo que su presencia levanta ampollas.

Por donde sí se prodiga Cospedal es por Castilla-La Mancha. De hecho, desde que es número dos del partido conservador, se ha llevado allí la celebración de numerosos actos del PP nacional. Así mata dos pájaros de un tiro: cumple con los suyos y se reviste de la proyección necesaria para tratar de ganar al presidente de la Junta, José María Barreda. 

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