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Los vecinos del barrio, ejemplo de resistencia

Contra el expolio cultural. Las activistas más representativos del movimiento vecinal narran su lucha

La voz del vecindario /

TONI GARCÍA DE DIOS

En los bares del barrio de El Cabanyal de Valencia no se habla de los precios del carro de la compra, ni del paro, ni siquiera de la clasificación del Levante U. D., el equipo que nació en el barrio. Los temas de conversación giran en torno a construcciones, proyectos de demolición, venta de vivienda, resistencias

Esta semana ha sido muy convulsa para el barrio marinero. Sus vecinos viven en una montaña rusa y pasan de la euforia a la desesperación en cuestión de minutos, aunque están acostumbrados. El Cabanyal saltó a las primeras páginas de la información a cuenta de un informe del Ministerio de Cultura en el que, a instancias del Tribunal Supremo, se asegura que las obras de ampliación de la avenida Blasco Ibáñez, un proyecto municipal para crear una nueva salida al mar, cometen expolio sobre el patrimonio. Un informe que suponía la paralización inmediata de las obras de derribo y alejaba las excavadoras del barrio.

La asociación la forman vecinos, comerciantes y entes culturales

La noticia se recibió con jolgorio por los vecinos agrupados en la plataforma Salvem el Cabanyal. Una asociación que ha hecho de la paciencia una forma de lucha. La plataforma nació en abril de 1998 conformada por vecinos, comerciantes y entidades culturales. Desde entonces se han sucedido los actos de protesta en forma de manifestaciones, acciones reivindicativas imaginativas y la celebración cada año de la Jornada de Portes Obertes, en la que los vecinos del barrio abren sus casas para que diferentes artistas realicen intervenciones y así sean visitadas por todo aquel que se acerca al barrio.

Junto a las actividades reivindicativas, la plataforma inició un largo vía crucis en los tribunales que finalmente derivó en una sentencia del Tribunal Supremo del pasado 25 de mayo de 2009, que instaba al Ministerio de Cultura a pronunciarse sobre el expolio, y que este determinó la paralización inmediata del controvertido Plan Especial de Protección y Reforma Interior de Cabanyal Canyameral (PEPRI).

Desde 1998 no han dejado de organizar actos reivindicativos

Con la resolución del Ministerio parecía que todo había terminado, pero la Generalitat Valenciana, a iniciativa de la alcaldesa de la ciudad, Rita Barberá, se sacó un as de la manga: un decreto ley que pretende anular la orden ministerial y echarle un pulso al gobierno central con el objetivo de que el plan siga su curso. Ayer, la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, aseguró que el Gobierno de España sí 'respeta los mandatos de los jueces', frente a 'otros gobiernos', en alusión al gobierno de Francisco Camps, que 'no son tan respetuosos con los tribunales'.

En el barrio, la situación estos días es de una 'alegría confusa'. Alegría porque han empezado a ver que la situación se ha puesto de su lado, pero confusa porque no entienden las actuaciones de los políticos municipales y autonómicos.

Mientras tanto, en los bares, hay tiempo para el recuerdo de este barrio en el que los vecinos salían a las calles en verano donde incluso representaban obras de teatro. Así lo recuerda el octogenario Tio LLampa: 'Mi padre sabía el Don Juan Tenorio entero, hacía las preguntas y las contestaciones, se disfrazaba, se ponía un sombrero de paja con una col y ya tenía el disfraz, aquello era morirse de risa, era una hermandad, más que un vecindario'.

Memoria de un barrio que está más vivo que nunca. 'Lo demás son cuestiones de los políticos que ni nos conocen ni nos entienden', apunta un vecino mientras observa el periódico, intrigado por el futuro de su Levante Unión Deportiva, que resiste como el barrio que le vio nacer.

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