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Un violador múltiple frío y metódico

El agresor sexual detenido en Madrid, de 18 años, asaltaba a parejas jóvenes en el Parque del Oeste y violaba a las chicas

RAMIRO VAREA

Violento, frío, sádico, sin escrúpulos y joven, muy joven. Así es César U.Q., el ciudadano boliviano de 18 años detenido el sábado en Madrid. Está acusado de cometer cuatro presuntos delitos de violación, once robos con violencia e intimidación, robos con fuerza, dos lesiones y hurto.

Junto a él, cayeron otros ocho cómplices, entre ellos una mujer, todos de origen sudamericano, a quienes se les considera 'colaboradores necesarios' de estos asaltos. Cuatro de los detenidos ya están entre rejas, y el resto se encuentra en libertad con cargos. Sus víctimas eran parejas jóvenes, de entre 18 y 25 años, que se escapaban por la noche al Parque del Oeste. La primera violación fue el pasado 16 de agosto. La última, el 21 de septiembre.

Durante ese tiempo, exactamente cada doce días, los agresores reaparecían por la misma zona, y esperaban a sus víctimas. Lo hacían entre las 21.00 y las 02.00. En medio de la oscuridad, el grupo les asaltaba a punta de navaja. Primero les robaban lo que llevaran encima: dinero, teléfonos móviles, aparatos de mp3, tarjetas de crédito... Armados, con insultos y mucha violencia, los compinches de César U.Q. reducían al joven contra el suelo.

Insultos y vejaciones

Era entonces cuando el presunto agresor se alejaba con la chica unos cuantos metros. Sin nadie que le molestara, sometía a su víctima toda clase de vejaciones y maltratos, y la acababa violando. Lo hacía a cara descubierta. A veces, cubría su rostro con un pasamontañas. 'Acariciaba la cara y el cuerpo de sus víctimas. Con un lenguaje muy hostil, humillaba a las mujeres y les pinchaba por la espalda con arma blanca. Provocaba una sensación de terror y pánico a las parejas', relató ayer la máxima responsable de la investigación. 'En ocasiones, incluso les preguntaba por su vida sexual, sus actividades y su trabajo', añadió.

En los asaltos, cada vez más violentos, los delincuentes actuaban sin contemplaciones: si alguien oponía resistencia, le atacaban sin piedad. Un chico recibió una puñalada en la espalda al defender a su novia, y fueron varios los jóvenes que sufrieron cortes en antebrazos y manos al resistirse al atraco.

Pero la Policía dio enseguida con la pista. Un agente identificó a César U. en los alrededores del Parque del Oeste. Sus características físicas coincidían con las descripciones que de él habían hecho las víctimas. La investigación llevó a la Policía al Parque de Aluche, el lugar en el que se reunían los agresores. Y fue en ese barrio donde acabaron cayendo todos los sospechosos. En el momento de la detención el cabecilla, 'una persona seria, fría, de mirada profunda', no opuso resistencia.

En los domicilios de los detenidos, los agentes recuperaron teléfonos, relojes, reproductores de mp3... Algunos pertenecían a las víctimas.

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