Este artículo se publicó hace 13 años.
El yerno de los Tous declara que el instinto le hizo disparar por miedo a morir
El cuarto día del juicio del Caso Tous empieza con la declaración del imputado y su versión sobre lo ocurrido el día del homicidio
El yerno y jefe de seguridad de la familia de los joyeros Tous, Lluís Corominas, ha declarado como imputado ante el tribunal popular juzgado por la Audiencia de Barcelona en el cuarto día de juicio.
En el juicio, Corominas ha relatado que el día del asalto al domicilio de los joyeros se acercó al coche sospecho aparcado fuera, mantuvo una conversación con los dos individuos que había en su interior, sin entender lo que decían, y al ver un movimiento brusco disparó desde su coche.
"Vi un movimiento brusco y me vi muerto. El instinto me hizo disparar dos veces, sin mirar", ha explicado Corominas en el juicio, aunque en instrucción dijo que había visto que el asaltante tenía una arma, y ahora ha dicho que vio algo.
Corominas ha proseguido su relato y ha explicado que después bajó del coche y encañonó al copiloto para esperar a la policía y vio que el conductor estaba herido y sangraba por la nariz. "Me había cambiado la vida. Por la mañana desperté siendo un feliz padre de familia y por la noche estaba esposado y detenido", ha lamentado Corominas, en un momento en que se mostrado afectado.
Por la mañana desperté siendo un feliz padre y por la noche estaba esposado y detenido" En su declaración, el yerno de los Tous ha justificado su actuación alegando que sólo quería "dar miedo" a los asaltantes de la casa para que se fueran lo antes posible y que por eso se paseó por delante de las luces de la propiedad, para que le vieran.
A partir de preguntas de la fiscal, ha destacado que no entró dentro de la casa porque estaba esperando a los Mossos, que hacía un rato que habían sido avisados.
Ha explicado que estaba en casa con sus dos hijas pequeñas de 8 y 4 años, cuando el vigilante le llamó muy nervioso diciéndole que los mismos hombres del día 6 habían vuelto, iban armados, y que ya había avisado a la policía catalana.
Le pidió que fuera, pero como no podía dejar a sus hijas solas, Corominas primero llamó a un inspector, que no contestó, después a los abuelos Tous para que no fueran a casa y a su cuñada para que se quedase con las niñas.
"Le dije que iba a ir porque los mossos iban a llegar", ha asegurado Corominas, que ha explicado que recibió una segunda llamada del vigilante diciéndole que los mossos no venían y que los asaltantes estaban manipulando las cámaras y que sufría porque no sabía si mi cuñado y su hijo estaban en la casa.
"Saqué la arma de la caja y me fui para allá. Cuando llegaba recibí una tercera llamada en la que Julio, el vigilante, me dijo que estaban en la rampa, justo donde yo había aparcado, que iban armados, y que acababa de llegar un coche negro, el suyo, aunque el vigilante no lo sabía, mientras la policía no había llegado.
Diferentes versionesPese a que ante el juez de instrucción explicó que pensó que en el coche había una pareja discutiendo y que se acercó para advertirles de que había gente armada, en la Audiencia ha asegurado que reconoció el coche gravado tres días antes por las cámaras pero que pensó que no había nadie, ya que de lo contrario no habría ido, vio que había dos personas en el interior, gritó '¡Alto!' cogió la pistola del asiento del copiloto y realizó dos disparos.
También ha reconocido que una de las balas de dicha pistola era de punta hueca, que él sabía que era munición prohibida, y que se la entregó un amigo mosso, "con toda la buena fe", recomendándole que la colocara la última del cargador de su Glock, por si algún día tuviera que vaciarlo, que fuera "o todo o nada".
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