Este artículo se publicó hace 14 años.
Zapatero critica la "rebeldía" de los controladores aéreos
El presidente culpa al Partido Popular de haber consolidado los privilegios de los técnicos durante el mandato de Aznar
El escudo parecía claro desde el principio. José Luis Rodríguez Zapatero no desbordó las lindes que el Gobierno se había marcado en los últimos días para defender su gestión frente al mayor sabotaje en los aeropuertos españoles. Y las expuso ayer en el Congreso, en el pleno convocado para discutir las razones que llevaron al Ejecutivo a decretar el primer estado de alarma de la democracia. Uno, la rapidez en la resolución de la crisis: menos de 24 horas. Dos, el cúmulo de agravios y "chantajes" a todos los gobiernos cometidos por los controladores. Tres, la "determinación" y el "valor" que el Gobierno empleó para fulminar los "privilegios" de los técnicos aéreos, sin claudicaciones. Lo contrario a lo que hizo el PP cuando gobernó, que dijo "sí a lo que piden los controladores".
El presidente rotuló el estado de alarma como "una medida de excepción para una situación de excepción" pero también una medida "proporcionada", "valorada positivamente por los medios internacionales" para frenar la "afrenta constitucional" de los controladores, que el viernes se declararon "en abierta rebeldía con el Estado de derecho". La Moncloa había visto el riesgo "palpable" de que el plante que había comenzado en los aeródromos de Santiago se extendiese a toda España.
El Gobierno advirtió varios días antes del riesgo del plante en las torres de control
El jefe del Ejecutivo repasó la cronología de la crisis del fin de semana tras el abandono "súbito, masivo y simultáneo" de los técnicos y su voluntad de seguir "revisando y actualizando" la normativa para que la situación no se repita. Y para ello "no dudará en utilizar todos los instrumentos del estado de derecho". En el aire dejó la opción de solicitar a la Cámara la prórroga de la medida excepcional. "No vamos a estar en estado de alarma ni un día más ni un día menos de lo que necesiten este país y los ciudadanos, para que circulen libremente y sin riesgo de ser chantajeados por los controladores. Ni un día más, pero ni un día menos", reiteró.
Zapatero halló el apoyo general del Congreso. La estridencia quedó para el PP. Mariano Rajoy condenó a los "culpables directos" del caos aéreo por sus formas "ilegítimas, ilegales e intolerables". "Espero que haya quedado suficientemente claro", dijo, como para escurrir el bulto de sus palabras del pasado viernes, cuando afirmó que no quería "echar la culpa a nadie". Lo demás fueron bofetadas para el presidente y una emboscada dirigida al PSOE. Empezó a apuntar a José Blanco, un "ministro de Fomento a tiempo parcial". Y siguió: "Es un inútil total...". La grada socialista protestó. "Inútil total con dosis importantes de caradura, porque siempre encuentra una excusa para no asumir responsabilidades". La protesta del PSOE se agigantó, y José Bono tuvo que poner orden.
Rajoy continuó: "No seré yo quien emplee estos calificativos con el señor Blanco ni con nadie. Tan cariñosos epítetos fueron los que dedicó Alfredo Pérez Rubalcaba a un ministro de Fomento [Rafael Arias Salgado] por unos retrasos en el aeropuerto de Barajas en 1999".
Zapatero no aclara si solicitará la prórroga del estado de alarma
Imprevisión y determinaciónRajoy prosiguió. El estado de alarma equivale, dijo, a la "proclamación de impotencia" del presidente, a su "negligencia" y su costumbre por "buscar una salida in extremis" a todas las crisis: desde la de los controladores a "los problemas con Marruecos".
Zapatero se quejó del "partidismo" del PP. Defendió su gestión y, en su último turno, sacó la cara por Blanco. Recordó que fue él quien le convenció de que había que emprender la batalla "dura" contra los controladores. "Todos los gobiernos han ido bandeando la situación hasta que ha llegado un ministro que ha dicho: esto es intolerable".
Rajoy había afirmado que el convenio que José María Aznar firmó en 1999 "reproducía" el de 1992, el de Felipe González. Zapatero lo rebatió: el PP consolidó los privilegios de los controladores. Fueron las prebendas liquidadas en febrero. Luego se fijó la jornada laboral y se aclaró en el decreto ley del viernes, el que provocó el estallido.
"Imprevisión no", replicó el presidente, sino "mucha determinación, mucho valor". Porque "para algunos el Gobierno podía haber afrontado el desafío de otra manera: diciendo que sí a los controladores".
Zapatero, al final, echó en falta el "apoyo claro y completo" del PP. No lo tuvo. Enfrente tenía a un Rajoy agarrado a la presa del caos aéreo.
LAS CIFRAS"No hay más carga de trabajo"
8,8% menos de operaciones // En 1999, la ratio de operaciones por controlador al año era de 766. Y en 2010, dijo el presidente, era de 708, un 8,8% menos. La razón es que en 1999 había 1.641 técnicos, y este año, 2.418. “No están sobrecargados de trabajo”, dijo, y rogó que no se hicieran “defensas injustificadas” de quienes “no acatan la ley”. Rajoy señaló que en 1999 AENA operaba 1,68 millones de vuelos, y en 2007, 2,5 millones. Así, las horas extraordinarias pasaron de 676.000 en 2003 a los 1,18 millones de 2009.
39%de absentistas en Barajas // Zapatero subrayó que la “interpretación sesgada de la ley” que hicieron los controladores podía hacer que en diciembre dejaran su puesto el 39% de los técnicos de la torre de Barajas, un 8% de la de Canarias, un 65% de la de Palma y un 36% en la de Torrejón. Por ello el Gobierno aclaró el viernes cómo se computaban las 1.670 horas de trabajo y las 80 extraordinarias
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