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Zapatero lanza la carrera para recuperar Madrid

El presidente avala a Tomás Gómez como el líder capaz de desbancar a Aguirre en la Comunidad y reta al PP a «ganar las elecciones» si quiere eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía

LUIS CALVO

Tras la tormenta, la calma. Acalladas las críticas internas, Tomás Gómez encontró ayer en el presidente de Gobierno el empujón que necesitaba para su proyecto. Zapatero dejó clara la postura de Ferraz ante los delegzados al Congreso del PSM. Gómez es el hombre capaz de llevar el discurso del PSOE a Madrid, de hacer que cale. En resumen, de recuperar la presidencia de la comunidad y la alcaldía de manos de los conservadores.

Para ello el liderazgo de Gómez parece indispensable. “Compañeros, Tomás Gómez es un buen líder”, empujaba ayer Zapatero. Tres años, aseguró, son suficientes para construir un proyecto ganador. El optimismo del presidente se contagió a las bases.

El objetivo de Gómez es ingente. Desde su victoria en las autonómicas y municipales de 1991 el PSOE no ha conseguido ganar una sola elección en Madrid. Ayer, Gómez reveló que está inmerso en un “proceso de reflexión personal” sobre si mantiene su cargo de alcalde de Parla. El portavoz municipal en la capital, David Lucas, pidió por su parte un puesto de poco peso, para centrase en su oposición a Gallardón.

Ayuntamiento y Comunidad se han convertido en feudos conservadores y tumba, uno tras otro, de candidatos socialistas. Los malos resultados se contagian a las generales: desde la refundación del PP en 1989, el PSOE no ha conseguido superar en votos a los conservadores.

Derrota tras derrota, las divisiones internas debilitaban aún más al partido. Ese es el gran objetivo encomendado a Gómez: presentar un PSOE unido, que reme en la misma dirección para lograr la victoria. Los resultados parecen avalarle. Un 85,7% de los votos apoyó su candidatura.
Reconstruida la unidad, Zapatero dio la vuelta a la tortilla. Acusó al PP de divisiones internas. “Las luchas intestinas siempre traen secuelas”, advirtió. El mensaje valía tanto para propios como para extraños.

Zapatero cargó con dureza contra el PP. No dudó en tacharles de “hipócritas”: “Hipócritas” quienes se niegan a una ley que garantice los derechos de la mujer a interrumpir su embarazo. “Hipócritas” quienes no quieren que la gente sepa donde yacen, asesinados, sus familiares. “Hipócritas” quienes tratan de evitar que se enseñe Educación para la Ciudadanía con ruido. Y aquí lanzó un reto al PP: “Si quieren cambiar la asignatura por otra, lo que tiene que hacer es ganar las elecciones”.Frente a los “hipócritas”, dijo, el PSOE, apuesta por el bienestar general. Para el proyecto socialista, “superior en valores, fuerte, forjado en la historia, vivo y dinámico”, Zapatero aseguró que se necesitaba un líder resuelto. Dio incluso la receta ganadora. “Ser como somos y trabajar más”, será lo que distinga a un proyecto con “afán ganador”. Desde su asiento, Gómez le miraba satisfecho. A sólo cuatro días de su comparecencia sobre la crisis en el Congreso, Zapatero aprovechó también para esbozar su discurso económico. La prioridad será el empleo, pero “sin decretazos”. Al contrario, los empleados públicos, los que proporcionan servicios básicos, son parte de la solución. Los derechos sociales también. Hoy, resaltó, la protección por desempleo cubre al 85% de los empleados, “el mayor porcentaje de todo el periodo democrático”.

En su discurso, el líder socialista dedicó al PSM algunos comentarios en clave local. Confesó su sorpresa al enterarse de la intención de Esperanza Aguirre de privatizar Telemadrid. “¿Cómo? ¿Aún más?”, se preguntó irónico. Tras la broma endureció la postura. Entre los conservadores, “lo que prima son los intereses particulares, concluyó”.

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