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Zapatero reclama "temple" a los cuadros del PSOE

Anuncia una prórroga de seis meses en la ayuda de 426 euros para los parados y enfría el debate sobre la jubilación

GONZALO LÓPEZ ALBA

José Luis Rodríguez Zapatero culminó ayer con el grupo parlamentario su road show por los circuitos del PSOE para atajar el desasosiego interno provocado por la semana de pasión del Gobierno, que los cuadros socialistas somatizaron casi como augurio de una inevitable e inminente pérdida del poder, aunque todavía no se ha alcanzado el ecuador de la legislatura. Como en la gira por los mercados internacionales de la vicepresidenta Elena Salgado, restablecer la confianza ha sido la prioridad del presidente en sus reuniones de los últimos diez días con el comité federal, la ejecutiva y los parlamentarios del PSOE.

A estos, que abarrotaron el hemiciclo del Senado, les reclamó 'temple' para no dejarse arrastrar anímicamente por turbulencias episódicas como los 'movimientos especulativos' en la bolsa. 'Pongamos un poco de perspectiva a las cosas', les dijo el presidente del Gobierno con el tono seguro y tranquilizador del que quiere transmitir que sabe lo que se hace. Por si el tono no llegaba nítido, aseguró repetidamente que ninguna de sus decisiones es fruto de la improvisación ni el horizonte es tan sombrío.

'Tenemos un rumbo para España', 'tenemos las ideas claras', 'las políticas que hemos aprobado tienen un hilo conductor'... Ese hilo conductor es, según dijo, el propio 'proyecto socialdemócrata', que debe caracterizarse 'por ser capaz de redistribuir cuando las cosas van bien y de mantener las conquistas sociales cuando las cosas no van tan bien'.

'La crisis no es sólo económica, sino también una batalla de ideas'

Para certificar que sus palabras no eran un brindis al sol, anticipó que el Consejo de Ministros aprobará el viernes una prórroga de seis meses del plan de ayuda de 426 euros para los parados que hayan agotado la prestación contributiva o asistencial. Esa ayuda la reciben ahora 300.000 personas y, según los cálculos del Ejecutivo, se dará a otras 200.000. Los que ya han percibido esta ayuda seis meses no tienen derecho a más, sino que la prórroga se destina a nuevos parados.

Zapatero se reafirmó en el principio de que para su Gobierno 'los mejores aliados para la recuperación son los acuerdos sociales', que considera 'un instrumento generador de confianza y de fortaleza de la economía'. Así, no resultó sorprendente que calificara de 'buenísima noticia' el pacto sobre los convenios colectivos.

Por la misma razón, tampoco sorprendió a los parlamentarios socialistas, aunque resultó más llamativo, que el presidente enfriara el debate sobre la prolongación de la edad de jubilación. 'No es una propuesta para esta etapa', afirmó Zapatero, al tiempo que obviaba toda referencia a la extensión hasta los 67 años o al sistema de cálculo de las pensiones. En su lugar, reclamó un 'debate sereno' y 'un gran acuerdo nacional', pensando en las generaciones futuras. Para tranquilizar inquietudes sobre el estado de la Seguridad Social, informó de que el fondo de reserva alcanza los 62.000 millones.

El presidente reafirmó también la importancia crucial que da a la paz social al explicar la propuesta del Gobierno para reformar el mercado de trabajo. 'Aquellos a los que les gusta la mano dura dicen que es un documento light. No es ni duro ni blando; es un documento pacífico, para la concertación y el acuerdo social', defendió.

'Soy optimista no porque ignore la dificultad, sino por creer en España'

Sobre la situación general, sostuvo que se está 'en el tránsito de la recesión a la recuperación económica', aunque la crisis aún 'obligará a serios esfuerzos', pero insistió en que no se recortará 'ni una sola de las políticas sociales', de las que presentó a su partido y a su Gobierno como garante.

En la segunda parte de la reunión, a puerta cerrada, Zapatero puso una dosis ideológica al análisis de la situación: 'La crisis no sólo es un problema económico, sino también una batalla de ideas entre la política y los que no quieren regulación frente a la política. Eso está ocurriendo aquí y también en EEUU'.

Como colofón, afirmó que el plan del Ejecutivo para combatir la crisis 'responde a una idea de país que gira en torno a los avances sociales'. 'Soy optimista no porque ignore las dificultades, sino porque tengo confianza en este país y en el proyecto que representamos', aseguró el presidente del Gobierno.

Zapatero tuvo ayer un día de rosas. Los diputados y senadores de su partido desbordaron el hemiciclo del Senado, lo recibieron puestos en pie con una sonora ovación y refrendaron hasta en siete ocasiones los párrafos de corte más social de su discurso, que duró casi una hora. Hubo otros signos inusuales que evidenciaban lo singular de la reunión, programada para frenar el impacto de la semana negra. Así, entró escoltado por Fernández de la Vega, Blanco, Alonso, Pajín, Madina y Carmela Silva, y entre los diputados se sentaron hasta cinco ministros, incluida la vicepresidenta económica. El turno de preguntas se limitó a tres y nadie le puso en apuros. Y, a pesar de todo, cuando a la salida se encontró con unos niños que visitaban el Senado, les dijo: “Encontrarme con vosotros ha sido lo mejor que me ha pasado esta mañana”.

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