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Zapatero reta a Rajoy a que revele sus medidas anticrisis

El líder del PP exige al jefe del Ejecutivo que 'no cambie votos por transferencias' en la negociación de los Presupuestos

MIGUEL ÁNGEL MARFULL

El bálsamo del verano se evaporó ayer en el Congreso anunciando la tormenta política que inundará el otoño. En la primera sesión de control al Gobierno del nuevo curso parlamentario, el PP se esforzó en acreditar que nada ha cambiado tras las vacaciones, mientras el Ejecutivo reiteró su apuesta por las reformas estructurales puestas en marcha o a punto de iniciar su recorrido.

El líder del PP, Mariano Rajoy, quitó el polvo a su escaño pidiendo a Rodríguez Zapatero 'propósito de la enmienda' en el trimestre recién estrenado para corregir el 'despropósito' de su política económica.

Zapatero y Rajoy se reprochan estar 'igual' que antes del verano

En la otra orilla del hemiciclo, el jefe del Ejecutivo recogió el guante y cerró también el verano: 'Señor Rajoy, el que no tiene propósito de enmienda es usted, porque ha vuelto igual que se fue de vacaciones'. 'No le discuto la coherencia, pero sí la falta de imaginación y de propuestas sobre temas económicos que vienen demostrando usted y su grupo reiteradamente, junto con la falta de colaboración', completó el presidente del Gobierno, que hizo especial hincapié en la falta de alternativas que vayan más allá de la retórica planteadas por el PP frente a la crisis.

Para subrayarlo, Zapatero pidió a Rajoy 'que presente ya esas 50 medidas que está esperando todo el mundo para poder colaborar y discutirlas'. El jefe del Ejecutivo se refería al paquete de iniciativas en materia económica que Rajoy anunció que iba a llevar al Congreso tras la reunión que mantuvo la semana pasada la cúpula de su partido en Toledo.

Visiblemente incómodo, Rajoy evitó enunciar ninguna de esas iniciativas, y se limitó a pedir al presidente del Gobierno que acepte como propuestas, entre otras, las enmiendas del PP a la reforma laboral. Despejada la incógnita, el líder del PP regresó a su discurso. 'Yo estoy igual que antes del verano, acusó el golpe Rajoy,porque el paro ha aumentado, el crecimiento económico sigue disminuyendo y porque en Europa se ha iniciado la recuperación y aquí no'.

I+D+i y Educación serán las partidas menos recortadas en los Presupuestos

Llegado a este punto, el líder de la oposición situó sobre el cielo del hemiciclo el principal nubarrón que en forma de inquietud amenaza al Ejecutivo en este nuevo ejercicio: la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Rajoy se aferró a dos de los conceptos más desgastados por el uso en su diccionario de reproches: desconfianza e incertidumbre, que es lo que, a su juicio, genera Zapatero.

Rajoy denunció la debilidad de un Gobierno que 'no sabemos quién va a apoyar' para sacar adelante las cuentas. 'Usted no puede generar confianza; lo único que le pido en esta situación es que no haga dañoen el debate presupuestario cambiando votos por transferencias para mantenerse', dijo.

El PP estrenó así en sede parlamentaria el eje sobre el que girará buena parte de sus críticas hacia un Gobierno al que los conservadores acusan de actuar sometido a los mercados y a Europa antes, cuando se aprobaron las medidas más duras de ajuste del déficit, y a los nacionalistas vascos ahora, cuando urge en la agenda del Ejecutivo dar luz verde a los nuevos Presupuestos.

Esta vez, Zapatero ni siquiera acusó recibo, consumida la mayor parte de su tiempo en enumerar sus recetas contra la crisis plan de austeridad y reformas estructurales, y consciente de que el PP no es, precisamente, el grupo sobre el que planea edificar su negociación presupuestaria.

El presidente se limitó a desplegar el muestrario de iniciativas a las que el Gobierno ha encomendado la recuperación: reducción del déficit, reforma laboral y de los sistemas financiero y de pensiones, entre otras, para 'garantizar un crecimiento que puede ser más o menos rápido, pero que será sostenido', según vaticinó.

Los próximos Presupuestos se convirtieron en una referencia obligada en el primer ejercicio de control al Gobierno. Su negociación alimentó las críticas de Rajoy y las esperanzas de Zapatero, que acarició a un PNV cuyo concurso es clave para que el Ejecutivo pueda aprobar las cuentas públicas.

En su estreno parlamentario, el presidente escenificó un abrazo, nada velado, al destacado papel que los socialistas confieren al Grupo Vasco en la elaboración de los Presupuestos: 'Estamos a la espera de un diálogo que espero constructivo y en el que, por cierto, su grupo tiene bastante que decir', recordó al portavoz del PNV, Josu Erkoreka, quien no mudó el gesto, dando cuenta de la dureza de la negociación que se avecina.

Rodríguez Zapatero no entró al detalle de unas cuentas que se están ultimando, aunque sí aceptó la invitación del PNV de no reducir la inversión en I+D+i, área que 'será la menos afectada' por las restricciones del gasto junto a la de Educación, según avanzó para responder al responsable del Grupo Vasco.

Si los Presupuestos son la novedad, el inicio del curso se reencontró también con una asignatura añeja. La urgencia electoral volvió al Congreso por boca de su portavoz con una frase que Soraya Sáenz de Santamaría destiñe cada miércoles: 'En España no hay Gobierno, pero hay alternativa'. Así se presentó a una vicepresidenta que le recordó otra idea recurrente también en la réplica del Ejecutivo: 'Para gobernar hay que ganar las elecciones, no las encuestas'.

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