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Era una zona más tranquila que cualquier calle de Madrid

Tinduf es uno de los lugares más frecuentados desde hace años por la ayuda española

S. H.

Todo ha sucedido aquí. Han entrado en tres de nuestras casas y han destrozado las puertas', explicaba Bárbara Magdaleno, cooperante de la ONG Movimiento por la Paz (MPDL), una de las organizaciones de ayuda humanitaria españolas que trabaja en los campamentos refugiados de Tinduf (Argelia).

El estupor reinaba entre los cooperantes que ayudan a los más de 165.000 personas que viven en la zona, sobre todo porque, hasta ahora, no había existido ningún problema grave de seguridad ni mucho menos como el de hoy, donde los atacantes entraron a tiros en los módulos donde residen los expatriados.

Este es el primer rapto en los campamentos en 36 años de existencia

Juan Bedialauneta, cooperante de la ONG Hegoa, que trabaja en un centro de jóvenes en el campamento de Esmara, señaló a Efe que Ainhoa, una de las secuestradas, al ver que había jaleo, se encerró en su módulo y llamó a una compañera que estaba fuera del recinto y le dijo que había visto hombres armados, vestidos de militares. 'En otro módulo se encontraba Enric Gonyalons, que al parecer estaba leyendo, porque había un libro en el suelo, y también parece ser que opuso resistencia', añadió este trabajador.

Este es el primer secuestro que se vive en los campamentos saharauis en sus 36 años de existencia. Hasta hoy, los cooperantes paseaban tranquilamente entre las casitas y jaimas. Tinduf es un lugar de destino preferente de la solidaridad española y allí se celebran distintos eventos como el Festival de Cine del Sáhara (Fisahara).

'Lo sucedido es un antes y un después en cooperación', dice una ONG

'Nunca ha habido problemas de seguridad, tan sólo algún robo sin importancia. Los campamentos son muchos más seguros que cualquier calle de Madrid o Barcelona', afirmó a este diario Andoni Lubaki, fotoperiodista que pasa largas temporadas entre Rabuni y El Aaiún (en el Sáhara ocupado). 'Hay que tener en cuenta el movimiento de armas que ha habido en la zona desde la guerra de Libia', agregó.

De la misma manera se expresó el canario Carmelo Ramírez, portavoz de la Federación Estatal de Instituciones Solidarias con el Sáhara. 'La seguridad siempre ha sido buena, en tres décadas nunca hemos tenido ningún incidente', apuntó Ramírez. Este veterano en la ayuda al Sáhara señaló que la proximidad de Rabuni a una carretera de paso habría propiciado la impunidad con la que habían entrado y salido lossecuestradores.

Unos 165.000 refugiados saharauis viven entre casas y jaimas

Actualmente no hay ningún protocolo común de seguridad para las ONG españolas que trabajan en ayuda humanitaria. 'Cada una, en función del país, establece unas normas', explicó María Sande, portavoz de Solidaridad Internacional. Estas medidas pasan por seguridad privada, desplazarse en coche o cumplir un toque de queda bajo el que no se puede salir de la zona supuestamente protegida.

'Lo sucedido va a suponer un antes y un después en lacooperación en la zona, ya que si hasta ahora había unas medidas de seguridad de perfil bajo, a partir de ahora las medidas serán de un perfil alto extremo', resumió Alfonso Torres, portavoz de la Asociación de Trabajadores y Técnicos sin Fronteras (ATTsF). Uno de sus cooperantes se libró por poco de ser también secuestrado.

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