jueves. 28.03.2024
POBREZA Y DESIGUALDAD

Matar a los ricos: temor al ‘efecto joker’

Temiendo un “efecto Joker” la organización Patriotic Millonaires propone un incremento de la carga tributaria para los ricos. La iniciativa intenta evitar una escalada de las tensiones sociales.

kill the rich

Inmediatamente después del crash financiero de octubre de 2008 comenzaron a circular algunas consignas callejeras que despertaron la atención de la prensa. La más extrema de ellas llamaba a “matar a los ricos; convertirlos en alimento para pobres”. El movimiento Occupy Wall Street repitió la consigna en carteles y pintadas, aunque lo que exigía verdaderamente era mayores impuestos para los millonarios. “No es justo que nosotros, la mayoría, el 99 por ciento, tengamos que sufrir para que ellos, los millonarios, se hagan cada vez más ricos”, aseguraba por su parte el responsable de la Coalición Para la Justicia Educacional, organización que denuncia las desigualdades sociales y económicas entre los habitantes de New York.

Matar al rico; convertirlo en alimento para el pobre, se fue convirtiendo en un ruidoso complemento panfletario de las reivindicaciones más pacíficas y modestas. El odio al rico encontró justificación en el hecho de que un escaso porcentaje de multimillonarios se alzó con una riqueza equivalente a la de 4.600 millones de personas; es decir, el 60 por ciento de la población mundial. Pero si hay un hecho en particular que motiva la ira de quienes con gusto convertirían a los ricos en alimento envasado, éste es que los ricos actuales, a diferencia de los de antaño, no aportan absolutamente nada a la sociedad. Y en tiempos de crisis estos “descuidos” del sistema se hacen intolerables.

Patriotic Millonaires, un selectísimo grupo de multimillonarios, teme que la concentración de la riqueza en pocas manos pueda poner en jaque la convivencia democrática

El efecto Joker ya ha provocado algunos sustos en los Estados Unidos. El número de víctimas de la injusticia social crece al mismo ritmo al cual se incrementan las fortunas de los 2.153 millonarios que poseen sumas que acabarían con el hambre y la pobreza a nivel global. Matar al rico dejó de ser una simple consigna para transformarse en una potencial amenaza. Eso es lo que cree la organización Patriotic Millonaires, un selectísimo grupo de multimillonarios que teme que la concentración de la riqueza en pocas manos pueda poner en jaque la convivencia democrática.

Fundado en Estados Unidos en 2010, el grupo Patriotic Millonaires es un ejemplo de ese miedo real que la ficción de Todd Phillips terminó por instalar entre los ricos más influenciables. Tanto es así que durante la semana posterior al Foro Económico de Davos, Patriotic Mollonaires, a través de su fundador, Morris Pearl, hizo saber sus intenciones de “apostar por una redistribución progresiva del ingreso”, al tiempo que manifestó sus deseos de que los ricos paguen mayores cargas tributarias para disminuir las desigualdades económicas y sociales”.

El pedido de esta organización de millonarios -cuyo requisito para ser miembro es demostrar ingresos de más de un millón de dólares anuales o bienes equivalentes a cinco millones- coincide con la instalación del debate sobre los impuestos y la desigualdad, que ya comienza a darse en las potencias occidentales. El estallido financiero de 2008, el posterior rescate a la banca, los contínuos ajustes presupuestarios que impactan siempre en el bolsillo de las mayorías, agudizaron la brecha entre ricos y pobres. Y estas diferencias crecientes se han transformado en un tema prioritario en el mundo desarrollado, quizás porque 2019 dejó claros ejemplos del desastre social provocado por la aplicación del modelo neoliberal en países de América Latina. Ecuador, Chile, Colombia y Haití estuvieron al alcance de los ojos de quienes se negaron a ver las consecuencias del modelo hasta que fue demasiado tarde. En las recientes protestas producidas en Colombia, el impuesto a los ricos y a las corporaciones fue cobrando cada día más relevancia. En Chile fue la primera dama, Cecilia Morel, quien sugirió a los ricos “ceder parte de nuestros privilegios” para intentar calmar el descontento social que provocó el estallido.

En la sociedad actual, un grupo minoritario está beneficiándose del sistema mientras que más de la mitad de la población sobrevive como puede. La desigualdad es tan abismal que el diario The New York Times se preguntó, no hace mucho tiempo, “¿Cómo puede ser que, siendo tantos los pobres, permitan el lugar que los ricos le dan en el mundo? ¿Por qué no reaccionan? ¿Por qué no se revelan?”. Interrogantes que el mismo medio supo responder en octubre de 2019 cuando una editorial de domingo llevó por título: “Rebelión contra las elites en América Latina”.

En la extraordinaria “Joker”, matar a los ricos no es solo una consigna, sino una imperiosa necesidad. Hay tanta injusticia, tanta deshumanización, tanto dolor en Ciudad Gótica, que la rebelión contra los ricos alimenta las esperanzas de un futuro de equidad. Los millonarios -esa  escasa porción que no supera ni al uno por ciento de la población mundial- no duermen tranquilos. Saben de sobra que la realidad puede superar cualquier ficción. 

Matar a los ricos: temor al ‘efecto joker’