jueves. 28.03.2024

Todos con el Gobierno

filo

Quiero decir, que todos haciendo lo que hace el gobierno, reduciendo la actividad paulatinamente hasta mantener solo las constantes vitales de acuerdo con la evolución de la pandemia. Cada día somos más estrictos con las medidas del autoconfinamiento. Yo por mi parte he ido reduciendo la circulación de memes y videos, he eliminado progresivamente los canales con propuesta exclusivas de fitness hasta su desconexión, he hecho lo propio con los programas de dietas saludables, las recetas de Julie por ejemplo, y así un largo etcétera hasta conseguir el apagón informativo coincidiendo con la promulgación del decreto por el que solo se mantienen los servicios esenciales, que en mi caso se reducen al inicio de la rueda de prensa que ofrecen los técnicos desde la Moncloa alrededor de las 12:30 todos los días, que coincide con la exposición de los datos brutos de; nuevos contagiados, fallecidos, ingresados en UCI y dados de alta, para volver de inmediato al autoconfinamiento, sin esperar siquiera a un análisis más pormenorizado de esos datos, ese ya lo hago yo luego, y teniendo en cuenta que a continuación se adueña del escenario la frase fatídica “sin novedad en el frente” y confieso que me da mucho miedo este vocabulario castrense que evocan un pasado de sufrimiento para muchos de nosotros.

Como digo a partir de ese momento hago efectivo el apagón informativo como la medida más radical para mejorar mi confinamiento. Una medida que como comprenderéis no ha sido fácil, la más dura de mi entorno, pero he ido analizando los escenarios y su evolución, y sin necesidad incluso del consejo de ningún experto, he tomado la decisión.

Cada día me inclino mas por la filosofía, tiene enormes ventajas, es de lectura lenta y normalmente entiendes poco, pero lo cierto es que lo que entiendes es muy luminoso

Sé que el apagón puede dañar partes de mi cuerpo, que cuando acabe todo esto, me cueste más ponerme en marcha, pero por encima de todo está la salud mental.

Nadie podrá acusarme de inacción hasta tomar la decisión del apagón. Primero fue la TV, cuando al poco del confinamiento ya pude comprobar que la información es como la de los previos a la retransmisión de las campanadas de fin de año, todas las cadenas han montado una cámara fija en Callao y periódicamente conectan con sus corresponsales para que cuenten viandantes, bien por Preciados, bien por la calle del Carmen. Esto en lo que se refiere a la crónica social. En lo que tiene que ver con el conocimiento experto tan necesario en circunstancias como las actuales, la alarma se ha producido cuando he comprobado que cada cadena conecta a diario con su panoplia de expertos y al cabo de 3 semanas no son capaces de articular un mensaje distinto al del primer día. Impresionante.

Bueno pensaba que no estaba todo perdido. Quedaba la radio que tanto acompaña ¡verdad!  Aquí las cosas no han ido mucho mejor, al principio pintaba bien, pero progresivamente he podido comprobar como en todas las emisoras incluso en las más cercanas, a primera hora despliegan una suerte de ojeadores, como buscadores de trufas, con la misión de oler sangre, único indicador para la elaboración de sus editoriales que inundan las primeras franjas horarias informativas  para dar paso en las horas valle a un macro consultorio sentimental de época.

En estas condiciones hay que hacer un plus de esfuerzo para no poner en riesgo el esfuerzo realizado hasta ahora y después de ajustar los dispositivos he hecho efectivo el apagón a partir de las 8 horas de esta mañana.

La incógnita es que voy hacer ahora sabiendo que cuesta mucho concentrarse para leer y que ando escaso de plataformas.

La verdad es que cada día me inclino mas por la filosofía, tiene enormes ventajas, es de lectura lenta y normalmente entiendes poco, pero lo cierto es que lo que entiendes es muy luminoso. Valga este ejemplo de Walter Benjamin “el aburrimiento es un paño cálido y gris formado por dentro con la seda más ardiente y coloreada en el que nos envolvemos al soñar. En los arabescos de su forro nos encontramos entonces en casa”.

Todos con el Gobierno