Catorce días en manos del mar

Babacar, que vino a España para que su madre saliera adelante, está confinado en casa esperando retomar pronto el trabajo FOTO: Basilio Bello
Babacar, que vino a España para que su madre saliera adelante, está confinado en casa esperando retomar pronto el trabajo FOTO: Basilio Bello

Sheyla Bermúdez (@Shey_Lista) / porCausa

  • "Nadie debería arriesgar su vida, pagando un montón de dinero para llegar aquí", dice Babacar, que llegó a España con 24 años y sin hablar español. 
  • "Para que una persona deje su país y se meta en un barco para llegar a España, tiene que estar sufriendo mucho, su situación tiene que ser muy mala"
  • Desde que consiguió los papeles no ha parado de trabajar "con todos los derechos, pagando impuestos y siendo uno más"

"Según llegué, me dieron películas para ir vendiendo por los bares. Una, tres; dos, cinco. Un día fui a un bar y un cliente me vio las pelis que tenía en la mano y me preguntó «¿tienes más»; para mí, «tienes más» era el nombre de una película. Yo no sabía nada de español. Al llegar a casa le comenté a mi primo que había una película nueva que todavía no teníamos. Me dijo que no sabía nada y cuando le expliqué que un cliente me había preguntado por esa película, me indicó que en el momento en el que alguien me dijera eso, yo tenía que enseñarle todo lo que llevaba en la mochila. Esa es una anécdota que no se me olvidará en la vida.

Un día vas por la calle y vendes, otro no vendes nada, otro te para la policía, te saca la mercancía y te deja con las manos vacías... Fue muy duro. Pero hay que luchar para seguir adelante. Nunca puedes tirar la toalla".

Babacar Día llegó a España a finales del año 2007. Tenía 24 años y no hablaba español. Su padre había fallecido y su madre luchaba para poder sacar a sus hijos adelante en Senegal. "Para que ella saliera adelante, yo tenía que hacer algo. El motivo por el que me vine a España fue ese: mi madre", explica. Baba tenía un primo en Galicia que lo animó a subirse a una patera en busca de una vida mejor. Y así fue, después de "14 días en un barco, mojado 24 horas, comiendo lo que podía y viendo cómo la gente se quedaba por el camino", consiguió llegar a Tenerife. El viaje asegura que "fue muy duro" y, actualmente, "a toda esa gente que quiere venir en patera, le diría que no, que ni lo intenten".

A toda esa gente que quiere venir en patera, le diría que no, que ni lo intenten

"Puedes llegar bien, puedes llegar mal o puedes no llegar. Todo depende del mar", explica Babacar. Como él, hay miles de personas que pagan para subirse en un barco sin garantías de que llegarán a un lugar mejor. Un barco que viaja por el Océano Atlántico con más gente de la que puede soportar. En Senegal, trabajó como carpintero, lavando coches, estuvo en el ejército... Admite que en Senegal no estaba mal pero que es muy complicado ganar dinero porque allí "viven al día y no hay un trabajo que te garantice un sueldo mínimo a final de mes".

Cuando llegó a Tenerife estuvo 40 días en el Centro de Internamiento de Extranjeros de Hoya Fría, dónde, según dice, lo trataron bien. Al pasar ese periodo de tiempo, le preguntaron si tenía familia en España y les facilitó el número de teléfono de su primo. Así, le dejaron viajar hasta A Coruña, donde estuvo trabajando como vendedor ambulante hasta que consiguió los papeles. Desde ese momento todo cambió. No ha parado de trabajar "con todos los derechos, pagando impuestos y siendo uno más. Es una vida totalmente diferente, otro mundo".

"Fácil no hubo nada. Todo fue difícil. No sabía ni decir hola en español, pero cuando vas a un país nuevo tienes que apañártelas para aprender su idioma. Tienes que luchar. Nadie va a meterte la comida en la boca". Baba está contento porque ahora está mejor: tiene trabajo, "una mujer maravillosa" y un hijo al que adora, pero sigue preocupado porque "hay muchos compañeros que están incluso peor de lo que estuve yo en su día y me duele". También está preocupado por su familia debido a la situación del coronavirus, aunque en Senegal son pocos los casos de personas contagiadas y están tomando las medidas pertinentes.

Fácil no hubo nada. No sabía ni decir hola en español, pero cuando vas a un país nuevo tienes que apañártelas para aprender su idioma. Tienes que luchar.

"Cuando hago mi comida, primero la pruebo en mi casa y, si me salió bien, la reparto con todo el mundo". Babacar se muestra en contra de probar una vacuna contra el coronavirus en África. Considera que deben hacerlo en el país en el que se haga y, si tiene efectos positivos, enviarla al resto del mundo. Una sugerencia propuesta por unos médicos franceses que la Organización Mundial de la Salud ya ha tachado de "racista" y "colonial".

"Para que una persona deje su país y se meta en un barco para llegar a España, tiene que estar sufriendo mucho, su situación tiene que ser muy mala", expone. Si algo tiene claro es que, tras su experiencia, no le recomienda a nadie venir a Europa sin papeles porque considera que "nadie debería arriesgar su vida, pagando un montón de dinero para llegar aquí".