La soledad del último adiós

  • Agencia Atlas - 11/04/2020 17:50
"Las llaman rosas eternas, la tiene mi hija hace tiempo y ha querido que se la pongamos a su abuelo como ella no puede venir." Son las palabras de la hija de Luis, acompañada de su madre. Solo tres personas en el cementerio. Un protocolo tan frío que resulta deshumanizado. En los cementerios un coche fúnebre se aleja y ya llega el siguiente, sin tiempo para las despedidas. Familiares sin contacto, con mascarillas y guantes, solo los ojos a la vista. Sonia despidió a su padre desde la ventana de su casa, "le pedí a la funeraria si por favor me podía acercar el coche fúnebre vi la caja, una despedida dura, desde luego", cuenta. Juan pudo ver a su mujer, a Isabel, por última vez, pero sus hijos no, despedidas donde los abrazos, tan necesarios, a veces son irremediables, como cuenta Juan, "tenía un familiar en el hospital, él no pudo aguantar y se fundió en un abrazo, ha sido el único abrazo que he tenido" el único abrazo a parte del  de sus hijos o su cuñada. Listas de espera interminables para los entierros, para las incineraciones, sin fecha y un sentimiento que se repite: el de la soledad. -Redacción-

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