La pandemia agudiza el ingenio humano para adaptarse a la nueva normalidad

  • Agencia Atlas - 22/06/2020 08:50
¿Quién dijo que había que quitarse la mascarilla para comer? Sólo hacía falta estrujarse un poco el cerebro y una pinza. El confinamiento nos ha dado tiempo para buscar todo tipo de sustitutos a nuestras manos. Tiempo para encontrar la pieza que le faltaba al esnórquel para convertirse en una mascarilla de alta protección. Y también para conseguir que las cenas sean mucho más íntimas. A grandes problemas, grandes soluciones. Y hay algo en particular que estos meses se ha metido hasta el fondo de nuestras vidas, la tecnología vigila nuestros movimientos y los de nuestra temperatura. Y cuidado, porque los robots llegan fuerte al mercado laboral, preparan todo tipo de comidas, sin posibilidad de contagio y con contacto directo con los clientes. Desinfectan ellos solitos nuestros espacios y por si acaso también nos duchan con ozono a nosotros. -Redacción-

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