martes. 23.04.2024
MIGUEL RODRÍGUEZ - CONSEJERO DE SANIDAD

“Estamos valorando obligar al personal sanitario a vacunarse de la gripe si nos autorizan los servicios jurídicos”

“Yo sería partidario de pedirle al Estado que no recurra la deuda de Valdecilla”.

Los profesionales sanitarios, Premio Beato de Liébana de este año.

“Si en algún momento hay que priorizar la asistencia sanitaria de determinadas personas, el criterio no puede ser la edad”.

“Un avión es una bomba de relojería en contagios. Si viaja un caso, al terminar el vuelo se puede haber multiplicado por 20”.

“Me incluyo entre los optimistas que piensan que para finales de este año o principios del que viene habrá una vacuna en el mercado”.

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez | Foto: edc
El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez | Foto: edc

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez (Reinosa, 1964), licenciado en Medicina y Cirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cantabria, llegaba al Gobierno de Cantabria en 2019, y apenas unos meses después ha tenido que gestionar en la comunidad la lucha contra la mayor pandemia que ha vivido España, y el mundo en general. Superados los peores momentos, y una vez se ha entrado en una nueva normalidad, tiene que afrontar el goteo de casos de COVID-19 que, por el momento, ha dejado solo un rebrote en Santander. Nos atiende en su despacho para abordar la situación en la que se encuentra Cantabria, las medidas que se están tomando para hacer frente a los nuevos casos, los riesgos que existen de que se junten dos amenazas como la gripe y el coronavirus, y temas de actualidad como la deuda del Estado con Cantabria por las obras de Valdecilla.

Una pregunta que todos nos hacemos es saber qué falló, por qué no detectamos antes la llegada del coronavirus y se adoptaron medidas tan drásticas un 15 de marzo.

A toro pasado siempre es más fácil, pero lo cierto es que deberíamos haber tomado antes las decisiones. Salud Pública nos insistió desde el primer momento en tomar medidas drásticas, y nosotros lo hicimos el día 13, antes de que se declarase el Estado de Alarma. Pero teníamos que haberlo decidido antes. Lo que ocurre es que, como en la desescalada, tenemos que lograr un equilibrio y superar la parte económico-social y la parte estrictamente sanitaria. La primera ya se ha logrado, pero la económica y la social van a ser muy duras.

La Comunidad ha tenido una de las tasas de mortalidad más bajas de la pandemia. ¿A qué se ha podido deber?

Creo que el éxito, además de haber tenido menos incidencia que otras regiones, está en los equipos directivos de los centros, que han organizado muy bien la asistencia sanitaria, y en los profesionales, cuyos cuidados determinan si un paciente tiene que ir a la UCI o no, o si tiene que salir. Por supuesto, el estado del paciente es clave, pero también los cuidados. Y en este caso los hospitales han sido fundamentales, han soportado más carga de urgencias e ingresos.

Desde la Consejería no salió ninguna instrucción de limitación de ningún tipo respecto al traslado de pacientes a los hospitales

En referencia a los profesionales, se han sentido muy abandonados después de haber sido la principal línea de batalla contra el virus. ¿Se les va a reconocer de algún modo este esfuerzo?

Hay que distinguir entre reconocimiento y reconocimiento económico. El primero lo han tenido de la sociedad, que al final es lo más importante, y del Gobierno y de la Consejería. Es más, el Consejo de Gobierno ha aprobado dar el Premio Beato de Liébana este año a los profesionales sanitarios. Otra cuestión es lo económico. Tenemos que ser conscientes de que, aunque en algún momento se pueda materializar, la situación económica es la que es, y uno no puede dar lo que no tiene. Este parón ha afectado también a la Administración. Va a ser un año muy complicado presupuestariamente, hemos tenido muchos más gastos y menos ingresos.

Circuló durante un fin de semana un mensaje a través de redes sociales en el que un alcalde afirmaba que, supuestamente, se había trasladado desde el equipo de Gobierno que a las personas mayores de 80 años afectadas por COVID-19 no se las iba a trasladar al hospital. Siendo usted consejero, ¿ha dado esta orden o ha sido consciente de que no han sido trasladados a un hospital ante el alto número de enfermos?

Rotundamente no. Desde la Consejería no salió ninguna instrucción de limitación de ningún tipo respecto al traslado de pacientes a los hospitales. Pero es que no se me ocurriría nunca. Lo peor que uno puede hacerle a un médico es decirle que tiene que hacer algo que vaya en contra de su ética profesional. Es más, en algún momento se planteó consultar al Comité Nacional de Bioética si iba a hacer alguna recomendación en este sentido y yo dije que no se iba a hacer esa consulta. Primero porque confiaba en que íbamos a tener medios suficientes, y segundo porque no quería entrar en una dinámica que es complicada. Hay que dejarlo a criterio de los profesionales.

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez | Foto: edc

¿Entiende, como consejero de Sanidad, que supuestamente se pueda hacer esto en alguna comunidad?

No me parece bien. Si en algún momento hay que priorizar la asistencia sanitaria de determinadas personas, el criterio no puede ser la edad. Debe ser la funcionalidad u otro tipo de criterios.

Y respecto a las residencias, ¿se va a adoptar alguna medida especial? ¿Se van a medicalizar de algún modo?

Tenemos que asumir que, mientras tengamos este goteo de casos, el virus está ahí y puede haber un rebrote en cualquier momento

Hay varias actuaciones. En el modelo de Cantabria la atención a los residentes, que no a las residencias, radica en los médicos de atención primaria y en los equipos de enfermería. Es cierto que la epidemia nos ha enseñado que la gestión de los residentes debe ser de otra forma y estar mucho más pendientes del día a día. Hemos creado un grupo de trabajo de profesionales sanitarios y de servicios sociales cuya misión es estudiar lo que ha pasado y hacer propuestas de mejoras. Luego hay otras cuestiones, como optar por otro modelo en el que las residencias tengan sus propios equipos médicos, o dotar de equipos de protección a residentes y trabajadores. Pero en este caso Sanidad solo puede darlos a los usuarios de las residencias; los trabajadores tendrían que recibirlos de la Administración o del empresario, que son los que gestionan estos centros y, por tanto, de los que dependen los empleados.

Hemos tenido un primer brote en Santander en la nueva normalidad. ¿Entra esto dentro de los cálculos de la Consejería? ¿Tuvo algo que ver que Cantabria salió del Estado de Alarma unos días antes de lo establecido?

Tenemos previsto que haya rebrotes. De eso no nos vamos a librar. Prácticamente todas las comunidades autónomas tienen alguno. El nuestro podría haber estado relacionado con la movilidad, pero no es así. De hecho, todos los contagiados son personas residentes en Cantabria desde siempre y no han viajado. En todo caso, tenemos que asumir que, mientras tengamos este goteo de casos, el virus está ahí y puede haber un rebrote en cualquier momento. Tenemos que convivir con el virus hasta que haya una vacuna o un tratamiento eficaz. Lo importante es detectar los brotes rápidamente y tomar medidas que, aunque pueden parecer exageradas, son necesarias porque no sabíamos la repercusión que tenía. Por suerte, en el caso de Santander las pruebas permitieron diagnosticar los casos y confinar el brote.

Mantenemos todas las estructuras que montamos para la epidemia de Covid

¿Ha estado desbordado en algún momento el sistema sanitario en Cantabria?

No, en ningún momento. El mayor pico de hospitalizados fue de poco más de 400, y la capacidad de camas es mucho mayor. En la UCI ocurrió lo mismo, no llegó a 40 y teníamos previstos hasta 80 puestos. Pero sí ha estado muy tensionado. Por una parte, porque los profesionales no sabían cómo se comporta el virus. La indefinición les ha generado mucho estrés. Pero además de eso, está el estrés de estar al frente de los enfermos sin saber si se podían contagiar.

¿Está preparado el SCS para afrontar un posible regreso de la pandemia que vivimos en marzo? ¿Cuántos test se están realizando actualmente?

Tenemos que convivir con esa posibilidad. La ventaja que tenemos es que no nos coge desprevenidos. De hecho, mantenemos todas las estructuras que montamos para la epidemia de Covid. Aunque es muy aventurado decirlo, no creo que el rebrote alcanzara los niveles que hemos pasado. Estamos más preparados para identificar los posibles casos y tomar medidas de aislamiento. Si miramos atrás, igual deberíamos haber puesto el peso de la gestión en la atención primaria, como ahora, y que a todo caso sospechoso se le hiciera la prueba, pero también es cierto que en el primer momento no teníamos la capacidad que tenemos ahora. La semana pasada hicimos más pruebas que en pleno pico de la epidemia, casi 5.000.

El consejero de Sanidad, Miguel Rodríguez | Foto: edc

Con la nueva normalidad se abre el Espacio Schengen, y con ello la llegada de turistas a Cantabria. ¿Le da miedo el verano?

Vivimos en buena medida del turismo, no podemos ser ajenos a esa realidad. Eso implica riesgos, y es la preocupación que tengo

Pues sí. Es cierto que hay que tener un equilibrio entre la parte económica y la sanitaria. Si aplicásemos solo los criterios sanitarios, paralizaríamos todo. Cantabria, y el resto de España, vive en buena medida del turismo, no podemos ser ajenos a esa realidad. Eso implica riesgos, y es la preocupación que tengo. Para poder viajar a otros países, la UE ha establecido como criterio la incidencia de casos, pero hay que tener en cuenta a las personas que viajan. Y está comprobado que el contacto físico en espacios cerrados favorece muchísimo la transmisión del virus. Un avión es una bomba de relojería desde este punto de vista. Si viaja un caso, al terminar el vuelo se puede haber multiplicado por 20. En otros espacios como fiestas o verbenas el factor multiplicador es 50. Son actividades que tenemos que seguir limitando.

Que un Estado agote las existencias de un potencial fármaco que disminuye la mortalidad, ¿no cree que se está abriendo otro tipo de enfrentamiento sanitario en el que salgan perjudicados los países con menos recursos económicos?

Es una cuestión complicada, pero no es algo nuevo. Al comienzo de la Hepatitis C solo había una marca comercial y muchos países no pudieron acceder al tratamiento. Ocurre siempre que hay un monopolio, y la empresa que lo tiene hace su propia guerra. Esto mejorará en el momento en que haya varios medicamentos en el mercado. Desde luego, si el Remdesivir fuese único y se comercializa al precio que se ha publicado, a los países desarrollados nos generaría problemas presupuestarios, y a otros ni siquiera les permitiría acceder a los tratamientos. Quiero aclarar que este tratamiento no es milagroso, lo que hace es rebajar la duración y los síntomas. Por tanto, para utilizarlo hay que valorar su eficiencia.

¿En qué situación se encuentra el desarrollo de vacunas?

Me incluyo entre los optimistas que piensan que para finales de este año o principios del que viene habrá una vacuna en el mercado. Hay varias muy avanzadas que ya experimentan con personas: la de Oxford, China, Estados Unidos,… En España se está trabajando muy bien en un tipo de vacuna propio.

Valdecilla es la referencia de la sanidad en Cantabria. ¿Qué opinión le merece que el Gobierno haya recurrido ante el Supremo el pago de los 22 millones de euros comprometidos de la obra de Valdecilla?

Si la COVID ha tenido las consecuencias que todos conocemos en las personas mayores, no me quiero imaginar una coinfección con la gripe

Esto es un despropósito desde el principio. Toda esta situación se hubiese evitado si quien lo metió en los Presupuestos lo paga. Si se hubiera ejecutado nos habríamos ahorrado todo este lío. Cantabria lo reclamó y lo ganó en la Audiencia Nacional. También hay que saber que la Abogacía del Estado, por norma, recurre sentencias desfavorables, excepto que expresamente la Administración diga lo contrario. En este caso, entiendo que el Estado debería haber dicho que no se recurriera o que se eliminara el recurso. Además, creo que el recurso lo van a perder, solo se dilata en el tiempo. Esos 22 millones nos vendrían muy bien para pagar el exceso de gasto que hemos tenido con esta situación, que ha sido muy alto.

El PSOE, en el Pleno del Parlamento del pasado lunes, votó en contra de pedirle al Estado que no recurra la sentencia de Valdecilla. ¿No habría bastado con una abstención?

Yo sería partidario de pedirle al Estado que no lo recurra, desde luego.

La nueva normalidad ha generado una nueva forma de vida y de comportamiento, también en la atención sanitaria. ¿Prevé que estos cambios se mantengan?

Está funcionando razonablemente bien, pero lo que nos va a dejar esta pandemia es que muchas cuestiones que no lográbamos echar a andar ahora tienen que salir adelante sí o sí. Teleconsultas, monitorizar a los pacientes en sus casas,… son cosas que han venido para quedarse. Los pacientes están contentos en general, y los profesionales también. Es algo a lo que nos tenemos que acostumbrar hasta que haya una vacuna, porque los centros sanitarios son un foco de contagios. Para dar un resultado de una prueba no necesito tener a una persona delante, y muchas otras cuestiones se pueden resolver de forma telemática.

Muchos ayuntamientos como Noja o Santoña piden más médicos y ayuda en sus centros de salud en verano, pero al final tienen más pacientes y los mismos profesionales. ¿Se contempla un refuerzo?

Es una situación muy complicada. La hemos vivido en veranos anteriores, pero este año se añade la COVID. El problema es que no tenemos médicos para contratar. Entiendo que a la gente eso no le sirve porque quieren tener atención. Además, tenemos profesionales que no podemos poner en primera línea por complicaciones sanitarias. Vamos a revisar estos protocolos porque la situación no es la misma que en plena epidemia, y aunque soy partidario de proteger a nuestros profesionales, también tenemos que dar el servicio. Podríamos trasladar médicos de zonas menos pobladas a estos municipios, pero no podemos decirle a un alcalde que le quitamos al médico. Hay que matizar que en todos los equipos tenemos un médico de refuerzo para afrontar las bajas en el servicio que se puedan producir.

Se habla de un posible rebrote para finales de verano y comienzos del otoño que podría coincidir con la campaña de la gripe. ¿Se está estudiando adelantar la vacunación?

Sería bueno adelantarla para que la gente no se nos coinfectase de COVID y de gripe. Si la COVID ha tenido las consecuencias que todos conocemos en las personas mayores, no me quiero imaginar una coinfección de las dos patologías. Debemos favorecer la vacunación en dos sentidos: aumentar el porcentaje de población que se vacuna y adelantar la fecha, pero esto tenemos que coordinarlo entre todas las comunidades autónomas. Queremos hacer campañas específicas de vacunación en los centros residenciales para que no quede nadie sin vacunar. Y estamos valorando obligar al personal sanitario a vacunarse si nos autorizan los servicios jurídicos. Siempre lo habíamos dejado al criterio de los profesionales.

“Estamos valorando obligar al personal sanitario a vacunarse de la gripe si nos...
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