miércoles. 24.04.2024

“Tengo vacaciones en Biarritz y quiero ir a Santoña a pasar unos días de descanso para desconectar”. Jean Jacques Peña es un francés, afincado en esta localidad turística francesa, a dos horas y media en coche, que suele visitar Santoña de forma habitual, ya que tiene familia en este municipio.

Trabaja en un hotel de cinco estrellas en el municipio francés, que el año pasado acogió la Cumbre del G-7, y tras trabajar duro en verano pretendía visitar Santoña, el pueblo donde nació su padre quien emigró a Francia siendo un niño con los abuelos de Jean Jacques, como refugiados de la Guerra Civil.

A este francés le gusta practicar surf, tomar las rondas de vinos y cervezas por el pueblo y llevar para su país anchoas y bonito. “Quiero comprar frascos de anchoas y bonito”, llegó a decir a la familia, pero de momento le será imposible por el aislamiento de Santoña durante al menos 14 días, dependiendo de la evolución.

“Este virus es peligroso y no podemos hacer nada, solo cuidarnos”

Antes de venir ha preguntado a la familia cómo se encuentran, cómo está la situación y si podía coger el coche mañana y visitar Santoña, pero tras la negativa ha dicho: “este virus es peligroso y no podemos hacer nada, solo cuidarnos”. Y es que este joven de 44 años, natural de Palavas les Flots, una localidad turística de alrededor de 5.000 habitantes, junto a Monpellier, ha venido a Santoña desde niño con sus padres y habla y entiende casi perfectamente el castellano.

“Dime cuándo puedo venir, cuidaros mucho vosotros y un beso fuerte”, así se despedía de su familia Jean Jacques que tiene una semana de vacaciones.

OTRA HISTORIA

“Hemos cambiado los billetes y nos vamos hoy, miércoles. Ya estamos en Santander, sale el tren ahora”. Marián es una madrileña que pasa desde niña sus veranos en Santoña, junto a su familia, y hoy la noticia le ha cogido por sorpresa.

Su intención era marchar mañana para la capital española, su lugar habitual de residencia, y ante las dudas iniciales, ha decidido, junto a su hija Sandra, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, hacer las maletas y dar por concluida su estancia en Santoña.

“Hemos decidido irnos hoy, porque mañana no sabíamos que iba a pasar. Y los conductores de transporte de Alsa no saben nada tampoco”, aclaró Marián desde la estación de tren en Santander. Ante esta situación, ha preferido irse hoy a todo correr porque tiene que estar el día 4 en Madrid y no se podía arriesgar, explicó.

Prefiere no revelar su identidad, pero es un santoñés que trabaja en Brasil desde hace cuatro años. Siempre, a mediados de agosto y en Navidad regresa a Santoña para reencontrarse con la familia y pasar unos días de vacaciones. 

De forma voluntaria, Julio ha estado cinco meses confinado en su casa de Brasil, saliendo una vez a la semana al mercado. Al llegar a España a mediados de agosto, se hizo una prueba PCR que dio negativa y estuvo siete días en cuarentena voluntaria solo en una casa en el monte, cedida por un amigo en el País Vasco. 

Solo lleva unos días en Santoña, aunque hoy está en Asturias disfrutando de la Comunidad vecina, cuando se ha encontrado con la noticia del aislamiento. Este joven calificó de muy relajada la situación que se vive en Santoña frente a lo que ha visto en Brasil, donde regresará el 23 de septiembre.
 

“Tengo vacaciones en Biarritz y quiero ir a Santoña a pasar unos días de descanso”
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