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El principal objetivo del Gobierno central, "hay que reiniciar la educación presencial y se va a hacer con seguridad", según el ministro de Sanidad, Salvador Illa, es el compartido por los ejecutivos de las 17 comunidades autónomas. Con diferentes fechas de inicio y solo dos retrasos anunciados de momento: en Murcia para dar tiempo en la gestión de los centros y Asturias para poder hacer las pruebas sanitarias a los docentes. Madrid, a pesar del caos vivido esta semana, no lo contempla, pero sí cuatro escenarios de actuación en las aulas según la incidencia del virus, lo mismo que Navarra, mientras el resto optan por tres. Protocolos distintos aunque todas bajo la guía de unos criterios comunes de higiene, distancia y reorganización educativa acordados con La Moncloa esta semana. Que reclama, además, poder conocer previamente el estudio de cualquier cierre educativo autonómico. "La conveniencia es hablarlo entre todos, porque esto tiene repercusiones en otro territorios", apunta Illa. Es decir, un conocimiento conjunto de la situación, aunque la última palabra sobre el cierre educativo, recuerda el ministro de Sanidad, la tiene cada autonomía. Una vuelta donde habrá que acostumbrarse a la presencia del llamado delegado Covid, a los grupos de convivencia estable y a una educación basculante entre lo presencial y telemático, sobre todo a partir de los 14 años. Todo mientras desde sindicatos como CC.OO. se insiste en que hacen falta, todavía, el doble de los profesores contratados y se exige al Gobierno que baje, por ley, las ratios en las aulas ya que, aseguran, sólo la Comunidad Valenciana cumple con el máximo de 20 alumnos.  -Redacción-