Madrid se ha convertido en el epicentro europeo del coronavirus. Las cifras de casos por habitante son muy superiores a cualquier otra región del continente y a cualquier otra CCAA.

Si en marzo aún podía funcionar la excusa de que "el virus nos cogió a todos por sorpresa" (aunque eso no explica por qué también entonces España fue uno de los países más afectados de Europa y Madrid la región más castigada),  ya han pasado seis meses desde entonces.

La excusa de que "Madrid es la capital y tiene mucha movilidad" tampoco se reconcilia con los datos.

Mientras otros países y algunas CCAA españolas preparaban sus protocolos y sus sistemas sanitarios para evitar una catástrofe como la de marzo, el Gobierno de Madrid parece que fió sólo a la fortuna para que no se repitiese.

Para que os hagáis una idea de la situación actual de Madrid: en algunos barrios del sur de la ciudad, el número de casos por 100.000 habitantes supera ya el nivel 1.000. En Alemania los protocolos dictan que se deben confinar las zonas que tengan una incidencia superior a 100. ¡Diez veces menos!

No es casualidad. La gestión de la pandemia ha sido nefasta:

Rastreadores: Según las recomendaciones de la OMS, Madrid necesitaría como mínimo 1.200 rastreadores (1 por cada 5.000 habitantes), pero en la actualidad cuenta con 566. Ayuso ha prometido en numerosas ocasiones que contrataría a los rastreadores que hicieran falta, pero la región sigue sufriendo un enorme déficit de personal.

De hecho, no son pocos los casos de personas que dan positivo y denuncian de que nadie les ha llamado para hacer el trazado de sus contactos.

Enfermeras para los colegios: La Consejería de Educación ha admitido que sólo ha contratado a 3 de las 150 enfermeras para centros escolares que anunció que incorporaría.

Profesores: Ayuso prometió la contratación de 10.610 profesores adicionales. Con el curso ya empezado, aún faltan más de 1.500.

Falta de técnicos de laboratorio y reactivos para hacer las PCRs en algunos hospitales.

Falta de personal en la Atención Primaria. 

Falta de personal en el Servicio de Salud Pública