jueves. 28.03.2024

Váyase señor Casado

En los años mozos de mi generación, hace tanto tiempo que no sé cómo me acuerdo todavía, cuando nos reuníamos unos cuantos en la calle para protestar por algo, venían unos señores vestidos de gris que nos decían "Disuélvanse" antes de pegarnos con unas porras que formaban parte de su dotación reglamentaria.

Años después, cuando los señores de gris habían cambiado de uniforme para vestirse de color beige, se hizo famoso José María Aznar por, entre otras cosas, decirle al presidente de Gobierno, "Váyase señor González". No tenía mucho que ver con la situación anterior pero, a mí, eso que decía Aznar me recordaba el antiguo "Disuélvanse". No blandía una porra en la mano, pero yo lo veía vestido de gris. No parecía amenazar al Presidente de Gobierno, pero le transmitía el mismo mensaje del antiguo "Disuélvanse". Nos habíamos dotado de un sistema democrático, pero Aznar no parecía haberle cogido el tranquillo y no sabía que, si quería llegar a gobernar, tenía que usar el procedimiento establecido. Como, más tarde, hizo.

Ahora, esos señores de beige hace ya muchos años que se visten de azul y, yo, me siento un poco como Aznar. Veo algo que no me gusta y, como no encuentro la forma de resolverlo, pretendo que se resuelva solo, que se "disuelva". Por eso, voy a tener que hacer lo mismo que hacía él con el señor González. Decir, "Váyase señor Casado".

Váyase señor Casado. Váyase de la foto de Colón. Salga de esa imagen en la que se le confunde con la ultraderecha. Me parece legítimo que haya españoles que añoren una ideología como la de Vox y, aunque no me lo pareciera, debería de aceptarlo porque es real. Hay gente que piensa como ellos y tiene que haber un partido político que les represente en el Congreso de los Diputados. Mejor es un grupo parlamentario que un somatén. Pero distíngase de ellos porque no todas las personas de derechas añoran a Franco. Me cuesta ponerme en su pellejo, pero estoy seguro de ello.

Váyase señor Casado. Váyase de cosas como el "España Suma". No solo es inútil para conseguir los fines que se propone ya que hasta a Vox le parece insuficiente, porque, además es insuficiente. Es que, sobre todo, tiene el riesgo de que, en algún momento pueda ser suficiente y se sume Vox para constituir un gobierno que traslade su sede al Valle de los Caídos, como casi hizo Felipe II con el Monasterio del Escorial, muy cerca de allí.

Váyase señor Casado. Váyase del apoyo de Vox en la Junta de Andalucía para evitar que pueda prosperar en algún momento su propuesta de apertura de un proceso nacional de devolución al Estado de las competencias de Educación, Sanidad, Justicia y Orden Público, y, eso, después de que la presidencia de la Junta haga una declaración institucional en contra del modelo de autogobierno. Porque, si pasara eso y el señor Moreno se viera reducido a la única tarea de limpiar las calles, iba usted a tener problemas en su sucursal andaluza.

Váyase señor Casado. Váyase del apoyo de Vox en el gobierno de la Comunidad de Madrid para que la señora Diaz Ayuso no tenga que debatir con sus socios de la ultraderecha la ilegalización de los partidos independentistas, la identificación de los inmigrantes ilegales para que la sanidad española, universal, se desocupe de ellos, o la derogación de las leyes de Memoria Histórica, LGTBI, de Identidad y Expresión de Genero e Igualdad Social y no Discriminación de la Comunidad de Madrid.

Váyase señor Casado. Váyase del apoyo de Vox en el gobierno del Ayuntamiento de Madrid. Con ello, el señor Martinez Almeida dejará de perder el tiempo cambiando nombres de calles y rompiendo placas conmemorativas de demócratas de izquierda y podrá dedicar su jornada laboral a resolver los problemas de los madrileños, cosa que terminaran por agradecérselo. Ni tendrá que convencerles de que el Ayuntamiento no abandone la FEMP o tragarse la falta de respeto del portavoz de Vox a las víctimas de la violencia de género.

Váyase señor Casado. Váyase de todo eso, porque va a hacer un servicio a los españoles. A los de derechas, porque separar el grano de la paja es, de tan necesario, obvio. Cuando usted pueda ofrecer soluciones, de derechas, a los problemas de los ciudadanos sin tener que competir en radicalidad con Vox, a lo mejor encuentra apoyos en ese centro político que siempre ha añorado la derecha. Pero también a los de izquierdas porque, así como un buen deportista necesita un buen contrincante para sacar lo mejor de sí mismo, al gobierno de coalición de izquierdas le hacen falta argumentos contrarios que puedan debatirse en el terreno de las ideas y las soluciones a las inquietudes ciudadanas y no en el del insulto y la descalificación.

Porque, además, le va a salir gratis todo eso ya que es improbabilísimo que Vox deje de votarles donde ahora lo hace. Puede que les haga la vida un poco más difícil a sus presidentes de comunidades y alcaldes de las ciudades donde les apoyan. Puede que les hagan cambiar el nombre de algunas otras calles y romper algunas placas conmemorativas más, pero no van a entregar ningún gobierno a la izquierda. Acuérdese de que el golpe de estado del 23 de febrero cuando, de verdad, se acabó, fue cuando Tejero vio los nombres de Felipe González y Santiago Carrillo en la lista de gobierno que llevó el general Armada al Congreso de los Diputados tomado por los que, en aquel momento, creían que había "el peor gobierno de los últimos ochenta años". En ese momento, tejero “votó” por Calvo Sotelo.

No estoy seguro de que, a todo el mundo le interese que usted, señor Casado, se vaya de todo eso. Desde luego, al gobierno de Sánchez, si pensara solo en mantenerse en el poder, como suele decir usted, no le interesaría nada que usted se fuera de la famosa foto y que siguiera reproduciéndola, día a día, en Madrid, Andalucía, Murcia y todos esos ayuntamientos donde ustedes marchan haciendo el paso de la oca con los de Vox. Le voy a confesar una cosa: desde el punto de vista de su continuidad, al gobierno le vendría muy bien que usted siguiera donde está a pesar de su manifiesto, casi un pronunciamiento, del pasado 23 (otro 23) de octubre.

Pero, aunque solo fuera por eso, por fastidiar al gobierno de Pedro Sánchez, váyase señor Casado. Claro que, no había caído yo en ello, a lo mejor no se quiere usted ir de todo eso.

Váyase señor Casado