Otras miradas

La obra de Artemisia y Lidia, restituida en Londres tras ser despojada por el padre y el marido

Conxa Rodríguez

Exposición Female Minimal: Abstraction in the Expanded Field

Tres siglos separan a Artemisia Gentileschi (1593-1652) de Lidia Moholy (1894-1989), en cambio, las une un hecho: su obra artística se la adjudicaron el padre y el marido respectivamente. Artemisia se perpetuó en el anonimato hasta la segunda mitad del siglo XX; Lidia peleó para que su nombre fuese reconocido en la Bauhaus. Ahora coinciden las dos en Londres. La exposición de Artemisia ha sido trompeteada hasta la saciedad; la de Lidia reúne a 13 mujeres de 10 países bajo el título Female Minimal: Abstraction in the Expanded Field en la galería Thaddaeus Ropac del barrio de Mayfair. Cerca de ambas en la geografía londinense, Tracy Emin declara su amor por Edvard Munch en la Royal Academy junto a Marlene Dumas, Louise Bourgeois y Maria Lassnig.

Lidia Moholy, nacida y graduada en Historia del Arte y Filosofía en Praga, además de trabajar como profesora de alemán e inglés, conoció en Berlín al artista húngaro Lászlo Moholy-Nagy con quien se casó en 1921. El sueldo de ella como editora era el único ingreso del matrimonio en la escuela o comunidad Bauhaus establecida en Alemania entre 1919 y 1933, fundada por el arquitecto Walter Gropius quien negó la autoría y los pertinentes derechos de la obra fotográfica de Lidia. Ésta se dedicó a fotografiar hasta 1930 la arquitectura Bauhaus por dentro y por fuera. Gropius adjudicaba las fotos de Lidia a Lászlo. Ella no recuperó su obra, físicamente y legalmente, hasta la década de 1960 tras un largo litigio.

La muestra que incluye a Lidia Moholy abarca nombres que van desde la década de 1920 hasta la abstracción de los años 60 y 80 haciendo hincapié en la abstracción  geométrica o en grupos como Los Diez Pintores Concretos (Cuba), Abstracción-Creación (París) o Zurich Concrete (Suiza). Junto a Lidia exponen Rosemarie Castoro, Maria Lai, Liliane Lijn, Verena Loewensberg, Mary Miss, Vera Molnar, Marlow Moss quien masculinizó su nombre Marjorie, Lydia Okumura, Ana Sacerdote, Loló Soldevilla, Magdalena Wiecek y Shizuko Yoshikawa. Female Minimal: Abstraction in the Expanded Field ha contado con dos comisarios, Anke Kempkes y Pierre-Henri Foulon, quienes cuentan a Público que "es la primera vez que se reúne un grupo de artistas como éste, especialmente desde que se ha incorporado a Shizuku Yoshikawa a raíz de la última investigación sobre ella".

"Al margen de países o nacionalidades, esta exposición demuestra que la historia de los movimientos de vanguardia es siempre el resultado de una historia transnacional, de migración y circulación. El pozo del que hemos extraído las trece artistas de diez países es mucho más grande porque la historia global de la abstracción está todavía en fase de producción, hubiésemos podido incluir nombres del Próximo Oriente o más de Asia", explican los comisarios de la exposición quienes igualan Europa y EEUU en la reivindicación de mujeres minimalistas o de movimientos abstractos. La muestra se abrió el 29 de octubre, sin fecha de finalización, hasta que la galería lo crea conveniente, otro de los cambios que conlleva el covid-19: improvisar calendarios.

Cerca en el centro de Londres y lejos en el tiempo de Artemisia, y menos lejos de las minimalistas y abstractas, expone su trabajo Tracy Emin, nacida en 1963; son 25 obras (pinturas, esculturas y luminosos), producto de la admiración al noruego Edvard Munch en la Royal Academy, del 15 de noviembre al 28 de febrero bajo el enunciado La soledad del alma. El espíritu, y la obra artística de Munch, no sólo ha influido en Tracy Emin sino que también lo ha hecho en Marlene Dumas, Louise Bourgeois y Maria Lassnig, según analiza la historiadora del arte Patricia Berman en un libro publicado recientemente.

Las exposiciones citadas están instaladas en el centro de Londres, no obstante, la presencia de mujeres artistas, por casualidad o causalidad, se expande por toda Inglaterra desafiando al año de la covid-19 (y 20). Breaking the Mould: Sculpture by Women since 1945, reúne la obra de 45 escultoras (valga la repetición numérica) que rompieron moldes en escultura después de la Segunda Guerra Mundial (valga la redundancia con el explicito título). Es una exposición itinerante que va de Yorkshire, a Nottingham y Hull mostrando la creación de nombres consagrados, o menos conocidos, como Barbara Hepworth, Elisabeth Frink, Kim Lim, Cornelia Parker, Rachel Whiteread o Anthea Hamilton.

Los museos Tate todavía no han conseguido la mitad de sus exposiciones dedicadas a mujeres, pero parece que andan en ello. En Tate Modern (arte moderno internacional) expone la fotógrafa sudafricana no binaria Zanele Muholi que en sus imágenes explora qué constituye el género que define a las personas en masculino o femenino y examina la sexualidad e identidad de los humanos. Y en tres dimensiones, en el mismo museo junto a la orilla sur del río Támesis, la escultora Maria Bartuszova mostrará (retrasada por el coronavirus) sus producciones de escayola blanca y formas abstractas. En Tate Britain (arte moderno británico), y en diciembre en Saatchy Gallery, la pintora londinense Lynette Yiadem Boakye presenta una galería de personajes que van de los clásicos a los ficticios contemporáneos en una técnica que la caracteriza.

El personaje ficticio, de distinta naturaleza a los de Lynette Yiadem, es Alicia en el país de las maravillas. Cómo ha sido retratada e interpretada, desde su origen en el siglo XIX hasta hoy, la niña que se desliza por el agujero de una madriguera es el tema de la exposición en el museo Victoria and Albert de Londres. Fuera de la capital, en Woking, en el museo Lightbox –cerrado hasta el día 2 de diciembre por el segundo confinamiento- se presentará la obra de Briget Riley cuya minuciosa geometría llega a marear la visión del observador y una muestra titulada Women at work. La fotógrafa Hahhanh Starkey enseña sus creaciones en Wakefield (norte de Inglaterra). También en el norte, Newcastle, Challenging Convention: Women in Britain 20th Century pone este mes de noviembre la lazo al paquete de exposiciones que ha llevado a las mujeres a ocupar la agenda artística inglesa a pesar, o debido, a la pandemia.

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