¿Las mujeres sostienen la mitad del cielo?

Dijo Mao Tse Tung, en una de sus muchas intervenciones habladas y escritas sobre la opresión en base al sexo, que "las mujeres sostienen la mitad del cielo". Hace casi un siglo de esa frase, y parece que ahí seguimos, sosteniendo el cielo.

Aunque somos más de la mitad del mundo, aunque este es un estado donde el feminismo golpea fuerte, ayer nos mostraba Marisa Kohan la cotidianidad de las mujeres. El verdadero día a día. El no existir, el no estar representadas ni representar nada. Ponencias, charlas, talleres de todos los temas -incluidos aquellos donde también somos mayoría- completamente copados por  hombres. Tienen la voz, tienen el voto.

Ellos nombran en la RAE, ellos hablan en los espacios públicos, ellos opinan en los medios, ellos habitan el mundo mientras nosotras seguimos sosteniendo el cielo para que no los aplaste.

La responsabilidad no es sólo de los organizadores, no sólo de los ponentes que aceptan asistir sin preocuparse de sus compañeras de gremio. La responsabilidad es de todo el mundo. De quienes asisten, de quienes ver las cartelerías llenas de hombres y no dicen nada, de quienes se niegan a que esto sea síntoma de nada, de quienes no denuncian ni dicen nada.

No sólo hay que denunciarlo en redes, hay que pringarse de forma individual en el día a día, sintiéndose parte del todo porque, la realidad es esa: cada persona es parte del todo. Somos parte de la ciudadanía y en nuestro ejemplo va todo.

Cada una de nosotras, cada uno de vosotros, encuentra en su día a día motivos para denunciar, para hablar, para hacer peticiones. ¿Es incómodo? Sí, muchas veces. Y una lata. Y te quedas con el cuerpo regular, como si de alguna forma estuvieras siendo tú el o la indeseable que tiene ganas de gresca. Pero no nos equivoquemos, la gresca ya existe, y vamos perdiendo nosotras desde hace siglos. Y por cada acto de denuncia o de reivindicación, habrá oídos y ojos que perciban y mentes que piensen. Y tú puedes abrir hoy una espita en alguien de la misma forma que una feminista la abrió ayer en ti.

¿A quién le importa el qué dirán cuando quienes lo dicen son precisamente el problema? La lucha ya está en las calles, o te unes con el ejemplo o estás en contra. No existe realmente, en una sistema machista, una posición equidistante. Porque ver, oír y callar es fomentar ese sistema, que se nutre del silencio y de la ceguera voluntaria.

La lucha feminista es cada vez más ancha y poderosa, lo peleamos cada día dejándonos las piel desde hace tres siglos, y con cada ola el sistema tiembla. No es que necesitemos la ayuda de los aliados para ganar batalla tras batalla, eso es comprobable, pero la única opción decente es apoyarnos. Cada vez somos menos mujeres sosteniendo el cielo. O los hombres empiezan a hacernos relevo en masa o se les va a caer encima... y con suerte, sucede en mitad de una de esas ponencias masculinas.

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