El cómic de ciencia ficción con ADN de aquí

La ciencia ficción llevada al cómic por autores de nuestro país, desde Albert Monteys a Pablo Ríos

 

Texto: Manu GONZÁLEZ  Ilustración: Albert MONTEYS

 

Kurt Vonnegut se hizo famoso como escritor con Matadero Cinco o La Cruzada de los Niños, novela publicada en 1969 e inspirada en sus vivencias como prisionero de guerra en la Dresde nazi de 1945. Relato satírico y antibelicista, Matadero Cinco retrató el zeitgeist político de finales de los sesenta con una historia de ciencia ficción con extraterrestres extraños y viajes temporales.Contando a partir sus propias experiencias, Vonnegut es el narrador de la vida de Billy Pilgrim, un joven soldado desprendido de su tiempo que no sabe dónde o en qué parte de su propia corriente temporal podrá aparecer. La sexta novela del autor de El desayuno de los campeones es un reto visual tanto cinematográficamente, George Roy Hill lo intentó con bastante éxito en 1972, como en forma de cómic. El secreto era no tomárselo como la adaptación de una novela sino utilizando el rico lenguaje del cómic, con sus espacios en blanco entre viñetas que el lector puede rellenar con su imaginación como si fueran las puertas temporales que el propio Pilgrim atraviesa. El guionista Ryan North también se convierte en el narrador omnisciente por encima del mismo Vonnegut, introduciendo la historia de cómo se escribió el libro y las influencias del autor dentro del mismo cómic.

Este material tan denso, en manos de un dibujante más normal hubiera sido desastroso, pero aquí tenemos a Albert Monteys (Barcelona, 1971), experto en ciencia ficción, ya tardan en hacerse con su colección de relatos ¡Universo! (Panel Syndicate-Astiberri, 2014), y aún más experto en el lenguaje del gag cómico, quien convierte esta revisión del maestro Vonnegut, editada por Astiberri, en un emocionante homenaje a su autor y una de las obras maestras que se publicaron en nuestro país el año pasado.

No es la única adaptación con ADN español que podemos encontrar en las librerías estos días, aunque Matadero Cinco sea un producto creado en Norteamérica con dibujante de Barcelona. De la misma Ciudad Condal, desde Ediciones Gigamesh viene Transcrepuscular. Los ojos bizcos del Sol 1, versión en cómic de Jordi Pastor (Barcelona, 1977), quien ha adaptado al formato cómic la famosa novela homónima biopunk de Emilio Bueso (Castellón, 1974), publicada en 2017. La más imaginativa y fantasiosa de esta selección de novelas gráficas de ciencia ficción, Transcrepuscular destaca por el mimo en el diseño de su mundo extraño y extremo, con establos de libélulas y simbiosis con caracoles, muy alejado de la visión etnocentrista de nuestra sociedad. El propio Bueso ha participado en esta novela gráfica de Pastor con nuevos diálogos en las partes más descriptivas del relato.

Con ADN canadiense y español llega el relato de ciencia ficción oscuro y desmoralizante de este cuarteto de lujo. Panini ha publicado en un tomo único la miniserie Sentient de TKO Studios de Jeff Lemire y Gabriel Hernández Walta (Melilla, 1973). Walta, quien ya había ganado el Premio Eisner gracias a la maxiserie de La Visión, con Tom King, vuelve a la inteligencia artificial en una nave perdida a la deriva donde toda la tripulación ha fallecido por un ataque terrorista y solo han sobrevivido los niños. Valerie, la IA que maneja la nave, tendrá que sacrificarse para salvar a los pobres supervivientes. El estilo seco, directo y muy cinemático de Walta se adapta como un guante a este noir espacial con forma de western crepuscular. Si has disfrutado con la ciencia ficción negrísima de Raised by Wolves, de Aaron Guzikowski y Ridley Scott, Sentient se convertirá en uno de tus cómics favoritos.

Por último, Astiberri recupera Azul y Pálido, la novela gráfica que Pablo Ríos (Algeciras, 1978) publicó en 2012 para la editorial Entrecómics Cómics. Narrando en forma de entrevistas, sin saber nunca las preguntas, Ríos construye un libro sobre la fe y las creencias a partir de experiencias con extraterrestres: desde George Adamski al televisivo, y muy friki, Carlos Jesús, pasando por el mismísimo Carl Sagan. Lo mejor de Ríos es que nunca juzga a estos personajes y te muestra la realidad tal y como los propios protagonistas la cuentan.