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Conoce los 4 tipos de apego

Te explicamos cuáles son los tipos de apego que existen y cómo influyen en nuestras relaciones con los demás

A menudo las personas ignoran lo que es el apego o minimizan su importancia y, a la hora de la verdad, es algo que nos afecta a todos, que provoca que duelan tanto las rupturas y que sean tan duros los duelos, y que nos relacionemos con los demás según cómo ha sido nuestra infancia.

Para que conozcas algo más de ello, vamos a explicarte cuáles son los 4 tipos de apego que existen y cómo influyen en nuestras relaciones con las personas que queremos. Ayudará a que te conozcas un poco más a ti mismo y contribuirá a que puedas encontrar mejor el equilibrio necesario en el trato con los demás.

Teoría del apego

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Pixabay

El estudio del apego se remonta a los estudios que realizó Freud, puesto que aquel constituye una relación emocional con otra persona en la que interfieren el consuelo, el placer y el cuidado, que deben fluir en ambas direcciones con la otra persona, ya sea pareja, familiar o amigo.

Sin embargo, a quien se considera el creador de la teoría del apego es a John Bowlby, quien centró el grueso de sus investigaciones en esta conexión entre los seres humanos que se cuando las relaciones son de carácter duradero.

Posteriormente Mary Ainsworth estudió el apego infantil que se desarrollaba entre los niños y sus madres, comprobando cuáles eran sus reacciones cuando se les separaba de ellas y volvían a encontrarlas al poco tiempo. Fueron sus estudios los que determinaron 3 tipos de apego: el seguro, el inseguro ambivalente y el inseguro evitativo. Luego, otros dos investigadores, Main y Solomon, catalogaron un estilo de apego más: el desorganizado inseguro.

Apego seguro

Según la etapa de la vida en que se encuentra una persona, el apego tiene una serie de características. De tal modo, en la infancia, el apego seguro implica que el niño es capaz de separarse de sus padres sin demasiados problemas. Asimismo, buscará la protección y consuelo de sus progenitores si tiene miedo y se mostrará muy contento cuando regresen tras haberlo dejado en el colegio o al cuidado de otros.

Los padres que educan con este tipo de relación a sus hijos juegan mucho con ellos y no crean relaciones de dependencia. Al mismo tiempo, muestran su cariño, le enseñan a expresar las emociones, a desahogarse y a sentirse queridos. Como resultado, los niños son más autónomos y empáticos, pero para ello es necesario hallar el equilibrio perfecto entre estar atendiéndoles todo el rato, sin dejarles espacio para desarrollarse y equivocarse, e ignorarles.

Durante la edad adulta, el apego seguro genera una autoestima sana y unas relaciones duraderas y de confianza con los demás. No se tiene ningún problema a la hora de expresar las emociones y en compartir los sentimientos con los amigos y la pareja.

Apego ambivalente

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Todo lo contrario es el apego inseguro, que se divide a su vez en tres tipos: ambivalente, evitativo y desorganizado. Durante la infancia, los niños que poseen el ambivalente muestran desconfianza hacia los extraños, estrés y ansiedad cuando sus padres se marchan y, cuando regresan, no hallan consuelo y se muestran enfadados. Esta actitud provoca relaciones de dependencia y es uno de los más habituales en la educación de los niños, aunque no el más recomendable.

Durante la edad adulta, este estilo de relación con los demás se refleja en una mala gestión de las emociones y en rupturas frecuentes, de manera que estos adultos repitan el patrón infantil.

Apego evitativo

Por lo que respecta al apego evitativo, esta es la postura que adoptan los niños que evitan a sus padres o que no buscan el contacto y el consuelo en ellos cuando tienen miedo o algún problema. A estos niños se les presta poca o nula atención y los más pequeños no llegan a desarrollarse teniendo confianza en si mismos, sumidos siempre en la duda de si le quieren o no. Es el tipo de apego frecuente en las situaciones de padres ausentes o abandono.

En la edad adulta esto se traduce en la incapacidad de mostrar las emociones y evitar las relaciones de mayor intimidad, así como en personalidades inseguras y con baja autoestima.


Apego desorganizado

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Los niños con apego desorganizado tienen una mezcla de los anteriores. Ante sus padres se muestran confundidos o dubitativos e incluso es frecuente que terminen adoptando un rol de cuidadores de sus padres. En la edad adulta, les cuesta entablar relaciones afectivas profundas, por lo que suelen tener relaciones breves o volátiles.

Para conseguir el apego seguro en nuestros niños, lo cual contribuirá a la felicidad y bienestar en la edad adulta, es importante establecer una buena comunicación con los niños, enseñarles a mostrar y gestionar las emociones, darles una base de confianza y seguridad, cubrir sus necesidades, mostrar afecto con caricias, besos y palabras, y cuidar su bienestar emocional. Asimismo, esta buena base en la infancia facilitará que en el futuro puedan alcanzar un ego positivo.





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