Ramón y Jordi, la pareja de octogenarios que narra a 'El Intermedio' su historia idílica

Publicado el 29 de octubre del 2021

España ha avanzado en derechos LGTBI con los años, pero la situación del colectivo dista de ser buena. Al igual que en toda Europa, el discurso homófobo de la extrema derecha ha provocado que derechos que estaban garantizados vuelvan a tambalearse y que las agresiones lgtbifóbicas estén a la orden del día. Pero como en todo, hay excepciones. En 1965, cuando en España estaba prohibida la homosexualidad bajo la Ley de vagos y maleantes por el franquismo, Ramón y Jordi se conocieron en un restaurante. Ambos se encontraban en la veintena y 56 años después, todavía juntos, reconocen que esa noche hubo besos y "fuego".

La pareja narra a la periodista de El intermedio la suerte que tuvieron. Antes "los cogían, los amanillaban como si fueran animales y eran personas, los metían en el cuartel. Las personas no deberíamos hacer nunca esas barbaridades", sentencia Ramón. Sin embargo, ninguno de los dos tuvo que vivir eso, afirman: "En el pueblo nos aprecia todo el mundo. Nunca han tenido una mala palabra a la cara".

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Tampoco tuvieron problemas con sus respectivos padres, aunque ambas madres sabían la orientación sexual de sus hijos nunca dijeron nada, y los padres, viviendo un poco más en la ignorancia, adoraban las visitas de la pareja. Al final, como explican, "un hombre y una mujer se pueden enamorar y casarse por un juez, perfecto. Una mujer con una mujer, lo encuentro perfecto. Al igual que un hombre con un hombre" y por ello "una parte no debería de insultar a la otra".

La clave para durar tanto tiempo juntos según esta pareja de octogenarios es "estar siempre de acuerdo". Eso no significa que no se discuta, matizan, pero "si uno estira y el otro afloja, siempre va bien. No se puede llevar la rienda uno solo". Además, siempre son cosas de poca importancia: "Él tiene la obsesión de que yo estoy muy flaco y de que tengo que comer. Me dice "hace frío, hay que abrigarse" y me trae la mantita. Es un poco pesado", asegura Jordi. Así, entre risas y mantas Ramón y Jordi llevan compartiendo toda una vida.