La yuca es un tubérculo muy consumido en Latinoamérica, similar a la patata, pero de distinto sabor (algo más ligero, dulce, y perfumado). Se emplea en muchas recetas y es perfecta para hacer una crema muy sensual, consistente, nutritiva y de sabor sugestivo. Cada vez es más común encontrar yuca en nuestros supermercados: la reconocerás por su forma alargada marrón.

Para hacer la crema solo tienes que hervir la yuca por un lado (pelarla y córtala en rodajas gruesas) y, luego, cuando esté bien blandita, la mezclas con el caldo de pollo y un sofrito de cebolla, por ejemplo, o con otros vegetales cocidos, como puerro o calabaza. Se cuece aparte porque así es más fácil quitarle el nervio que está en el centro del tubérculo. Después, lo machacas e integras: al unirlo con el caldo se convertirá en un elixir muy caribeño.

Dificultad de la receta: Más fácil que para un cubano bailar el Guaguancó.

Nivel de emoción al comerlo: La de pisar la arena blanca de las playas caribeñas.

Partículas elementales: Hidratos de carbono, almidón resistente, fibra, vitaminas y proteínas.

Receta de crema de yuca

Ingredientes 4 personas:

• 2 yucas grandes.
• 1 cebolla.
• 1 puerro.
• Caldo de pollo (mejor si es casero).
• 1 nuez de mantequilla.
• Un poco de cilantro o perejil picado (opcional).
• Aceite de oliva virgen.
• Sal.

1. Cuece la yuca:

Pela la yuca y córtala en rodajas gruesas. Tiene un nervio interior duro en su centro que deberás sacar una vez esté cocida. Cuécela bien en una olla con agua durante una media hora. Mientras tanto prepara el sofrito. Pon en otra olla un poco de aceite de oliva con una nuez de mantequilla. Añade la cebolla y el puerro, pelados, limpios y cortados en trocitos. Espera a que se poche a fuego medio-bajo, que no se quemen.

2. Prepara la crema:

Quita el nervio de los trozos de yuca y mézclalos luego en la olla con la cebolla y el puerro. Añade caldo de pollo. Tritúralo con la batidora, hasta que quede una salsa homogénea. Agrega más caldo si fuera necesario (al tener mucho almidón espesa rápido). Echa sal y caliéntalo hasta que se integren los sabores. Sírvelo caliente.

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