Otras miradas

Ni contigo, ni sin ti

Luis Carlos Rejón Gieb

Excoordinador andaluz de IU. LV-CA

Ni contigo, ni sin ti
El presidente portugués António Costa (i), Pedro Sánchez (centro) y el presidente rumano Klaus Iohannis (d) hablan en la UE.- EFE/EPA/YVES HERMAN / POOL

"La historia no se repite, pero rima"
Mark Twain

En mi época de político en activo, desde las editoriales de El País (¡cuánto honor!), me llamaban frívolo. No lo niego, y a mucha honra. Asumí mi frivolidad melancólica cuando acepté, de por vida, la contradicción de ser hijo y nieto de vencedores de la terrible guerra civil, que ellos habían pagado con sangre, víctimas y violencia, para terminar siendo ( yo, su nieto mayor, cuidado, preferido y mimado como oro en paño), sin ningún problema por su parte (la mayoría habían fallecido), siendo y ejerciendo, de jefe de los rojos andaluces y en el cartel que mejores resultados obtuvo para la izquierda pasada, presente y futura, en unas elecciones políticas . Ironías de la vida, Y A MUCHA HONRA.

Empiezo citando a Mark Twain (escritor, humorista estadunidense) que tantas aventuras nos hizo vivir en nuestra infancia/juventud, pudiendo haber utilizado, las más sesudas y contrarias de Hegel y Marx... cosas de frívolos.

Los resultados de las elecciones portuguesas y sus lecturas extrapolables o extrapoladas a martillazos, los magníficos artículos de Enric Juliana (Emboscada en la calle del Turco) y de Monereo (La izquierda y la España que dejó de ser problema), más la votación de la Reforma Laboral y las ganas de decir lo que pienso, sobre personajes propios del Callejón del Gato, me llevan a este escrito. Lo he puesto bajo el titulo del estribillo de una vieja canción: Ni contigo, ni sin ti tienen mis males remedio...

La cosa viene a la consideración de la condición de centralidad de los partidos socialdemócratas en los diversos continentes y de sus cómplices necesarios, lo cual le permite emparejarse con quien les venga bien y en gana, negándole esa posibilidad al resto de los arcos políticos y parlamentarios, a los que acusa de adulterio pecaminoso y contra natura según los dictados de la IIa Internacional y su soberbia posesión de las tablas de la ley que ellos marcan y administran.

Por eso, voy a aprovechar el cruce de contextos y textos a ambos lados de la raya entre Portugal y España para ver si consigo la rima sedicente por el bueno de Mark Twain. Las dos socialdemocracias ibéricas comulgan con la vieja tradición familiar de no permitir, ni dejar a nadie, a su izquierda. Como Dios manda. Para ello recurrieron a todos los caminos. Recalco, a TODOS. Recurrieron en Alemania y otros países durante la Guerra Civil europea de 1914 a 1945, utilizando los esquemas de la Guerra Fría a fin de negar la existencia legal a los partidos comunistas mediante sentencias de sus Tribunales Constitucionales o mediante terrorismo de falsa bandera intentando cargar sobre las espaldas de las y los comunistas los asesinatos provocados por la extrema derecha y los servicios secretos de esos países, generalmente en el marco de la operación Gladio, que en el caso español fue explicada con cinismo y gracejo, por un ministro de Defensa de la añorada UCD. Cuando a Alberto Oliart los periodistas le preguntaron si en la España franquista había tenido cabida un ejército secreto de extrema derecha, les respondió que "la pregunta era pueril, pues en España, Gladio era el gobierno mismo". Mi madre que tenía guardado en un cajón de su comodín su carnet de excautiva, y que no utilizó nunca para pedir favores, ayudó a montar la UCD en el sur de Córdoba. En su casa se guardaba la propaganda de la UCD, del PSOE (mis hermanos más pequeños) y la del PCE (la mía). El mailing de UCD del 15-J del 77 se encartó en su casa y ayudamos todos los hermanos y hermanas para devolverle ni la millonésima parte de lo que nos enseñó y nos dio hasta que se nos fue.

Aprendí todos los trucos, todas las jugadas sucias, los valores usados por los partidos, incluido el mío. Aprendí que no había política y politiqueo, todo era politiqueo, pero también aprendí que había políticas y políticos de una clase y políticos y políticas de otra. Ahí está la diferencia que aprendí.

Aprendí de los comunistas italianos, cómo diseñar y llevar una campaña electoral y todos los trucos y jugadas parlamentarias. Gracias al maestro Enrico (Berlinguer). Cuántas veces recordé el viejo principio florentino: más vale ser temido que ser querido. Cuántas veces he recordado a Yolanda Díaz zarandeada por los Janos del PSOE cuando ella luchaba por los suyos, los nuestros. García Lorca aconsejaría "ser blando con las espigas, duro con las espuelas...,tremendo con la ultima banderilla de tiniebla". La última foto os ha retratado como lo que sois, tú, una señora, y a ellos como lo que son, unos truhanes trileros. Por eso, y por centralidad parlamentaria, la reforma laboral tenía que haberse negociado a dos bandas a la vez (grupos parlamentarios y fuerzas sociales) y así haber obligado al PSOE a dejar más clara su real postura. Pero claro, eso os hubiera llevado a devolverle el rosario de su madre, cantarle las cuarenta y no haber sacado nada adelante para la clase obrera española. Y como en Portugal, los malos vosotros.

En Portugal la ciudadanía de izquierdas no votó estabilidad contra las propuestas concretas de El Bloque y los comunistas. Tras muchos años de explotación y engaños no querían tener una o unas cargas de más. Los pobres solo te pueden dar lo que tienen, pobreza y hambre, pero la socialdemocracia más la derecha y el Presidente de la República, frente a las propuestas de la izquierda, generarían crisis artificiales, se enrocarían y no permitirían mejoras en la sanidad pública, ni en las pensiones y ni en el SMI... ni en nada, pero te pueden dar titulares, caramelitos y buenas palabras. Lo que tienen.

"Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio. Contigo porque me matas, y sin ti porque me muero".

Como cantaba Martín El Gaucho, "palante, palante que en cuanto lleguemos ya sabremos dónde", a lo que añadía Larralde "y antes de apechar las cuestas, hay que bajarse a tantear la montura". Ánimo Yolanda.

He terminado de leerle el artículo a Paca, mi perra, y me ha dicho que tengo mucho cuento y que le diga a mi amiga Yolanda, que en el Congreso al lado de la Biblioteca de ensueño donde estudiaba, hay unas escaleras y una puerta que te sacan afuera. Y añadió, recuérdale siempre que nunca salga por la puerta de la Calle del Turco.

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