El hilo sobre el secreto tras un edificio de la Gran Vía de Madrid en el que quizá ni te has fijado: "Tenemos que recuperar ese cacho de historia"

Publicado el 25 de abril del 2022

Este fin de semana la comunidad de Twitter ha vuelto a hacer viral un hilo de uno de sus usuarios. Esta vez, la historia que sorprendía e inundaba el timeline la ha contado un tuitero dedicado al urbanismo que ha investigado sobre uno de los edificios más destacados de la Gran Vía. Puede que no tanto por su presencia como por su ocupación, la sede de los Juzgados de lo Contencioso es un conocido edificio del que quizás no conocías su historia.

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De acuerdo con lo que ha explicado Antonio Giraldo en su hilo, la actual fachada del número 19 de la gran avenida es una falsa pared que pusieron delante del edificio original que pertenecía a uno de los primeros almacenes de Madrid, los Almacenes Rodríguez, de López Otero, construido en 1921. Francisco Calero Fernández fue el arquitecto encargado de dirigir esta remodelación entre 1975 y 1977. Una obra que el tuitero ha calificado de "chapuza". "Vaya horror de edificio, ¿Cómo pudieron hacer esto aquí?", se pregunta.

Resulta que el antiguo bloque tenía una edificación mucho más fina y atractiva, que no desentonaba con el resto de fachadas como sí que sucede ahora. El urbanista no se ha sorprendido de que este "desastre" tuviera lugar en los años 70, pues no fue hasta el 2000 cuando se empezaron a regular estrictamente estas reformas con el objetivo de garantizar la conservación de edificios emblemáticos e históricos. "Lo cierto es que esto de recubrir fachadas para que parecieran "más modernas" en los años 70 era más normal de lo que podáis imaginar. Mirad este caso: el edificio Schofield en Cleveland (Ohio, EEUU) en 2016 hacen una reforma, pican ese horror de fachada, y aparece la sorpresa", señala Giraldo.


"Tenemos que recuperar ese cacho de historia de la Gran Vía que aún no se ha ido del todo. Si no hacemos nada, el edificio podrá ser demolido completamente en el futuro", ha concluido. Desde el año 2012, la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de la capital han iniciado una serie de reformas legislativas con el objetivo de "flexibilizar" el suelo y mejorar el aprovechamiento económico que han facilitado el derrumbe de este tipo de construcciones.