Otras miradas

Mitos y leyendas sobre el gas y el precio de la energía

Sergio Pascual

Expresidente de la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados durante la XI legislatura y Consejero Ejecutivo de CELAG

Mitos y leyendas sobre el gas y el precio de la energía
Imagen de archivo.- Pixabay

Nos han contado hasta la saciedad que la guerra de Ucrania y el precio del gas son los responsables del precio de la energía en nuestro país, un precio -especialmente el de la electricidad- que ha disparado la inflación y que está dificultando gravemente la recuperación de la crisis económica del COVID.

El argumento que nos cuentan pareciera razonable: si el principal suministrador de gas a Europa está en guerra, parece lógico pensar que los precios escalen, sobre todo teniendo en cuenta el conocido sistema marginalista que hace que paguemos a precio del 1% de jamón serrano una compra con un 99% de chope (chopped pork). La solución estaría por llegar y sería sencilla: sacar el gas del sistema marginalista. Es lo que los gobiernos de España y Portugal han logrado estas semanas en Europa.

Sin embargo algo no cuadra en este aparentemente sencillo razonamiento. La pregunta es simple: ¿Por qué los días en los que no consumimos energía de ciclos combinados (gas) el precio sigue por las nubes?

Efectivamente, a nuestra soleada tierra le ha llegado el verano y, como es sabido, durante buena parte del día la energía solar fotovoltaica pasa a ser la principal fuente energética en nuestro país. En muchas horas del día esta energía limpia supera los 8000 MWh, casi un tercio de los 30.000MGWh que consumimos en las horas centrales del día, lo que muchos días nos permite evitar la entrada de los ciclos combinados en acción. Paradójicamente -o no- los precios de la energía, a pesar de esa poderosísima inyección energética y de que el gas no entre en juego en la subasta, no bajan.

Les pongo algunos ejemplos extraídos de la web de la OMIE, el operador de mercado eléctrico designado, o lo que es lo mismo, la entidad que encarga de regular el mercado diario de la electricidad.  Pueden hacer el ejercicio ustedes mismos desde casa. Por ejemplo, el viernes 6 de mayo, a partir de las 10am y hasta el final del día, con la entrada de la energía solar, se reportó consumo cero de ciclo combinado (gas). El precio de la energía sin embargo osciló en ese horario entre 200€/MWh y 231,47€/MWh.

El sábado 7 ocurrió exactamente lo mismo entre las 9am y las 23.59h. A las 21h, con el ciclo combinado a cero, el precio de la energia era de 220€/MWh.

Uno podría preguntarse si esto se debe al alto coste de la energía solar, pero cualquiera puede comprobar que un día cualquiera entre semana del mes de mayo de 2021 el coste de la energía  no superó en ningún  momento los 80€/MWh. ¿A qué se debe esta diferencia de 140€/MWh?

Pero aguarden, que este no es el único fenómeno anormal de nuestro pool eléctrico. El miércoles 4 de mayo, por poner un solo ejemplo, los ciclos combinados de gas sí entraron en acción. Durante aquel día, pueden verlo en la imagen adjunta, paradójicamente los ciclos combinados aportaron, casi de forma continua durante todo el día, 770MWh,  aproximadamente un 2% de la energía consumida. Lo curioso es que ¡oh casualidad! ese consumo de 770MWh se mantenía tanto cuando la demanda estaba entorno a los 30.000MWh a las 14h como cuando ésta se situaba en los 25.000MWh a las 4am. Pareciera -no me llamen mal pensado- como si alguien quisiera que la demanda se ajustara exactamente de tal modo que el ciclo combinado tuviera que entrar a jugar, sí o sí, en la subasta energética.

Siguiendo la metáfora anteriormente utilizada es como si "casualmente", cuando voy a comprar 100gr de chope a las 4am, los proveedores solo tienen 98gr y me toca pagar los 100gr a precio de los 2gr de jamón serrano con los que completo la cesta. Pero es que cuando voy a las 14h y necesito 150gr de chope... otra vez resulta que el proveedor casualmente solo tiene 148gr. Lo mismo sucede si voy a pedir 300gr, que, mala suerte la mía, tienen 298. Cuando voy a por 50gr, adivinen cuantos tienen... 48gr.

Eso es exactamente lo que sucede en nuestro pool energético muchos de los días que cualquiera de ustedes pueden observar.

Mitos y leyendas sobre el gas y el precio de la energía

Y ahora déjenme que les dé un par de datos. El 20% de la capacidad instalada de producción energética de Iberdrola -según sus propias cifras- son ciclos combinados. Endesa mantiene una capacidad instalada entre España y Portugal de 3.824 MW, un 17% de su capacidad instalada. Las cifras de Naturgy son 7.400 megavatios de gas; 1.764 de eólica; 600 de nuclear.

Las tres compañías disponen de fuentes energéticas diversificadas y son perfectamente capaces de graduar su producción manipulando el mercado para maximizar su beneficio en el cálculo del precio de la electricidad. No estoy especulando, lo han hecho.

Es conocida la denuncia a la CNMV por el vaciado de los pantanos en pleno verano que realizó Iberdrola durante el verano pasado.

Ese mismo verano, durante 20 días de agosto, de las 480 subastas, la energía hidráulica marcó el precio -exorbitante para entonces- en 324 ocasiones. En dos de cada tres horas el agua fijó el precio y fue aquel 20 de agosto de 2021 cuando se alcanzó el entonces precio récord de 117,14€/MWh, era el segundo más alto de la historia y hoy venderíamos nuestro alma al diablo por tenerlo.

Entre tanto es sabido que el precio de la producción hidroeléctrica es fijo y se sitúa en torno a los 40€/MWh. Algo similar sucede con la producción de energía nuclear.

Se trata, claro está, de pura especulación y manipulación de mercado. Iberdrola obtuvo un beneficio neto récord de 3.885 millones de euros en 2021, Endesa de 1.435 millones de euros y Naturgy de 1.214 millones de euros. Entre tanto la economía española descarrila por la inflación. Y lo hacen sencillamente porque pueden.

Pueden porque el Gobierno ha abdicado de recuperar la producción pública de un bien más básico que la educación o la sanidad: la energía. Pueden porque instituciones como la CNMC no hacen su trabajo y cuando multan por malas prácticas a las grandes corporaciones las multas les resultan irrisorias.

Entre tanto es realmente difícil encontrar este debate en los medios de comunicación, autocensurados -con honrosas excepciones- por el inmenso poder inversor en publicidad de estas compañías.

Así que no, Sr. Sánchez Galán, los millones de consumidores que seguimos en la tarifa regulada no somos tontos; si quiere ingenuos, porque lo hacemos sencillamente confiados en que algún día nuestro Gobierno decida regular un mercado desbocado, salvaje, avaricioso y especulativo que, a día de hoy, es el principal enemigo de la economía española.

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