Otras miradas

¡Alerta! El PSOE y Pedro Sánchez cercados: ¿tenemos salida?

Luis Ángel Hierro

Militante y exdiputado socialista. Fue ponente de Economía en el 39 Congreso Federal del PSOE

¡Alerta! El PSOE y Pedro Sánchez cercados: ¿tenemos salida?
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la convalidación de la reforma laboral.- EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Hace apenas unos meses, cuando salíamos de la pandemia, el mayor problema económico al que se enfrentaba el Gobierno era la subida de precios de la electricidad derivada de la reforma por los tramos horarios. Las medidas del Gobierno en materia laboral y de protección social habían creado una red que había amparado a las clases menos favorecidas y a las PYMES y los nuevos planes de inversión y la vuelta del turismo auguraban una recuperación económica a un ritmo razonable. Se batían récords de contratos fijos y de cotizantes a la Seguridad Social, las políticas públicas eran alimentadas por los fondos europeos y el déficit y la deuda eran amparados por el cambio de concepción política de la Unión Europea, que camina sin dudarlo hacia un nuevo keynesianismo. El horizonte económico era razonablemente bueno.

En el ámbito político, el PSOE carecía de una oposición consolidada, el PP era pilotado por Casado, cuya principal preocupación era que Vox no les sorpasase. Su falta de credibilidad como líder era evidente y las encuestas no daban para que PP+Vox pudiesen gobernar. Por su parte, el Gobierno parecía haber encontrado un cierto equilibrio con el tándem Pedro-Yolanda. El PSOE cedía el espacio político de la izquierda a Yolanda Díaz e intentaba pescar en el caladero centrista de Ciudadanos. El único nubarrón seguía siendo la dependencia del Gobierno del independentismo, por el efecto negativo que produce en el resto de las Comunidades Autónomas, y las elecciones andaluzas, aunque se daban por perdidas, podían ser malas para el PP si se veía forzado a gobernar con Vox, como en Castilla y León.

Ese escenario, que no pintaba bastos para el PSOE, de repente se tornó en una tormenta perfecta. En economía, las sanciones económicas a Rusia por la invasión de Ucrania han destrozado todos los equilibrios. Lo mismo que en 2010 la austeridad determinó una segunda crisis económica en Europa, ahora la regulación liberal de los carburantes y de la electricidad ha operado a la contra de la economía europea. Los precios de carburantes han subido más que lo que correspondía por la subida del precio del petróleo, generando tasas de inflación interanuales del 10%. El Gobierno ha conseguido controlar el precio de la electricidad, arrancando a Europa una autorización para limitar el precio del gas, algo excepcional, pero las petroleras siguen campando a sus anchas, generando beneficios extraordinarios sin precedentes que se trasladan a la inflación, dañando con ello los ingresos de trabajadores/as, jubilados/as y autónomos/as, que son la base del voto socialista. Si el gobierno no consigue revertir esa subida de precios, el PSOE seguirá caminando inexorablemente hacia el precipicio electoral.

En el ámbito político, el PP cambió a Casado por Feijóo, una alternativa de gobierno creíble y seria que ha reactivado el voto útil de la derecha al PP. Poco antes de las elecciones andaluzas el efecto Feijóo ya comenzaba a funcionar y por primera vez las encuestas daban que PP+Vox alcanzaban la mayoría absoluta. No obstante, han sido los resultados electorales en Andalucía los que han lanzado de forma meteórica el proyecto del "nuevo PP". Moreno Bonilla, la pareja perfecta de Feijóo, ha conseguido mayoría absoluta sin despeinarse y mi partido, el PSOE de Andalucía, ha obtenido el peor resultado se su historia. Además, la izquierda dividida ha perdido 10 escaños. Con ello el muro andaluz ha caído y Feijóo tiene expedito el camino a Madrid.

El siguiente paso de ese camino son las Elecciones Municipales. Estas elecciones son muy particulares, ya que cuando ningún candidato obtiene mayoría absoluta, por ley, el alcalde/sa es el cabeza de la lista más votada. De esta forma, si el PP absorbe el voto de Ciudadanos será la lista más votada en la mayoría de las ciudades y, si no hay mayoría de izquierdas, el PP obtendrá las alcaldías sin pactar con Vox. El beneficio que tuvo el PSOE en las elecciones anteriores, por la división del voto de la derecha, ahora lo obtendrá el PP y Feijóo ganará las municipales, también sin despeinarse.

El resultado de esta conjunción de astros es que el presidente, Pedro Sánchez, y el PSOE han pasado a estar cercados y que es urgente romper el cerco para tener alguna oportunidad. El PSOE necesita atacar tanto en el frente económico como en el político, pero ojo, estamos en el último cuarto de hora y perdemos 2 a 0, por tanto, o se arriesga o perdemos la final.

En el frente económico es indispensable, sí o sí, bajar el precio de los carburantes. Estamos pagando la privatización de Repsol que nunca debió realizarse y tenemos que dejarnos de paños caliente inútiles a medio plazo, como las compensaciones y la disminución del IVA, para ir a un sistema de precios máximos, como se ha hecho con el gas para la electricidad. Hay que conseguir de Europa la potestad para limitar la libertad de precios de los carburantes, porque esa libertad de precios es en realidad una libertad de abuso del oligopolio. Por cierto, el Presidente debería pensarse el cese de la presidenta de la CNMC. Su defensa de las petroleras es ignominiosa y hay que utilizar esa institución para lo que es su verdadero fin, protegernos de los monopolios y los oligopolios.

Si conseguimos reducir los precios de los carburantes, debe bajar la inflación y los trabajadores/as, jubilados/as y autónomos/as deberían conseguir el respiro que necesitan. Comenzaría así la estabilización de la economía, que ya solo debería estar sujeta a las consecuencias de las sanciones a Rusia, esas sí inevitables. En ese momento el PSOE estaría en condiciones de exhibir el buen hacer de la legislatura en materia de política económica sin telones que impidan verlo.

Por su parte, en el ámbito político no debemos caer en el error de pensar que todo se corrige mejorando la comunicación. Hay importantes decisiones que tomar:

- Hay que diseñar una estrategia para separarnos del independentismo, es indispensable para tener al menos una oportunidad, y probablemente a ERC y a EH Bildu también les interese si no quieren ver a Vox en el Gobierno de España.

- Además, el PSOE debe ser de izquierdas, captar el voto de Ciudadanos era un espejismo del ala social-liberal del PSOE, porque la abstención de izquierdas es el único caladero de votos disponible real con un tamaño suficiente para dar el vuelco electoral. No podemos ser la derecha del gobierno y hacernos oposición a nosotros mismos. Renovar ministerios socialistas del gobierno y aplicar una agenda parlamentaria y legal con el fin de reforzar la ideología de izquierdas de la acción de gobierno debería ser la vía.

- Hay que instaurar urgentemente la cultura de la responsabilidad política para proteger al Presidente. Cuando un gobierno es incapaz de solucionar un problema de los ciudadanos, cuando se comete un error político o cuando un partido sufre un desastre electoral debe haber un/una responsable político que lo asuma. Si no aparece ese responsable, los y las votantes hacen recaer la responsabilidad en el líder, que es el que finalmente termina soportando el desgaste de errores y fracasos. En este momento la imagen de Pedro Sánchez no está en condiciones de soportar ese desgaste.

– Finalmente hay que recuperar la coherencia política, sobre todo del discurso del propio Pedro Presidente. Hay que poner fin a la percepción cortoplacista de los estrategas de Moncloa, que llevan al Presidente a decir lo que conviene en cada momento sin reparar en lo que ha dicho antes. Hay que recuperar el rigor de pensamiento. Decir una cosa hoy y otra mañana está haciendo mella y deteriorando gravemente la imagen de Pedro Sánchez.

Creo que el PSOE debería abrir en los próximos dos meses un proceso de reflexión urgente, serio y riguroso, con participación de todos los órganos del Partido y de la militancia (sugiero una macroencuesta telemática a la militancia) que nos permitiera debatir estos y otros temas, para comenzar a actuar a primeros de septiembre. Seguro que así, entre todos/as, encontraríamos una oportunidad para romper el cerco e intentar ganar los próximos procesos electorales.

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