Cooperativismo y juventud, una alianza necesaria

Luis Esteban Rubio

Tanto el movimiento cooperativista como la juventud se enfrentan en nuestro tiempo a importantes, múltiples y diversos retos. Sin embargo, la buena noticia es que algunos de esos retos se podrían llegar a solventar, de forma al menos suficiente, si se produjera una alianza entre el movimiento cooperativista y la juventud. Y entre los retos que se podrían abordar con dicha alianza caben ser destacados, al menos, cuatro -dos del movimiento cooperativista y dos de la juventud-.

En primer lugar, el movimiento cooperativista se enfrenta a un reto generacional. Si mañana diéramos una charla sobre startups en cualquier universidad de España nos encontraríamos que la sala se queda pequeña. Sin embargo, si la diéramos sobre cooperativas y otras entidades de economía social y solidaria (sociedades laborales, empresas de inserción, etc.) con suerte llegaríamos a veinte o treinta personas. Desde el cooperativismo y la economía social y solidaria todavía no hemos logrado que la juventud vea nuestro sector empresarial como un espacio atractivo para desarrollar su carrera profesional. Y ello está produciendo un importante reto generacional. Como señaló Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo y Economía Social, en el 10º aniversario de la Ley de Economía Social: “tenemos un reto muy importante: involucrar a las personas jóvenes para preparar el necesario cambio generacional”. En esta misma línea, y en el mismo acto, Juan Antonio Pedreño, presidente de CEPES (patronal de la economía social española), apuntó: “tenemos un gran reto con los jóvenes: queremos que vean a la economía social como una posibilidad sólida para construir su futuro laboral”.

En segundo lugar, el movimiento cooperativista se enfrenta también al reto de que muchas empresas del sector se están viendo obligadas a contratar a personas con capacidad técnica, pero sin capacidad cooperativista. Ello está generando inconvenientes no menores para las dinámicas y desarrollo de las propias entidades de este sector empresarial. En este sentido, y como tenía bien claro José María Arizmendiarrieta, fundador del grupo cooperativo Mondragón: “las empresas las hacen los hombres [y mujeres]: hombres [y mujeres] con capacidad técnica y moral”. Y para lograr esa capacidad moral/cooperativista no es pues suficiente la educación técnica, sino que es necesaria una educación empresarial cooperativista.

En tercer lugar, la juventud que se enmarca ideológicamente en el espacio progresista no sólo desea encontrar un empleo digno, sino también un empleo acorde con sus valores. Por desgracia, buena parte de la juventud progresista se ve obligada a trabajar en empresas que tienen unos valores lejanos, e incluso contrarios, a los que defienden en su vida personal y política. Con ello, no sólo aportan todo su trabajo y talento al crecimiento de empresas capitalistas, sino que también su verdadera vida suele comenzar tras su jornada laboral. Es pues necesario facilitar a la juventud progresista el acceso a puestos de trabajo dignos y acordes con sus valores en cooperativas y entidades de la economía social y solidaria, al igual que las escuelas de negocios facilitan el acceso a puestos de trabajo en empresas capitalistas.

Y, en cuarto y último lugar, la juventud tiene por delante un futuro marcado por la crisis ecológica -climática, energética y de recursos-, la cual puede llegar a poner en entredicho el propio concepto de progreso. Y ante dicha crisis, pero también ante el aumento de las desigualdades sociales, la persistencia de las desigualdades de género y el creciente poder de las grandes empresas capitalistas, es urgente construir y escalar un modelo empresarial democrático, local y que respete los derechos humanos, el bienestar animal, los límites del planeta y la viabilidad de la comunidad política. Y, a este respecto, son precisamente las cooperativas y entidades de economía social y solidaria las empresas que, con todos sus desafíos e incoherencias aún por resolver, más cerca se encuentran de ese modelo empresarial que necesitamos.

Una escuela para fomentar la alianza entre el cooperativismo y la juventud

Entre las distintas iniciativas que buscan fomentar la alianza entre el movimiento cooperativista y la juventud para dar respuesta a los retos mencionados, cabe ser destacada la Escuela de Activismo Económico. La Escuela, que está dirigida a la juventud de entre 18 y 35 años, es un espacio de formación práctica en cooperativismo y economía social y solidaria, y una puerta de entrada al mercado laboral de este modelo empresarial.

En la actualidad, cuenta con dos sedes: Madrid, donde la Escuela es organizada por Ecooo, y Barcelona, donde es desarrollada por LabCoop. Y, a falta de conocer la nueva edición de Barcelona, la 4ª edición de la sede de Madrid dará comienzo a principios de octubre con la siguiente propuesta de formación y empleo.

En relación con la formación, en la sede de Madrid se desarrollará un programa de formación que tendrá una duración de un curso, será presencial, gratuito, y tendrá un carácter esencialmente práctico (metodología learning by doing), aunque sin olvidar la parte teórica. Tras un destacado evento de bienvenida (que tendrá lugar el jueves 29 de septiembre), el programa comenzará en octubre con las sesiones de formación inicial, y continuará con el activismo dentro de una de las cooperativas sin ánimo de lucro de la Escuela. El activismo a lo largo del curso se complementará con sesiones de formación mensuales de diferentes temáticas, así como con otras actividades (ej. recomendaciones de materiales sobre cooperativismo y economía social y solidaria, recomendaciones de asistencia a eventos destacados, visitas a entidades, etc.). Actualmente, las cooperativas sin ánimo de lucro de la Escuela donde se llevará a cabo el activismo por parte del alumnado son: el Mercado Social de Madrid, Som Energia, La Corriente, La Osa, SuperCoop, Fiare y Coop57.

Y, en lo que respecta al empleo, desde la sede de Madrid se va a poner en marcha una suerte de bolsa de empleo. La Escuela facilitará al alumnado las ofertas de empleo existentes en cooperativas y entidades de economía social y solidaria de la Comunidad de Madrid. La facilitación de dichas ofertas comenzará a mitad del programa de formación (para que dé tiempo a adquirir un mínimo de capacidad cooperativista), y el alumnado que finalice el conjunto del programa será incluido de manera permanente en la bolsa de empleo. Para el desarrollo de esta bolsa de empleo la Escuela ha llegado a acuerdos con las tres principales redes de economía social y solidaria de la Comunidad de Madrid: FECOMA, AMEI y el Mercado Social de Madrid.

En estos momentos, ya hay apuntados/as más de 70 jóvenes en la 4ª edición de la Escuela, lo cual muestra el potencial existente para este tipo de iniciativas que buscan fomentar el encuentro entre el movimiento cooperativista y la juventud.

Si quieres conocer más información y/o inscribirte en la Escuela de Activismo Económico, entra en: https://escueladeactivismoeconomico.org/