La masacre de Melilla se cierra un viernes para que tú no lo sepas

Policías desplegados junto a la valla que separa Nador y Melilla, tras el salto de cientos de emigrantes subsaharianos, el 24 de junio de 2022. EFE/ Stringer
Policías desplegados junto a la valla que separa Nador y Melilla, tras el salto de cientos de emigrantes subsaharianos, el 24 de junio de 2022. EFE/ Stringer

La gran noticia del inicio de este fin de semana, el viernes 23 de diciembre, ha sido el dispositivo especial de la Guardia Civil para preparar la operación salida. Se prevén en torno a 18 millones de desplazamientos durante estos días. Entre los que van y los que reciben, siendo Nochebuena un sábado, es posible que estemos ante los días de menor consumo de prensa del año. Esto que así dicho puede parecer un hecho trivial y anecdótico, es algo esencial para aquellas personas que configuran la agenda pública: son días perfectos para esconder información que no desean que sea conocida.

Una de las noticias más vergonzosas del año curiosamente ha tenido lugar este viernes. La Fiscalía general ha anunciado los tan esperados resultados de su investigación sobre la masacre de Melilla que tuvo lugar el 24 de junio. Sus conclusiones son demoledoras y coinciden con las ya expresadas en numerosas ocasiones por el Ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, todo fue proporcional y conforme a la ley, las devoluciones que se llevaron a cabo fueron adecuadas, se ratifica la versión de Marruecos que asegura que las muertes fueron 23 y por asfixia y aplastamiento.

Leyendo la información y los extractos del auto de la Fiscalía, una se siente como parte de una película de ciencia ficción. Es difícil reconocer en las conclusiones de la Fiscalía los hechos y las pruebas que se han relatado en el vídeo de Lighthouse Reports, en el reciente informe de Amnistía Internacional y en parte del último informe del Defensor del Pueblo, que cambiaba alguna de sus críticas y mantenía otras y fue curiosamente publicado también un viernes, justo antes del puente de diciembre. Las personas que llevamos siguiendo este tema desde el principio estamos horrorizadas, porque no cabe duda de que existe una voluntad clara por parte del Gobierno de obviar lo que ha sucedido sin asumir ninguna responsabilidad política y que la Fiscalía está trabajando en este sentido. Resuenan las palabras de Pedro Sánchez en la SER cuando dejó claro en noviembre de 2019 que la Fiscalía dependía del Gobierno, "pues eso".

Llevamos toda la semana acongojados por lo que ha sucedido con el Constitucional. Las personas demócratas de este país, que somos la gran mayoría, nos hemos sentido violentadas y frustradas teniendo que presenciar el bochornoso espectáculo de abuso de poder que ha tenido lugar. Sabemos que se están cruzando líneas rojas que debilitan nuestra calidad democrática, destruyendo la imagen y la confianza que depositamos en las instituciones y los poderes que deberían ser independientes. Lo sucedido este viernes con la Fiscalía es una patada más a nuestra democracia y un paso más hacia el peligroso abismo de la autocracia. No puede ser que intereses partidistas eviten la defensa de los derechos de las más de 37 personas, según los últimos datos, que murieron ese día en NUESTRA frontera. Algunas de ellas fueron asesinadas, según varios testigos.

La historia reciente de España está repleta de dolorosos ejemplos que demuestran que pocas cosas hay más peligrosas que jugar con los límites democráticos. No se puede tolerar que el Ministerio del Interior mienta impunemente, ni que use sus recursos y los de las fuerzas de seguridad del Estado para encubrir crímenes. También sabemos que la separación de poderes es esencial para asegurar la protección de las personas que están en nuestro país. Porque somos un país democratico que ha firmado la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU. Porque no queremos ser nunca más otra cosa que eso. 

Antes de escribir esta columna tuvimos una duda en el equipo, ya que formamos parte de esos 18 millones de personas que se están moviendo por Navidad. Es un gran esfuerzo escribir mientras se viaja y más sabiendo que habrá pocos lectores. Pero no podemos darnos por vencidas y tenemos que cumplir con nuestra parte, que es proveer de esta información. Como lectoras ustedes pueden hacer lo mismo: no dejen de leer, de informarse, de compartir la información y de indignarse. Somos más y mejores. Felices Fiestas.