Otras miradas

¿Debe ser la publicidad política más transparente?

Adriana Maldonado

Eurodiputada socialista

Imagen de la red social Facebook en un ordenador. Coffee Bean / Pixabay
Imagen de la red social Facebook en un ordenador. Coffee Bean / Pixabay

Una encuesta del euro barómetro publicada en marzo de 2021 mostró que casi cuatro de cada diez ciudadanos europeos dudaban sobre ciertos contenidos a la hora de distinguir si un anuncio era político o no.

Desde la llegada de internet a nuestras vidas, la forma de comunicarnos y consumir contenido político ha evolucionado de forma exponencial. Si hace 20 años las campañas digitales eran a través de banners, hoy en día el microtargeting es una de las técnicas publicitarias y de marketing más sofisticadas que de forma legítima más se utilizan.

El Parlamento Europeo comenzó a debatir la publicidad política en el momento que saltó el escándalo de Cambridge Analytica. Esta empresa que ya ha cerrado, recopiló y explotó los datos personales de 87 millones de usuarios de Facebook sin su consentimiento, información que se utilizó presuntamente en el desarrollo de software para orientar a los votantes estadounidenses a favor de Trump. Nuestras democracias y campañas electorales en Europa nada tienen que ver con las americanas, pero es cierto que, ante nuevas realidades, existen nuevos posibles riesgos.

En el contexto actual en el que cada vez los ciudadanos exigen más acuerdos y rechazan la crispación, y en el que hay una gran facilidad para que las campañas políticas promuevan el odio, la publicidad política es central para informar a la ciudadanía.

Como consecuencia del problema que reflejaba el euro barómetro de 2021, desde el Parlamento Europeo hemos apostado por la creación de un Reglamento Europeo que ponga normas y estándares en Europa sobre el alcance a la publicad política, ya sea online o a través de los canales tradicionales de comunicación. Pero, ¿en qué consiste la propuesta?

El objetivo del Reglamento es establecer obligaciones de transparencia para los proveedores de servicios de publicidad política e introducir normas sobre el uso de sus técnicas, principalmente cuando estos hacen uso de los datos personales de los ciudadanos. Es importante destacar que el nuevo Reglamento se aplicará a todo tipo de elecciones: elecciones al Parlamento Europeo, así como a elecciones o referéndums organizados a nivel nacional, regional y local en los distintos Estados miembros.

Las obligaciones impuestas, implican, entre otras cosas, que, a partir de 2024, un proveedor de servicios de publicidad política deberá asegurarse de que sus anuncios políticos estén claramente etiquetados como tal y de que incluyan información detallada sobre la identidad de los patrocinadores, la cantidad económica invertida en la campaña y las elecciones o referendos a los que está vinculado el anuncio, entre otros. También será obligatorio publicar a qué grupos de personas se dirige dicha publicidad.

Al facilitar el acceso a información relevante y veraz sobre publicidad política, dichas obligaciones empoderan a los ciudadanos europeos a reconocer los anuncios políticos y a ejercer sus derechos democráticos de manera informada, reforzando su confianza en la democracia y en las elecciones en la UE. Esto también ayudará a combatir la desinformación y evitar interferencias ilegales tanto desde dentro como desde el extranjero, reduciendo el número de herramientas disponibles y haciéndolas más fáciles de detectar.

Sin embargo, en mi opinión, el elemento que aporta mayor valor a la nueva legislación es la creación de un repositorio europeo de anuncios políticos online. Dicho repositorio actuará como una biblioteca donde quedarán recogidos todos los anuncios políticos online. Las plataformas en línea muy grandes, como Facebook, y motores de búsqueda muy grandes, como Google, deberán hacer pública la información incluida en los avisos de transparencia en tiempo real, contribuyendo a una mayor comprensión de las campañas políticas por parte de las autoridades, los investigadores y las organizaciones de la sociedad civil.

Asimismo, el reglamento obliga a los editores de anuncios políticos a establecer mecanismos que permitan a los ciudadanos notificar si un anuncio en particular no cumple con esos requisitos de transparencia.

Pero, ¿qué cubre exactamente el reglamento? ¿La norma afecta a un tweet o a una publicación de Facebook ciudadano? No, únicamente es aplicable en el contexto de prestación de servicios en relación a un partido político, por ejemplo. La libertad de expresión de los ciudadanos debe seguir estando garantizada, por ello, una publicación de un ciudadano en su perfil en las redes sociales no es tratada como publicidad política y no es regulada por esta ley.

Sin duda, Europa no es América, nuestras democracias tienen sistemas garantistas, pero sin duda este tipo de leyes mejoran y fortalecen aún más la transparencia y el papel fundamental que tenemos los ciudadanos en toda democracia. El objetivo, es ahora, evitar la manipulación en línea antes de las elecciones europeas de 2024.

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