Del sexo de las garrapatas y otras curiosidades de la reproducción animal que no te esperas

La bisexualidad del bonobo, los orgasmos eternos de los cerdos, las ocho horas ¡anuales! de celo de los puercoespines, y el legendario ímpetu sexual de los leones, sin olvidarnos del singular caso de las garrapatas. Son tantas las curiosidades sexuales de los animales, que nos hacen replantearnos muchas cosas sobre nuestra propia sexualidad, siempre tan debatida e inhibida.  

Porque el sexo es un aspecto fundamental de la vida animal, pero no deja de ser un comportamiento natural guiado por la necesidad reproductiva… y por el placer en algunos animales, como es nuestro caso. A continuación, te mostramos varios comportamientos sexuales singulares que despiertan nuestra curiosidad. 

El orgasmo de récord del cerdo 

Un cerdo - Fuente: Unsplash
Un cerdo – Fuente: Unsplash

A buen seguro que si hiciéramos una encuesta sobre cuál puede ser el animal que tiene el orgasmo más largo, pocos pensarían en el cerdo. Nos lo imaginamos siempre atareado con la comida, como si no tuviera tiempo para nada más. Pues sí que tiene tiempo para otras cosas.

Tanto que aparece en el Libro Guinness de los Récords como el orgasmo más largo entre los mamíferos: la media está en 30 minutos, pero se puede alargar a la hora y media. ¿Te imaginas? Si el buen sexo abre el apetito, ahora entendemos mejor por qué el cerdo come tanto, ¿no? 

La voracidad sexual del león y la leona 

Leones - Fuente: Unsplash
Leones – Fuente: Unsplash

El conocido popularmente como rey de la sabana africana lidera la lista de actividad sexual. Puede llegar a aparearse hasta 50 veces en un día. Y es que las leonas tienen numerosas fases de celo y se aparean en diferentes fases del año.

Para estar a la altura de esta alta demanda sexual, el león debe ser un animal con mucho vigor sexual hasta el punto de que se han observado a leones copulando más de 150 veces en un periodo inferior a tres días, a razón de 50 veces al día. Y si el león no está dispuesto, sin problemas, la leona busca a otro que si esté por la labor. Que la vida es corta, ¿no? 

El ‘slow sex’ del rinoceronte 

Rinocerontes - Fuente: Unsplash
Rinocerontes – Fuente: Unsplash

50 veces al día supone que los encuentros sexuales de leones y leonas sean más bien cortos. Y es que el león y la leona lo hacen mucho, pero a todo gas: el acto sexual puede durar apenas unos segundos. Pero un compañero de la sabana africana tiene otro punto de vista acerca del sexo, aunque también se pasa días sin “salir de la cama” cuando la hembra está en celo: el rinoceronte puede estar más de una hora apareándose.  

La paciencia infinita del puercoespín 

Puercoespines - Fuente: Depositphotos
Puercoespines – Fuente: Depositphotos

El puercoespín norteamericano no tiene tanta “suerte” como los animales anteriores, al menos desde nuestro punto de vista. Pero así es la naturaleza del puercoespín hembra y ha de respetarla. Este animal tiene un periodo muy corto de celo que no pasa de las diez horas en un año.

Así pues, el puercoespín macho no solo debe ser paciente, sino que debe estar muy atento. Pero este animal tiene un arma secreta: las feromonas de su orina que son irresistibles para la hembra… durante esas diez horas anuales en las que está en celo.  

La abeja reina, el zángano muere 

Abejas - Fuente: Unsplash
Abejas – Fuente: Unsplash

Ya sabemos que la abeja reina es el huésped más importante del panal, ya que ella es la única hembra fértil del mismo, poniendo huevos que dan origen a obreras infértiles y zánganos fértiles. Ya a temprana edad, la abeja reina vuela para aparearse, y copula con múltiples zánganos, los cuales mueren cuando depositan los espermatozoides. Tal vez esto es lo que los franceses llaman petite mort. Puestos a morir, ¿no? Pero la abeja reina tiene mucha tarea por delante tras la cópula, ya que es capaz de guardar el esperma recibido que va usando el resto de su vida para mantener el panal.  

Las osas pausan su embarazo 

Un oso - Fuente: Unsplash
Un oso – Fuente: Unsplash

Un estudio de la Universidad de Ciencias de la Salud de Washington en Estados Unidos publicado en 2020 ahondó en el estudio de la denominada diapausa embrionaria, la suspensión del desarrollo embrionario. Entre las más de 100 especies que son capaces de pausar su embarazo, destaca la osa, cuya implantación del óvulo se retrasa a las épocas en las que consideren que se dan las mejores condiciones para dar a luz y alimentar y cuidar a sus crías.  

El embarazo del caballito de mar macho 

Caballitos de mar - Fuente: Unsplash
Caballitos de mar – Fuente: Unsplash

No todas las hembras del reino animal se encargan de gestar a las crías. Es el caso del caballito de mar cuya reproducción es muy singular. Estos animales se aparean cuando la temperatura del agua sube. Es momento de llevar a cabo una serie de complejos y largos bailes ceremoniales que pueden llevar varias horas hasta que, por fin, entrelazan sus colas y realizan la cópula en la que el macho deja caer su líquido seminal al exterior. 

Pero lo más singular es que la hembra trasplanta los huevos a la bolsa ventral de los machos que son fecundados una vez entran. Esta bolsa ventral protege a los huevos durante el periodo de gestación que puede ir de los diez días a las seis semanas dependiendo de la especie. 

El perfume de las garrapatas 

Una garrapata - Fuente: Unsplash
Una garrapata – Fuente: Unsplash

Muchas garrapatas carecen de ojos, pero eso no les impide, lógicamente, reproducirse. Pero, ¿cómo lo hacen?, ¿cómo se reconocen entre sí para la cópula? A través del olor, de unas pistas olfativas que conocemos como feromonas sexuales. Y es que los humanos también sabemos (aunque a veces nos cueste admitirlo) que el olor es un elemento muy importante en el proceso sexual. Y no todo es justamente Chanel nº5. Pues en el caso de las garrapatas sucede algo similar.  

El “haz el amor y no la guerra” del bonobo 

Bonobos - Fuente: Depositphotos
Bonobos – Fuente: Depositphotos

Las relaciones sexuales de los chimpancés pigmeos o bonobos merecerían un capítulo aparte por su particularidad, pero basten un par de detalles para comprender la relevancia que tiene este aspecto en su organización social. Por ejemplo, los bonobos macho y hembra mantienen relaciones homosexuales. Y los mejores momentos suelen celebrarse con sexo en grupo, por ejemplo, cuando encuentran un nuevo lugar de asentamiento o una fuente de comida. Pero es que hasta los conflictos los solucionan con sexo siendo reconocida como una de las especies más pacíficas de mamíferos del mundo. 

El pene del gorila

Un gorila - Fuente: Unsplash
Un gorila – Fuente: Unsplash

El tamaño del órgano sexual masculino es un tema siempre candente, pero para otros mamíferos el tamaño no tiene tanta relevancia. De hecho, en la relación del tamaño del cuerpo con el pene, el ser humano gana al resto de primates. Pero, aún con todo, hay quejas. Pues el gorila tiene un pene de cuatro centímetros en erección y un centímetro y medio en flacidez. Y tan contento en la selva. Porque no se puede decir que el gorila macho no sea “viril”, ¿verdad? 

Pero es que el tamaño de los penes de los primates no es cuestión de “suerte” sino de la evolución. Y es que los gorilas no “compiten” con su pene, si no con el resto del cuerpo para controlar un grupo de hembras, y luego copular con todas. Sin embargo, la evolución del ser humano ha sido muy diferente, tal y como explica este estudio que puede generar algún que otro dolor de cabeza: “el tamaño del pene humano evolucionó en parte debido a la elección femenina”. Y lo dejamos aquí porque este hallazgo se presta a un número ilimitado de chanzas.  



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