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Casi 30 horas de angustia en un BBVA de Venezuela

Una española y sus dos hijas, entre los retenidos en un atraco a un banco

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Casi 30 horas de angustia. Sin luz ni agua. Los cuatro asaltantes de un banco venezolano que mantenían secuestradas a 48 personas en la localidad de Altagracia de Orituco, a 150 kilómetros al suroeste de Caracas, lograron escapar con cinco rehenes que por voluntad propia decidieron acompañarlos en una ambulancia.

El trato es que los liberen en un lugar sin determinar.  El resto de los cautivos, entre ellos la española Marlene Martín Brito y sus dos hijas de 9 y 7 años de edad, abandonaron el banco en medio de un gran revuelo de personas y una gigantesca confusión.

“Se ha llegado a un acuerdo, les vamos a despejar la carretera, les vamos a dejar que se vayan”, dijo el gobernador del Estado de Guárico, Eduardo Manuitt. El acuerdo fue aprobado por el ministro del Interior de Venezuela, Ramón Rodríguez Chacín.

La resolución del atraco y secuestro se produjo sin heridos y, según pudo apreciarse en las imágenes televisadas de la huida, uno de los rehenes se puso al volante de la ambulancia. 

Seguramente no llegarán muy lejos. Un helicóptero aguardaba órdenes para salir en su persecución y todos los secuestradores están identificados. “Llevan armas cortas, fusiles y granadas, pero conocemos sus nombres. Su líder tiene alta peligrosidad”, aseguró Rodríguez Chacín.

Un familiar del líder de la banda que se trasladó al lugar del suceso, pudo actuar de mediador para llegar a un acuerdo. También se conoce la afición desmesurada de los atracadores por la droga dura y el alcohol. “Unos malandros (delincuentes comunes)”, relataba a Público un testigo del desenlace.

Durante las horas que duró el secuestro, el consulado español en Caracas estuvo en permanente contacto con los responsables de Ministerio del Interior de Venezuela de quien recibía información sobre la situación de la ciudadana española y sus dos hijas.

Martín Brito nació en Caracas hace 36 años y tiene doble nacionalidad hispano-venezolana. En la actualidad reside en Altagracia de Orituco.

Tras ser puestos en libertad, la mujer y sus hijas fueron trasladadas a un centro hospitalaria de la localidad guaripeña. Una de sus hermanas señaló que la rehén liberada está muy nerviosa y llorando, y que las niñas están siendo hidratadas en el centro médico al que fueron llevadas tras su liberación.

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