Este artículo se publicó hace 4 años.
Elecciones FranciaAbren las mesas electorales en Francia entre llamamientos a no votar por el coronavirus
Pese a las garantías presentadas por el Ejecutivo se han sucedido numerosos llamamientos de la población para cancelar los comicios, especialmente a través de las redes donde se ha utilizado la etiqueta #jeniraipasvoter (no iré a votar).
París-Actualizado a
Unas 70.000 mesas electorales han abierto este domingo en Francia para acoger la primera vuelta de las elecciones municipales con extraordinarias medidas para evitar el contagio del coronavirus que está avanzando en el país. Casi 48 millones de electores están llamados a elegir a los alcaldes de 35.000 municipios para los próximos seis años, unos comicios que se están desarrollando en un ambiente particular, con el país más pendiente de la epidemia que de las urnas.
Es el caso de la presidenta de la región de Occitania, la socialista Carole Delga, que después de que el primer ministro, Édouard Philippe, anunciara el cierre de bares, restaurantes, discotecas, cines y tiendas no esenciales pidió aplazar los comicios. "A la vista de las últimas declaraciones del primer ministro y de la creciente inquietud de la población, estimo que lo más sensato sería retrasar las elecciones municipales", indicó en la red social Twitter.
El número 2 del partido conservador Los Republicanos en el Senado, consideró por su parte que "haber mantenido estas elecciones municipales en estas condiciones es una aberración". El Gobierno se planteó el retraso electoral el pasado jueves, poco antes de que el presidente, Emmanuel Macron, se dirigiera a la nación en un discurso televisado.
Pero los líderes de los principales partidos se opusieron de forma rotunda e, incluso, llegaron a asegurar que hacerlo equivaldría a un golpe de Estado" institucional. Es el caso del presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, que aseguró que Macron pretendía retrasar los comicios para ocultar el revés que los sondeos auguran a su partido en las municipales.
Ante ese panorama, el Ejecutivo aseguró que el comité científico que le está asesorando para afrontar la crisis del coronavirus les aseguraba que la cita con las urnas no supondría un factor suplementario de extensión de la epidemia. El impacto es, aseguraban, similar al que hay en un supermercado, establecimiento que también se mantiene abierto, a condición de que se atiendan ciertas medidas excepcionales.
Así, las mesas electorales tendrán geles para lavarse las manos, una persona dedicada a la limpieza, señales en el suelo para mantener la distancia entre electores, y mensajes recordando que hay que evitar contactos entre ciudadanos. Los presidentes de las mesas electorales deberán dar prioridad a ancianos y personas frágiles para que emitan su voto, para evitar que permanezcan mucho tiempo en las colas.
El Ministerio del Interior publicará a lo largo de la jornada datos de participación hasta las 20.00 horas (19.00 GMT), cuando cierran la totalidad de las mesas y comenzará el recuento. Las encuestas auguran un buen resultado para los ecologistas, estabilidad para conservadores y socialistas, una moderada subida de la extrema derecha y un mal resultado para el partido de Macron.
Pero, más que en términos absolutos, las elecciones serán medidas con el foco puesto en victorias o derrotas simbólicas, en las grandes ciudades, que no se conocerá hasta la segunda vuelta del próximo domingo. Si se cumplen los pronósticos, París quedará en manos socialistas y Marsella en la de los conservadores y el partido de Macron aspira a ganar Lyon.
El propio primer ministro se juega su futuro como cabeza de lista de los "macronistas" en Le Havre, al igual que otros ministros en otras ciudades del país. La extrema derecha puede lograr en Perpiñán la ciudad más grande de su historia y los ecologistas sueñan con conquistar una ciudad tan importante como Burdeos.
Numerosos llamamientos contra ir a votar
Los llamamientos a anular las elecciones municipales en Francia a causa del coronavirus fueron creciendo en el país tras la apertura de las mesas electorales y pese a las garantías presentadas por el Ejecutivo. Diferentes Ayuntamientos indicaron, además, que han tenido algunos problemas para constituir mesas electorales ante la baja de algunos de los que tenían que participar en ellas.
En París, por ejemplo, los responsables de la organización de las elecciones consideraron "milagroso" que se pudieran formar las casi 900 mesas de la capital, una tendencia observada en otros lugares del país. Ocho horas después de que entrara en vigor la orden gubernamental de cerrar todo establecimiento no esencial, los centros de votación abrieron con extraordinarias medidas higiénicas para limitar el contagio del COVID-19.
En ese contexto, acudieron a votar el primer ministro, Édouard Philippe, en su feudo de Le Havre, y la candidata "macronista" a la alcaldía de París, la exministra de Sanidad Agnès Buzyn. La incógnita de las elecciones está en la tasa de participación en el actual contexto de crecimiento del coronavirus, después de que en 72 horas se doblara el número de casos registrados en el país.
A través de la red social Twitter se creó la etiqueta #jeniraipasvoter (no iré a votar) para recolectar el descontento de los franceses con el mantenimiento de la cita con las urnas en esas circunstancias.También creció el número de responsables políticos que criticaron que el Ejecutivo mantuviera los comicios."Si la situación se ha agravado tanto (...) las municipales no tienen sentido. Deben ser retrasadas porque van a ser falsas", aseguró el presidente de la región de Normandía, el centrista Hervé Morin.
Algo similar aseguraron sus homólogos de Occitania, Provenza-Alpes-Costa Azul y Córcega. "Como presidente de Córcega pido la anulación de escrutinio municipal. Porque mi deber es proteger a los corsos y para que el sufragio universal pueda, una vez la epidemia vencida, expresarse en condiciones normales", afirmó el nacionalista Gilles Simeoni. El conservador Renaud Muselier, al frente de la región de Marsella, coincidió en que el voto en estas condiciones no será representativo, algo que también aseguró la socialista Carole Delga, presidenta de Occitania.
El Gobierno se planteó el retraso electoral el pasado jueves, poco antes de que el presidente, Emmanuel Macron, se dirigiera a la nación en un discurso televisado. Pero los líderes de los principales partidos se opusieron de forma rotunda e, incluso, llegaron a asegurar que hacerlo equivaldría a un golpe de Estado" institucional. Es el caso del presidente de Los Republicanos, Christian Jacob, que aseguró que Macron pretendía retrasar los comicios para ocultar el revés que los sondeos auguran a su partido en las municipales.
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