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Afganistán, doscientos muertos en sólo tres días

Desde el lunes hasta el miércoles de esta semana, casi doscientas personas- entre ellas dos soldados españoles- han muerto en Afganistán. La violencia en este país aumenta a pesar de que George Bush elogió el mi&

Trinidad Deiros

Una hora. Ese es el tiempo que el presidente George Bush dedicó el pasado miércoles en un hotel de Nueva York a su homólogo afgano Hamid Karzai para tratar la situación de su país. O más bien para tratar de sus progresos en materias como la educación y la sanidad. Sobre la violencia creciente que conoce Afganistán, nada. Bush y Karzai-considerado como el hombre de EEUU en Kabul- se limitaron a echarse flores mutuamente.
Sólo durante el día de ayer, se confirmó la muerte de 18 talibanes, dos soldados daneses y la desaparición de dos trabajadores de la Cruz Roja y de sus dos asistentes afganos. El miércoles fue aun peor: ese día murieron 169 afganos en combates con la coalición internacional que lideran los norteamericanos, que perdieron también a uno de sus hombres. El lunes, dos soldados españoles y su intérprete local fallecieron en un atentado. En total, casi doscientos muertos en apenas tres días.

Violencia creciente
La lista no acaba ahí y éstos no son incidentes aislados. Seis años después de la operación estadounidense Libertad Duradera, cuyo objetivo oficial era capturar a Osama Bin Laden, la violencia en Afganistán no sólo no decae, sino que va a más. Si se deja a un lado el optimista discurso oficial de Estados Unidos, los datos de los informes no dejan lugar a dudas. Afganistán experimenta un recrudecimiento de la violencia desde hace ya varios meses.
Un ejemplo de esta violencia al alza son los ataques suicidas. El pasado día nueve, la Misión Civil de la ONU desplegada en Afganistán (UNAMA) informó de que este tipo de atentado se ha convertido en una táctica habitual de los talibanes. Sólo en el primer semestre de este año se han registrado 77 atentados suicidas.
Lejos de debilitarse, los talibanes se están fortaleciendo y a ello no son ajenos los ingresos que obtienen de la producción de opio del país. Según otro informe, también de Naciones Unidas, Afganistán se ha consolidado este año como el primer productor de droga del mundo.
En el actual contexto afgano, el respeto a los derechos humanos sigue deteriorándose. En junio, el director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Pierre Krähenbühl, aseguró que la situación humanitaria en el país 'ha empeorado desde hace un año'.

Sufrimiento de los civiles
'Los civiles sufren muchísimo a causa de las crecientes amenazas contra su seguridad: mayor número de ataques suicidas y de bombas en los bordes las carreteras, así como frecuentes bombardeos aéreos; a lo que se añade la falta de servicios básicos. Para un ciudadano afgano es sumamente difícil llevar una vida normal', resumió el representante de Cruz Roja.
Respecto a la condición femenina, uno de los aspectos más terribles de la represión talibán, no ha mejorado sustancialmente. Organizaciones de defensa de los derechos de la mujer, como la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán, denuncian que las mujeres afganas padecen una situación penosa, similar a la que sufrían con los talibanes.
A la guerrilla, la ineficacia del Gobierno, los atentados y el fundamentalismo, hay que sumar otra lacra: la desprotección en la que viven los más de dos millones y medio de refugiados afganos que han vuelto a su país desde 2001. Otros 2,7 millones aún no han podido regresar.

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