La fachada moderada del Gobierno británico sufrió este miércoles una grieta al conocerse las conclusiones de un informe del Instituto de Estudios Fiscales (IEF) sobre el draconiano plan de ajuste presupuestario. El organismo independiente ha llegado a la conclusión de que serán las familias más pobres las que más se vean perjudicadas por la nueva era de austeridad.

El presupuesto presentado en junio por el ministro de Hacienda, George Osborne, será 'claramente regresivo', según el IEF, una conclusión que es exactamente la opuesta a la mantenida entoncespor Osborne.

Las familias con hijos de menos ingresos sufrirán un descenso del 5,2% en sus rentas, a causa del recorte de los subsidios que reciben por la vivienda y otros conceptos. Las familias de clase alta afrontarán un descenso de ingresos del 1,1%. Osborne había prometido que los pobres 'pagarán proporcionalmente menos que los que más tienen' en sus planes de reducción del déficit presupuestario.

El informe del instituto deja en evidencia a los liberales demócratas, socios de los tories en el Gobierno, que han justificado su pacto de coalición con el argumento de que gracias a ellos el saneamiento de las cuentas del Estado no se cebará en los sectores más desprotegidos de la sociedad.

Su líder, el viceprimer ministro, Nick Clegg, utilizó con frecuencia los estudios del IEF durante la campaña para defender el programa liberal. Ahora, sin embargo, sostiene que este último informe es parcial porque 'no tiene en cuenta las cosas que vamos a hacer para que la gente no dependa de los subsidios y pueda encontrar un puesto de trabajo'.

El Gobierno dice que el informe tampoco valora la previsión de aumento del crecimiento de la economía británica. En realidad, cada vez son más los analistas también del Banco de Inglaterra que ven muy posible una recaída de la economía cuando aparezcan los efectos del descenso del gasto público a mediados de 2011.