Este artículo se publicó hace 13 años.
Al Asad autoriza los partidos que "respeten los derechos humanos"
El presidente de Siria promulga una ley que legaliza la creación de formaciones políticas mientras continúa con la represión militar
Eugenio García Gascón
Mientras las imparables protestas populares continuaban ayer en la ciudad de Hama, donde murieron al menos otros 45 civiles, según grupos de activistas, el régimen sirio comenzó a dar muestras claras de debilidad al anunciar un próximo fin del poder exclusivo del partido Baaz, que ha gobernado el país sin interferencias desde el golpe de Estado de 1963.
El presidente Bashar al Asad promulgó ayer un decreto mediante el que se autoriza la creación de partidos políticos que podrán competir con el Baaz en las urnas en el futuro. El régimen exige a los nuevos partidos el "respeto a los derechos humanos" precisamente un día después de que el Consejo de Seguridad de la ONU condenara las "violaciones generalizadas" de los derechos humanos por parte de las autoridades de Damasco.
El decreto prohíbe partidos sectarios basados en etnias, tribus o religiones
El decreto, aprobado por el Parlamento el pasado 24 de julio, fue rechazado inmediatamente por algunos grupos y dirigentes de la oposición porque prohíbe el establecimiento de partidos sectarios que se basen en una religión, una etnia o una tribu, o que se limiten a una región específica y no al conjunto del país.
La sociedad siria no es homogénea y por lo tanto es previsible que, si se resquebraja la autoridad central, el país se dividirá y surgirán fuerzas étnicas y religiosas que hoy están reprimidas y que irán por su cuenta, poniendo en peligro la unidad de Siria.
El mosaico religioso y étnico correrá el peligro de disolverse violentamente y esto es algo a lo que las potencias occidentales no se refieren a pesar de ser un riesgo obvio, especialmente después de haber visto lo ocurrido a partir de la caída de Sadam Husein en Irak, donde la situación que se ha creado es mucho peor que la que había antes.
La situación en las dos principales ciudades sirias aún sigue tranquila
A pesar de ello, Jay Carney, portavoz de la Casa Blanca, manifestó el miércoles que "Siria será un lugar mejor sin el presidente Al Asad". Estas palabras muestran que Washington está cada vez más comprometido con el cambio de régimen y ha asumido el objetivo de establecer una democracia al coste que sea, tal como en la década pasada defendieron los estrategas neoconservadores del presidente George W. Bush.
En el caso de Irak, los neo-conservadores ignoraron en su momento las advertencias en el sentido de que el país no reunía las condiciones religiosas, étnicas, económicas y culturales mínimas para que hubiera una democracia de corte occidental, y la Administración de Barack Obama vuelve a tropezar en la misma piedra y está actuando con Siria de una manera idéntica.
En Hama las tropas controlan prácticamente toda la ciudad, se ha cortado el suministro de electricidad y apenas hay comunicaciones con el exterior. Los tanques dominan la céntrica plaza del río Orontes y en los tejados de algunos edificios se han apostado francotiradores, según cuentan testigos a varios medios. Miles de civiles están abandonando la ciudad, aunque en algunas ocasiones encuentran resistencia en la shabbiha, un grupo paramilitar afín al régimen.
La actitud de la población de Hama y Homs, ciudades conservadoras y tradicionales, donde el islamismo está muy presente, contrasta con la situación social en las dos principales ciudades del país, Damasco y Alepo, donde los comercios permanecen abiertos y la gente en general lleva a cabo su rutina diaria con normalidad. En estas dos ciudades ha habido protestas más o menos puntuales, a las que no se ha sumado el grueso de la población.
Resistencia armadaAlgunos analistas han señalado que el régimen se mantendrá en pie mientras la gente corriente de Damasco y Alepo no salga masivamente a la calle. Es evidente que si la situación en el conjunto del país continúa deteriorándose llegará un momento en que la rebelión llegará a la capital y a Alepo. Entonces el régimen no podrá resistir durante mucho tiempo.
Una cuestión controvertida tiene que ver con las constantes denuncias del Gobierno sirio en el sentido de que los soldados y policías están encontrando resistencia armada. El profesor Joshua Landis, de la Universidad de Oklahoma, que mantiene un popular blog sobre Siria, ha debatido esta cuestión a fondo y ha llegado a la conclusión de que sí que existe una resistencia armada, aunque es ocasional y muy limitada.
Por el momento la resistencia no representa una amenaza real para el régimen, aunque es capaz de matar soldados, policías o civiles del régimen de Al Asad aquí y allá.
No parece que la resistencia armada sea homogénea, pero seguramente una de sus partes más activas debe estar integrada por integristas. En algunos vídeos de las protestas es frecuente escuchar a la multitud corear consignas islamistas.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.