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Al menos 43 muertos en una cadena de atentados en Irak

En Bagdad, la capital, la explosión de ocho coches bomba ha dejado 29 muertos, mientras que otras dos detonacinoes en Basora, al sur del país, mataron a 14. 700 personas murieron el pasado mes a consecuencia del sectarismo entre suní

PÚBLICO / AGENCIAS

Irak ha registrado este lunes una de sus jornadas más sangrientas tras una cadena de atentados con coche bomba en la capital, Bagdad, y la segunda ciudad del país, Basora, en las que han muerto al menos 43 personas.

Bagdad se ha llevado la peor parte. Ocho coches bomba estacionados en varias estaciones de autobuses y mercados al aire libre de distritos mayoritariamente chiíes, exploraron matando a decenaas de personas, según han informado fuentes médicas y policiales a Reuters.

Un coche bomba estalló en un concurrido mercado del barrio chií de Kamaliya, en el este, matando a siete personas y otras 22 han muerto en los atentados ocurridos en Ilaam, en el puente Diyala, en Al Shurta, en Shula y en Ciudad Sadr, todas ellas zonas de gran concentración de chií.

En Basora, al sur del país, los fallecidos han sido 11 al explotar otros dos vehículos. La primera se produjo en el barrio de Hananiya, cerca de un concurrido mercado y restaurantes, y la segunda fue detonada dentro de una terminal de autobús en la plaza Saad.

'Estaba de guardia cuando una potente explosión hizo temblar el suelo', ha señalado un oficial de Policía cerca del lugar del ataque, en el barrio de Hayaniya. 'La explosión alcanzó a un grupo de jornaleros que se congregaban cerca de un puesto de bocadillos', ha precisado a Reuters. 

Los atentados contra barrios de mayoría chií han ido sembrando el pánico durante varias semanas, dejando centenares de muertos y alcanzando su nivel más alto desde la retirada de las tropas estadounidense en diciembre de 2011. Unas 150 personas han muerto en esta ola de violencia intercofesional de la última seman.

La tensión entre la minoría suní y los chiíes, que gobiernan el país desde que Nuri Al-Maliki fuera elegido primer ministro, ha ido en aumento y se recrudece a medida que pasan las semanas.

Más de 700 personas fallecieron en abril según los cálculos de la ONU, la cifra más alta en casi cinco años. Las relaciones son cada vez más tensas día a día, agravadas también por el conflicto cada vez más sectario en la vecina Siria.

La minoría suní, agriada por el dominio chií desde que fuera derrocado Sadam Husein por EEUU en 2003, ha protagonizado protestas contra el primer ministro desde diciembre.

La seguridad en el país es una ilusión. La pasada noche murieron 22 policías durante varios ataques en la provincia de Al Anbar, de mayoría suní y situada al oeste de Bagdad, informa EFE citando fuentes policiales.

Este episodio es el desenlace del secuestro que se registró el pasado sábado, cuando supuestos militantes suníes mataron a cuatro combatientes estatales de su propia comunidad musulmana, según fuentes de seguridad, en lo que sería una represalia por su colaboración con el Gobierno chií.

Doce policías que fueron secuestrados esa noche fallecieron durante la operación para liberarlos en una zona del oeste de la ciudad de Ramadi, capital de Al Anbar. Se desconoce si perdieron la vida durante enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los secuestradores, o si estos últimos ya les habían matado antes del comienzo de los choques.

Por otro lado, diez policías murieron en un ataque lanzado por hombres armados contra el puesto de control donde se encontraban, en la zona de Raua, 120 kilómetros al oeste de Ramadi.

Nadie se adjudicó de inmediato la responsabilidad por los ataques, pero grupos militantes suníes han estado tras la violencia contra las fuerzas de seguridad en una campaña para desestabilizar al Gobierno de Bagdad, al cual consideran ilegítimo.

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