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Otro año perdido para los palestinos, cuya situación está lejos de solucionarse

Cuando se celebra una nueva jornada de solidaridad con el pueblo palestino, el balance del último año no puede ser peor. La situación se deteriora paulatinamente en los territorios ocupados y el próximo conflicto armado es solo una cuestión de tiempo. Mientras tanto, Europa permanece con los brazos cruzados.

Los familiares de un palestino, que fue asesinado en la frontera entre Israel y Gaza. / REUTERS - MOHAMMED SALEM

eugenio garcía gascón

El Día de la Solidaridad con el Pueblo Palestino coincide este año con una situación del conflicto peor que la del año pasado, que ya fue peor que la del año anterior. La resolución del problema israelo-palestino, es decir de la ocupación israelí, no depende de los israelíes puesto que aunque ellos podrían resolverlo, no están interesados en hacerlo, como demuestran hora a hora.

Tampoco depende de los palestinos, puesto que aunque estos, especialmente la Autoridad Palestina, están interesados en la paz, no pueden hacer nada. En estas condiciones, la solución depende exclusivamente de las fuerzas internacionales, no de Estados Unidos, que es un juguete en manos de lobby judío conducido por el primer ministro Benjamín Netanyahu, sino de la Unión Europea.

Sin embargo, es una maravilla ver que la jefa de la política exterior europea, Federica Mogherini, que ciertamente tiene las manos atadas por los líderes políticos europeos, se presta al juego de estos líderes y de los líderes israelíes, y no presenta la dimisión, que sería lo más digno que podría hacer.

No es que Mogherini tenga un comportamiento peor que sus antecesores, pero cada día que pasa es más evidente que los dirigentes europeos se han doblegado a los intereses de Israel. Otros responsables europeos, como Javier Solana o Miguel Ángel Moratinos, por citar dos españoles, también se prestaron al juego israelí, por más que luego, una vez apartados del cargo, hayan pedido a gritos una solución al conflicto.

La inestabilidad creada por Israel y Arabia Saudí la pagarán caro los europeos, no EEUU

Para agravar la situación de los palestinos, distintos países árabes “moderados”, como Arabia Saudí y sus satélites, han reforzado las relaciones con Israel hasta el extremo de un compadreo vergonzoso, y lo han hecho a costa de los palestinos. Si antes el peligro principal para la estabilidad de Oriente Próximo era Israel, ahora ese peligro es bicéfalo ya que también participa destacadamente Arabia Saudí como fuerza desestabilizadora.

Los países árabes han abandonado completamente a los palestinos a su suerte. Naturalmente, la mayor responsabilidad de esta grave situación por la que atraviesa Oriente Próximo la tiene Europa, y no cabe duda de que la inestabilidad creada por Israel y Arabia Saudí la pagarán caro los europeos, no Estados Unidos.

En la última década se ha asistido a un repunte internacional del movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) que denuncia la ocupación de Cisjordania y la Franja de Gaza. Se trata de un movimiento de base que, sin embargo, no cuenta con el apoyo de los estados occidentales, de ahí que Israel pueda hacerle frente con cierta tranquilidad.

Un palestino discute con un soldado israelí durante los enfrentamientos por una orden israelí de cerrar una escuela palestina cerca de Nablus, en la ocupada Cisjordania. / REUTERS - MOHAMAD TOROKMAN

Un palestino discute con un soldado israelí durante los enfrentamientos por una orden israelí de cerrar una escuela palestina cerca de Nablus, en la ocupada Cisjordania. / REUTERS - MOHAMAD TOROKMAN

El caso de la Sudáfrica del apartheid podría servir de ejemplo de como la unidad de la comunidad internacional es capaz de resolver un conflicto complejo. Lo que los negros sudafricanos no consiguieron en décadas de lucha armada y pacífica, se consiguió en apenas un par de años a contar desde el momento en que los estados occidentales decretaron el boicot de Sudáfrica.

La irresponsabilidad de Bruselas con los palestinos es de magnitud bíblica, y no se debe a los funcionarios administrativos que hay en Bruselas sino a los dirigentes políticos europeos que actúan como el brazo armado del movimiento sionista más radical. Angela Merkel, es la mandataria que está más abducida por el movimiento sionista, y lo mismo sucede con Theresa May o Emmanuel Macron, que, para no ser injustos con ellos, simplemente se limitan a seguir las políticas de sus antecesores.

Netanyahu sigue a paso firme con la expansión y con la desposesión general de los palestinos

Pero lo que no tiene ninguna justificación es que Mogherini (o Solana o Moratinos, es lo mismo), se aferren a los cargos sin que se les deje ninguna maniobra de actuación, es decir que no dimitan. Que no dimitan dice muy poco a favor de los funcionarios europeos. Los rimbombantes comunicados y declaraciones que han salido de Bruselas desde los acuerdos de Oslo de 1993 son incontables, pero no han servido de nada, como tampoco servirán de nada los comunicados y declaraciones que se sigan haciendo en el futuro.

Y mientras esos comunicados y declaraciones se suceden, Israel continúa expandiendo las colonias judías en los territorios ocupados, incluida Jerusalén. Esta última semana se han producido algunos hechos similares a los de la semana anterior, y también a los de la semana anterior, que demuestran que Netanyahu sigue a paso firme con la expansión y con la desposesión general de los palestinos.

Para más inri, los europeos dicen que Estados Unidos está ultimando un plan de paz. También lo dice Donald Trump. Ese misterioso plan de paz se ha ido demorando meses y meses y nadie sabe cuándo se presentará, si es que se presenta. No hay que ser un lince para darse cuenta de que una administración como la de Trump, completamente sometida a Netanyahu, presentará, cuando lo haga, un plan totalmente inviable.

En estas circunstancias, Europa debe actuar rápida y enérgicamente, sin esperar al plan de paz de Trump. Debe hacerlo a cuenta de su propio interés ya que el conflicto palestino incide en prácticamente todos los demás conflictos regionales y en muchos conflictos internacionales que afectan a Europa más que a Estados Unidos. La pasividad de los líderes europeos y de los funcionarios de Bruselas se ha pagado con creces y seguirán pagándola las generaciones posteriores de europeos.

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