Los dos españoles que estaban en paradero desconocido desde el ataque de este miércoles en Túnez han aparecido con vida y se encuentran bien, según ha confirmado el Ministerio de Asuntos Exteriores. Estuvieron escondidos durante unas 24 horas en un cuarto de limpieza del Museo del Bardo, donde se produjo el atentado.

El ministro José Manuel García-Margallo ha informado de que se trata de un matrimonio procedente de la localidad valenciana de Sueca identificados como Juan Carlos Sánchez y Cristina Rubio, embarazada de cuatro meses.

Según ha explicado el padre de ella, David Rubio, la pareja se encontraba en Túnez de viaje de novios. "Escuchaban voces árabes y no sabían si eran terroristas o policías, hasta que hoy les ha abierto un policía y han salido", ha relatado el progenitor de la turista española. "Es el mejor regalo que me han podido hacer el día del padre", ha añadido.

Aunque ninguno de los dos está herido, fueron trasladados a un hospital de la capital tunecina para efectuar a la mujer una revisión en maternidad. Tras comprobar que estaba todo bien, se dirigieron a un hotel de la ciudad, donde esperarán para tomar el avión en el que serán repatriados y en el que también viajarán los restos de la pareja de jubilados catalana muerta en el atentado.

Las víctimas, ambas septuagenarias, formaban parte de un grupo de 90 españoles que habían llegado a Túnez en dos cruceros, uno de Costa Cruceros (60) y otro de MSC (30), al igual que los otros dos españoles que estaban ilocalizables.

Los cuatro viajaban en el buque MSC Splendida, según un comunicado de la web de la compañía, que señala que nueve de sus pasajeros están entre las víctimas. El barco ha salido ya del puerto de la Golette, a las afueras de Túnez, junto al del Costa Cruceros, el Costa Fascinosa, en el que viajan más de 3.000 personas en una ruta de una semana por diversos ciudades del Mediterráneo.

Está previsto que el Costa Fascinosa llegue este viernes a Palma de Mallorca, tal y como estaba previsto en su recorrido, según ha informado la compañía, que ha precisado que ninguno de los trece pasajeros que a la hora de zarpar no habían regresado al barco es de nacionalidad española. 

Ambas embarcaciones permanecían atracados mientras algunos de sus viajeros realizaban sendas excursiones en el centro de la capital tunecina cuando se produjo el ataque. Según los testimonios, un joven de unos veinte años y aspecto occidental ametralló un autobús en el que viajaban cerca de 40 turistas hispanohablantes, viajeros de uno de los cruceros.

Minutos después, otros hombres armados atraparon a un numeroso grupo de rehenes en el interior del museo el Bardo, el más importante de Túnez, y se atrincheró en una zona ajardinada entre el citado museo y el edificio del Parlamento hasta que las fuerzas de seguridad lanzaron una operación de rescate en la que, según el Gobierno tunecino, murieron un policía y dos terroristas. En el interior del museo fallecieron además un número indeterminado de turistas.