Este artículo se publicó hace 16 años.
Si te arrestan en China, mejor si conoces tus derechos
Un manual escrito por una profesora y una juez enseña a los chinos a reconocer los abusos.
Andrea Rodés
En las comisarías de policía chinas, donde antes podía leerse: “Confesar: trato suave; resistir: trato más duro”, ahora dice: “Si te arrestan, ¡conoce tus derechos!”. El cambio de carteles es el resultado de uno de los proyectos de la ONG suiza International Brigdes for Justice (IBJ) en China.
La reforma del sistema judicial todavía no es una prioridad para el Gobierno de este país pero, a medida que avanza el desarrollo y los desequilibrios sociales aumentan, garantizar un marco legal y jurídico es cada vez más urgente.
“China necesita un sistema judicial para asegurar la armonía social”, dice Stéphanie Balme, especialista en Derecho Chino de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de París. Divorcios, expropiaciones, corrupción ... Muchos ciudadanos ignoran cuáles son sus derechos ante estos nuevos problemas.
El pasado martes, Balme presentó en Pekín ¿Qué sabes tú del Derecho y la Ley?, un libro para niños donde se explica mediante viñetas el sistema judicial chino, los derechos y las ventajas de actuar de acuerdo con la ley.
El libro, escrito en colaboración con la juez china Wang Yaqin, todavía no ha sido publicado por falta de fondos.
“Para que los proyectos progresen, hay que colaborar con las autoridades“, dice Marlies Hesselman, representante de IBJ en Pekín. En 2006, esta organización consiguió publicar un libro infantil similar y repartir posters educativos en las escuelas gracias a una colaboración con la Asociación de Abogados de China y la Escuela de Derecho de la Universidad de Pekín.
La importancia de la Justicia
Una de las ilustraciones del libro de Balme muestra la nueva sede de los tribunales populares en una zona rural de Gansu, una de las provincias más pobres del país. “Este edificio moderno, levantado en medio de campos y miseria, refleja la importancia de la justicia en la nuevaChina”, explica Balme.
Según la investigadora francesa, el Gobierno debe concentrarse en expandir la reforma judicial a las zonas rurales, donde se producen el 60% de los juicios del país, la mayoría relacionados con la expropiación de tierras.
Frente al alto grado de corrupción de empresarios y autoridades locales, “a los campesinos no les queda más remedio que confiar en los tribunales”, dice Balme. Pero para ello necesitan conocer sus derechos, como el de solicitar un abogado del Estado, así como los procedimientos jurídicos.
Una de las finalidades implícitas de ¿Qué sabes tú del Derecho y la Ley? es formar también a los adultos sin dejarlos en evidencia por su ignorancia.
Según Balme, para aplicar con éxito una reforma en China es esencial mantenerse en “segundo plano”, sin dar lecciones y evitando el enfrentamiento directo. Así nadie “pierde la cara”, un concepto muy arraigado en esta cultura.
Tras varios meses como profesora invitada de Derecho Europeo en la Universidad Tsinghua de Pekín, está convencida de que esta sociedad quiere reformas, aunque todavía quedan muchos años para poder hablar de un aparato judicial independiente del Ejecutivo –concepto básico de la Justicia en Occidente –o de democracia.
Mala reputación
“El primer paso es hacer comprender que la Justicia es algo beneficioso”, dice Wang. La juez piensa que los jóvenes tienen la percepción de que la Justicia es cruel “porque defiende a los malhechores”, y se vincula con castigos, policía, cárcel y represión.
En la obra escrita por las dos mujeres se enfatiza que la “ley debe proteger mínimamente los derechos de los criminales”, pero no se explican los métodos de castigo del régimen, como los campos de reeducación y la pena de muerte.
En una de las páginas del libro aparece el dios Xiezhi, un animal mitológico parecido a una cabra, con capacidad para distinguir entre el bien y el mal y castigar al malhechor, junto al símbolo de la Justicia, una balanza.
"China debe idear su propio sistema judicial”, dice Balme. Hasta ahora, el país ha estado obsesionado por copiar los modelos judiciales europeos y americanos,– como el de los jurados populares, introducidos en los últimos dos años–, sin tener en cuenta su tradición jurídica.
“El sistema de mediación chino era muy sofisticado. No tendrían que haberlo eliminado”, opina Balme. La tradición se refleja en la calle: en China, cuando hay un accidente de coche, muchas veces son los curiosos alrededor del siniestro quienes, después de un largo debate, deciden quién es el culpable y la indemnización que consideran justa, antes de que venga la policía.
Unas Olimpiadas bajo sospecha
Aunque Amnistía Internacional (AI) no deja de reconocer que China ha hecho “avances en áreas limitadas” en materia de derechos humanos, como por ejemplo la reforma del sistema de pena de muerte y una cierta apertura a los periodistas extranjeros, la organización internacional sigue preocupada por la situación en el gigante asiático.
AI considera que la imagen de los Juegos Olímpicos que se celebrarán este año en Pekín sigue “empañada” por “constantes informes sobre arrestos domiciliarios, torturas y juicios injustos a activistas chinos”.
También denuncia que “se han ampliado los sistemas de detención sin juicio en Pekín, en el marco de una operación de limpieza de la capital de cara al inicio de los Juegos, en agosto de 2008”. Amnistía pide a China que tome medidas contra estos abusos.
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